En su discurso en el Congreso, el presidente Mauricio Macri resaltó como uno de los principales logros de su administración la política exterior. "Nos estamos integrando al mundo de manera pragmática e inteligente", afirmó y recordó que en 2015 los ejes de la diplomacia eran "la alianza con Venezuela y el Pacto con Irán".
"¿Cómo puede ser que hayamos condecorado a Maduro cuando hace rato que no respetaba la democracia, los derechos humanos y las libertades? ¿Cómo puede ser?", dijo ante el aplauso generalizado de su gabinete y de los legisladores oficialistas, en un mensaje que apuntó de lleno a la afinidad que el kirchnerismo tenía con el régimen bolivariano.
En mayo de 2013, Cristina Fernández de Kirchner condecoró a Nicolás Maduro con el Gran Collar de la Orden del Libertador San Martín, la máxima distinción que concede a Argentina a representantes extranjeros que merezcan un alto grado honor y reconocimiento. En agosto de 2017, el Gobierno de Macri le quitó al dictador venezolano la distinción.
Macri remarcó en su discurso ante el Parlamento el nuevo papel de la diplomacia argentina: "Hoy recuperamos el rol positivo en la región y en la escena global. Eso incluye el trabajo con el Grupo de Lima para condenar las violaciones de los derechos humanos en Venezuela y el reconocimiento del presidente encargado Juan Guaidó. Venezuela está en una profunda crisis política, económica, humanitaria y sanitaria que sólo se resolverá con más democracia".
El Gobierno de Macri ha sido uno de los impulsores del bloque regional que desconoció a Nicolás Maduro el último 10 de enero, cuando el chavista asumió un segundo mandato presidencial en Venezuela luego de unas elecciones fraudulentas. Acompañado por los EEUU y la Unión Europea, también reconoció a Juan Guaidó como el presidente interino del país caribeño.
Es más, durante la última cumbre del Grupo de Lima en Bogotá, el canciller Jorge Faurie invitó al opositor veneozlano a la Argentina.
En su discurso, Macri también resaltó el giro diplomático de la Argentina en Medio oriente: "En 2015 también se negociaba la impunidad con el régimen iraní sobre heridas abiertas en los atentados terroristas más graves de nuestra historia. Se construían enemigos ficticios, apelando a un nacionalismo cobarde que evitaba hacernos cargos de los problemas domésticos".
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