Darío Lopérfido, sin filtro: pidió retirar el homenaje a Evita de la 9 de Julio y criticó a Larreta, Macri y Cristina Kirchner

Darío Lopérfido cuestionó la gestión de Mauricio Macri

Darío Lopérfido recibió en la ciudad alemana de Berlín, en donde se radicó hace poco más de un año tras un breve paso como representante diplomático, la propuesta de ser candidato a jefe de Gobierno porteño. La posibilidad, que analiza seriamente, le llegó en las últimas semanas en medio del inminente nacimiento de su hijo y de los compromisos laborales que lo atan a una agenda cultural en el exterior.

Mientras estira una definición, el ex ministro de Cultura porteño, ex director del Teatro Colón y ex funcionario de la Alianza, volvió a generar polémica en las redes sociales, esta vez por pedir que se retire el homenaje a Evita en uno de los laterales del ministerio de Desarrollo Social sobre la 9 de Julio. Lo amenazaron de muerte y le dijeron que busca que le "rompan la cara". "En las redes sociales la política muestra que está en un nivel bajísimo", afirmó en diálogo con Infobae.

Por otro lado, cuestionó con dureza a Horacio Rodríguez Larreta, a quien calificó de "peronista clásico, de provincia", pero también a la gestión nacional de Cambiemos, a la ex presidenta Cristina Kirchner, al líder del Frente Renovador, Sergio Massa, y al gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey.

Lopérfido, cuando era director del Teatro Colón

—¿Cómo nace la posibilidad de ser candidato?

—Surge por iniciativa de un grupo de Cambiemos de la ciudad de Buenos Aires. Yamil Santoro me consultó y le dije que tenía mi año laboral organizado pero que si había una necesidad o consenso de varios sectores podía usar mi nombre para hablar con otra gente. Al mismo tiempo empiezo a hablar con personas del PAN (Partido Autonomista Nacional) que conozco desde hace muchos años y hacen un trabajo muy serio, con el entorno de (Ricardo) López Murphy, con personas ligadas al liberalismo y con radicales que no quieren estar en la gestión de Horacio Rodríguez Larreta.

—¿La idea es dar una interna dentro de Cambiemos o ir por afuera?

—Hay una necesidad de instalar una opción política para un sector que no se siente representado en la Ciudad, pero no podemos hacerlo desde adentro porque Larreta no abre internas, no anuncia que se den las PASO. No lo hizo con Martín Lousteau cuando lo planteó. Esa es una grave falla democrática.

—¿Qué opinión tiene de la gestión de Rodríguez Larreta?

—Tenemos un pensamiento muy opositor. Aumentó el gasto público, despilfarró recursos de una manera insólita, decayó la calidad institucional. No prioriza y tiene una mirada muy populista de la política, lo comprobé estando ahí, porque reparte plata de los contribuyentes, arma estructuras, aparato, tiene relaciones muy dudosas con el gremio de taxistas y apaña las agresiones de los taxistas a los choferes de Uber. Por otro lado, hay un déficit en materia de seguridad espantoso, hay que reasignar el gasto ahí, también en educación y salud, porque mientras se gasta plata en el mundial del asado o en hacer recitales callejeros de artistas de bajo nivel con sobreprecios, la infraestructura de los hospitales no ha mejorado. Eso es populismo. Están arruinando todo lo bueno que se hizo en la gestión de Macri conmigo en el Colón y lo están convirtiendo en un salón de usos múltiples, algo de una vulgaridad enorme.

Darío Lopérfido ocupó tres cargos para Cambiemos: director del Teatro Colón, ministro de Cultura y agregado cultural en Alemania (Télam)

—Pero esta gestión es una continuidad de la anterior. ¿Opina lo mismo sobre la administración porteña de Mauricio Macri?

—En un punto sí, pero el aumento de la estructura del Estado en estos años fue impresionante. Además, se desarmaron estructuras de control, se puso gente inexperta, se gasta mucha plata en cosas innecesarias. El gasto de la Ciudad es mayor que la ciudad de Madrid, que tiene mayor territorio y un nivel de cuidado y servicio muy superior. Larreta es como un peronista clásico, de provincia, que arma aparato con plata de la gente.

—¿Qué balance hace del gobierno nacional?

—En algunas áreas ha sido muy superior, como en Seguridad. Respeto y valoro mucho la gestión de Patricia Bullrich, y Larreta no trabajó mancomunadamente con ella. Hay un problema muy grave con la economía, que dijeron que lo iban a resolver y no pudieron. Soy crítico de muchas cosas de Cambiemos, de cómo no enfrentaron el problema cuando asumieron, de cómo no dijeron lo mal que estaba el país y de cómo arrugaron conmigo cuando salí a enfrentar las cosas que se hacían en el kirchnerismo, como el fraude audiovisual y el desvío de dinero a través de la universidad de San Martín para hacer series sin control. No me bancaron y ahora es una causa judicial enorme. Tampoco bancaron a mucha gente. Quisieron arreglar, conciliar, con los violentos, con las mafias, con los que los odiaban, cuando tenían que conciliar con los que los votaron.

—¿Quiénes serían esos violentos?

—El kirchnnerismo. El de Cambiemos es un gobierno al que algunas cosas le salen mal, pero el kirchnerismo fue una calamidad histórica, que creó una masa de fanáticos que no razonan, agreden, insultan.

—¿Hace alguna autocrítica por sus dichos sobre la cantidad de personas desaparecidas durante la última dictadura militar?

—No, porque dije algo que dice mucha gente. No voy a hacerme cargo de que yo no reconozco lo que pasó en la dictadura, como piensan los fanáticos que no entran en razones. La dictadura fue una catástrofe, pero no puede haber dos números en la Argentina. Una cosa es lo simbólico y otra el número oficial, porque está el registro oficial que es abierto y que la última actualización la hizo el gobierno de Cristina Kirchner, donde figura que la cifra no llega a 9 mil. Lo mismo dice Graciela Fernández Meijide o Ceferino Reato. No me arrepiento. ¿Por qué me voy a arrepentir de algo que es verdad?

Darío Lopérfido cuestionó la gestión de Horacio Rodríguez Larreta en la ciudad (Télam)

—¿Cómo lleva las críticas que recibe en la redes sociales?

—Cuando es democrática, con respeto, no tengo problemas. Pero cuando me amenazan de muerte, o cuando personas como Atilio Veroneli me escribe una grosería o cuando Diego Brancatelli hace alarde de su bajeza intelectual y me dice que estoy buscando que me rompan la cara a trompadas, con esa crítica me llevo mal. Por otro lado, creo que en las redes sociales la política muestra que está en un nivel bajísimo, todo se muestra en el nivel simbólico, lo que dice el consultor de turno.

Por ejemplo, hace poco le hicieron cometer un error al Presidente cuando dijo que la inflación bajaba cuando después salió un informe oficial diciendo lo contrario, o Sergio Massa, que se sube a un auto y dice que escucha Gilda o Pablo Lezcano, o Juan Manuel Urtubey, que siempre usó traje y ahora usa remera y jeans, o Larreta, que usa remeras ajustadas que no le quedan bien. Eso es una desgracia y dicen que hacen política.

—¿Y cómo hace política usted?

—Yo no tengo consultor, no gasto plata en hacer política, tengo amigos y un teléfono. Nadie está gastando un centavo. Otro ejemplo, a Cristina Kirchner le dijeron que se quede callada porque así sube en las encuestas y no sabemos ahora qué piensa. Yo discuto ideas; si alguien quiere discutir conmigo, estoy, con cualquiera, me siento y discuto. Ellos hablan de con quién ir en la interna, de que escuchan música, les gusta la cosa popular. A mí, si me preguntan qué música me gusta, digo Beethoven, The Beatles y Miles Davis, no Gilda ni Arjona, porque no es la verdad, eso no me hace generar empatía.

—¿Es verdad que quiere sacar el homenaje a Evita en uno de los laterales del Ministerio de Desarrollo Social sobre la Avenida 9 de Julio?

—Los peronistas han sido una fábrica de crear pobres y dicen que Evita es la abanderada de los humildes. El peronismo gobernó la provincia de Buenos Aires casi todo el tiempo desde el retorno de la democracia y es infinitamente más pobre de lo que era antes. Dejen de hablar de los pobres, dejen de crear pobres, dejen de crear símbolos y adorar simbolismos y emocionarse, porque Argentina era una potencia a principios de siglo, pero después llegó el peronismo y la pobreza no paró de crecer y cada vez está peor.

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