Secretarios presidenciales: las mujeres y los hombres que conocen todos los secretos del poder

Alfonsín, Menem, Duhalde, De la Rúa, Néstor y Cristina Kirchner, Mauricio Macri: todos los presidentes -desde que se restauró la democracia- tuvieron a su lado a hombres y mujeres que conocieron todos sus desvelos, furias y alegrías. También las intrigas, el manejo del dinero y la cara más oculta de la política. Estas son sus historias

Los hubo de extrema confianza, algunos sólo funcionarios, otros compañeros de trabajo y compinches. También imprescindibles, detestados y otros con un poder que excedía su cargo. Secretarios presidenciales que, por su cercanía con el poder, también ayudaron a escribir la historia. Una historia que entrecruza poder, secretos, intrigas y dinero.

Raúl Alfonsín y su eterna secretaria

Caminaba como una más, apoyada en el brazo de su hijo, entre la multitud que acompañaba los restos mortales de Raúl Alfonsín, fallecido el 31 de marzo del 2009. Detrás de sus anteojos negros, pocos reconocieron a Margarita Ronco, quien había sido persona de confianza del ex presidente, mano derecha, su asistente personal.

Durante la presidencia de Raúl Alfonsín (10/12/1983 – 8/7/1989), fue la Directora General de Audiencias. Era la que mantenía bajo control la agenda y los compromisos del primer mandatario. Se complementaba con la Dirección de Protocolo y Ceremonial, a cargo de Ricardo Pueyrredón, el talentoso publicitario, con pedigree radical: su papá Honorio, había sido ministro de Agricultura primero y de Relaciones Exteriores después en la primera presidencia de Hipólito Yrigoyen. A Pueyrredón lo secundaba Alberto Pujol, compañero de Alfonsín en el Liceo Militar.

Si bien la Dirección de Audiencias poseía amplias oficinas lejos del área presidencial, Ronco ocupaba un despacho contiguo al del presidente. El ritmo de trabajo del despacho la llevaría a contratar a una asistente, Haydeé.

Raúl Alfonsín y Margarita Ronco

Margarita Ronco tenía entonces alrededor de 30 años y, según refirieron a Infobae personas que trabajaron en Casa de Gobierno por aquellos años, recuerdan que "era una mujer muy linda, cálida y humana, aunque tenía un carácter fuerte y sabía imponerse".

Había comenzado a trabajar junto a Alfonsín desde los tiempos de la Multipartidaria, donde aún el liderazgo radical estaba en manos de Ricardo Balbín y el dirigente de Chascomús se defendía como podía en un modesto estudio en Santiago del Estero y Bernardo de Irigoyen. Mientras ejerció como abogado en su ciudad natal y fue legislador, su hombre de confianza había sido Jorge Nimo, quien lo asistía en su estudio jurídico.

Alfonsín es el padrino de bautismo de Juan Pablo, el hijo de Margarita. Llegó a la ceremonia en la iglesia del Inmaculado Corazón de María con los minutos contados, acompañado por su esposa María Lorenza, ya que él mismo manejó desde Chascomús, algo que no hacía con la pericia debida.

Los que la trataron por aquellos años aseguran "que era un filtro, tanto para funcionarios como para los que no lo eran". Por tal motivo, se había ganado la antipatía de algunos.

Vivía en un departamento sobre la avenida Juan B. Justo, en los tiempos en que el arroyo Maldonado desbordaba y las inundaciones eran moneda corriente. Más adelante, alquiló un departamento en el barrio de Belgrano.

Luego de la muerte de Alfonsín, continuó trabajando en el departamento de la avenida Santa Fe al 1600, donde el ex presidente vivía y tenía su oficina

Supo quedar en medio de una polémica -de la que se haría responsable- cuando Julio Cortázar regresó al país en 1983 e intentó reunirse, sin suerte, con el presidente electo. Los malintencionados echaron a rodar la versión que Alfonsín se había negado a recibirlo, pero Ronco admitiría que en la vorágine de aquellas horas, se había olvidado de comentárselo. Cortázar fallecería en febrero del año siguiente.

Luego de la muerte de Alfonsín, continuó trabajando en el departamento de la avenida Santa Fe al 1600, donde el ex presidente vivía y tenía su oficina. Y era habitual que recomendase a los que integraban el círculo íntimo de líder radical enviar una carta de condolencias ante la muerte de un político o intelectual que había tenido relación con él. Porque, en definitiva, Margarita Ronco seguía siendo la eterna secretaria.

Carlos Menem y sus secretarios todo terreno

Cuando Carlos Saúl Ménem asumió la presidencia (8/7/1989 – 10/12/1999), disolvió la Dirección General de Audiencias. Y a sus dos fieles secretarios y colaboradores, Ramón Hernández y Miguel Ángel Vicco les otorgó el rango de secretarios de Estado.

Carlos Menem y Ramón Hernández

Hernández es riojano, nacido en 1951. Conoció a Menem de joven como jugador de basket en el Club Atlético Facundo, donde el riojano era entrenador. También se desempeñó en la policía local y en el banco provincial.

Es alto, delgado y los que lo trataron concuerdan en que siempre estaba bien vestido. Se había transformado en la sombra del presidente Menem y en el único capaz de sostener su ritmo de vida, que a veces solía comenzar a las cinco de la mañana para terminar bien entrada la noche.

Lealtad es el término que usan para definirlo los que conocen, cuando deben describir la relación entre el ex presidente y su secretario. Estuvo a su lado en todo momento. En las buenas y en las malas, cuando en marzo de 1995 falleciera trágicamente Carlos Menem Jr, cuando sufrieron un accidente de aviación y, por supuesto, siempre muy cerca en la Casa de Gobierno.

Amira Yoma

El otro secretario era Miguel Ángel Vicco, un empresario ligado al sector lácteo y al turismo, que conoció al líder riojano a comienzos de los 80. Era el que manejaba la agenda presidencial en la Rosada. Debió renunciar en 1991 al quedar involucrado en una compra de leche en polvo en mal estado para un plan social. Si bien fue procesado, el juicio fue cerrado en 2002 sin ningún condenado.

Como secretaria de Audiencias, se desempeñó Amalia Beatriz Yoma, más conocida como "Amira", que en árabe significa "princesa". Había nacido en Nonogasta, La Rioja y en 1983 era directora de Audiencias en la gobernación de su cuñado. Cuando Menem comenzó la presidencia en 1989, continuó con la misma actividad en la Rosada. Renunció en 1991 al quedar sospechada en el escándalo de lavado de narcodólares que involucró a su entonces marido, Ibrahim al Ibrahim, encargado de la aduana en Ezeiza. Sería sobreseída en 1994.

Hernández acompaña aun hoy a Carlos Menem, aunque ya no ejerce como secretario privado

Amira se alejó de la política, se casó con el periodista Jorge "Chacho" Marchetti y abrió un restaurant de comida árabe en la ciudad de Buenos Aires. No es el caso de Ramón Hernández que, si bien se apartó de sus funciones de secretario privado, se lo suele ver acompañando al anciano senador riojano en las sesiones en la Cámara Alta. Uno de los pocos incondicionales que aún le quedan.

De la Rúa y sus pilotos de tormentas

El presidente Fernando de la Rúa (10/12/1999 – 21/12/2001) tuvo varios secretarios. "Como presidente fue un hombre difícil. Era afectuoso y considerado, pero muy exigente", recuerda uno de sus allegados que aún lo trata.

Ricardo Ostuni, secretario privado de De la Rúa

Funcionarios de aquellos tiempos señalan a Ricardo Ostuni y Leonardo Aiello en esos puestos y por los tiempos que le tocaron atravesar fueron verdaderos pilotos de tormentas.

Ostuni fue un ensayista y escritor, fanático de Carlos Gardel, miembro de la Academia Porteña del Lunfardo y de la Academia de Historia de Buenos Aires. Se había afiliado al radicalismo en 1952 y durante el gobierno de Arturo Illia se desempeñó como asesor en la Secretaría de Comunicaciones. Cuando su amigo Julio Saguier se hizo cargo de la intendencia porteña en 1983, lo nombró Secretario General.

Fernando de la Rúa y Chacho Álvarez

Con De la Rúa, además de secretario privado, fue vocero del gobierno. De su debut en el cargo no se olvidó nunca: debió explicar a los medios la renuncia de Carlos Chacho Álvarez a la vicepresidencia y el cambio de ministros. Murió en 2013.

Leonardo Aiello acompañó a De la Rúa hasta el mismo momento en que subió al helicóptero el 20 de diciembre de 2001

Leonardo Aiello, si bien se lo considera radical, no era militante, pero sí amigo cercano del entonces presidente. Fue uno de los canales de diálogo entre la Rosada y grupos piqueteros, fue el emisario de De la Rúa para tratar de convencer a Chacho Álvarez de que no renunciase y estuvo con el presidente hasta el momento mismo en que subió al helicóptero, el 20 de diciembre del 2001.

Duhalde y su gente del barrio

Eduardo Duhalde (2/1/2002 – 25/5/2003) siempre puso la misma condición para la elección de sus secretarios privados: no debían venir de la política y, más aún, no debían tener aspiraciones en ese sentido. No los quería disputando internas. Curiosidades del destino: dos de ellos, Carlos Tempone y Carlos Mao eran simpatizantes radicales, hecho que Duhalde toma como una ocurrencia sin importancia.

Tempone -fallecido hace un año- era hincha de Banfield, y lo conocía por vivir frente a su casa en Lomas de Zamora. Lo mismo ocurrió con Carlos Mao, que hasta hace poco estuvo vinculado al ex presidente. Junto a Abel Morán fueron colaboradores inseparables desde los tiempos en que Duhalde fuera concejal e intendente de Lomas de Zamora y posteriormente vicepresidente y gobernador bonaerense.

Eduardo Duhalde (NA)

Según refieren las crónicas periodísticas, cuando en el 2000 el ex presidente reabrió su inmobiliaria en la calle España al 200 de Lomas de Zamora, uno de los que se puso al frente fue Tempone, quien era martillero público.

Según contó Duhalde a Infobae, "ninguno se enriqueció con la función pública. Es más, uno de ellos está con problemas económicos y lo estoy ayudando".

Los Kirchner y sus secretarios "multipropósito"

Con la irrupción de los Kirchner al poder (Néstor 25/5/2003 – 10/12/2007 y Cristina Fernández 10/12/2007 – 9/12/2015) la ecuación cambiaría. Fueron varios los secretarios privados que, por tandas o simultáneamente, se sometieron a los vaivenes de una cargadísima agenda, donde no todas las actividades eran oficiales.

En los despachos del área presidencial solía verse a hombres de confianza de Néstor Kirchner, algunos de ellos sin un cargo en la estructura, pero que el presidente exigía tenerlos cerca para encomendarles trabajos específicos.

Néstor Kirchner junto a su secretario Daniel Muñoz

El más importante de ellos fue el santacruceño Daniel Muñoz, quien trabajaba con Néstor Kirchner desde los tiempos en que éste era gobernador. Su primera esposa había sido niñera de Florencia Kirchner.

Con la llegada al gobierno, se transformó en su secretario privado entre 2003 y 2009. Fue el que estuvo más cerca del presidente en el día a día, acompañándolo a todos lados, resolviéndole temas y atendiéndole el teléfono. Claramente, estaba por arriba de cualquier otro de los secretarios. Cuando Néstor finalizó su mandato, continuó trabajando a su lado.

Debió renunciar en 2009 cuando el juez Claudio Bonadio lo imputó por enriquecimiento ilícito, junto a otros secretarios. Al momento de su ingreso a la función pública, en 2003, había declarado un automóvil VW. Y, según investigaciones judiciales, se habría comprobado su vinculación con dos empresas asociadas a la explotación petrolera, la existencia de cuentas en las Islas Vírgenes, la adquisición de una veintena de farmacias y la compra de costosas propiedades en los Estados Unidos como, por ejemplo, un departamento en el Hotel Plaza de Nueva York. Muñoz falleció en 2016, víctima de un cáncer. Hacía unos años que vivía en la ciudad de Buenos Aires, donde se estaba tratando. Su esposa, Carolina Pochetti, involucrada en maniobras de lavado de dinero, fue aceptada como arrepentida.

Fabián Gutiérrez, ex secretario de Cristina, explicó ante Bonadio cómo era el traslado de los bolsos de Buenos Aires al Sur y se convirtió en arrepentido (Maximiliano Luna)

Otro de los secretarios cercanos al poder kirchnerista fue Fabián Gutiérrez, quien debía seguirles el tren al matrimonio, y especialmente a Cristina, desde el momento en que se despertaban hasta que se acostaban. Viajes, audiencias, compromisos, todo entraba dentro de sus obligaciones y con un solo franco mensual.En el 2005 renunció extenuado por el ritmo de Cristina ("nadie quería trabajar con ella", admitiría más tarde a la justicia). Pero, en 2007, Néstor lo convenció para que regresara como apoyo de su esposa. Involucrado en la causa de los cuadernos, se ha transformado en un testigo privilegiado en la ruta de los bolsos con dinero. Ante el juez, reveló cómo era el traslado de los bolsos con dinero desde Buenos Aires al Sur.

Cristina Kirchner y Pablo Barreiro. El secretario era hijo del jardinero de los Kirchner -Ricardo Barreiro- y renunció en 2015

Hubo otros secretarios, como Daniel Álvarez (que renunció en 2010); Juan Francisco Alarcón, Héctor Brito, Héctor Patrignani, Martín Aguirre, Mariano Cabral, Isidro Bounine (se fue en 2011), Pablo Barreiro y Ricardo Barreiro. Todos fueron llamados a declarar, ya que al decir del juez Bonadio, "…existió el propósito colectivo para organizarse con el fin de cometer delitos en forma permanente".

Durante la gestión de Néstor Kirchner, también ocupó la secretaría privada Elisabeth Miriam Quiroga. Formalmente era Directora de Documentación y se ocupaba de clasificar las cartas que le enviaban al presidente o que les entregaban en los actos. Su irrupción en los medios de comunicación y la revelación que hizo la puso en el ojo de la tormenta.

Elisabeth Miriam Quiroga fue secretaria de Néstor Kirchner y habló de los bolsos que movían Muñoz y otros funcionarios en la Rosada

Había comenzado a trabajar junto a Kirchner a partir de su gestión como gobernador. Había tenido una participación activa en la campaña y posteriormente fue la locutora en la Casa de la Provincia de Santa Cruz. Años después, aseguraría que por diez años había sido la amante del ex presidente. Cuando Cristina asumió, Oscar Parrilli la echó. La presidente indicó expresamente a los distintos ministros -Miriam conocía a todos ellos- que no le diesen trabajo.

En 2018, Miriam Quiroga le dio al fiscal Carlos Stornelli una de las declaraciones más detalladas de cómo era la intimidad del manejo del dinero en la Casa Rosada. Habló de los bolsos que movían Daniel Muñoz y otros funcionarios, confirmó que el presidente tenía sus propios "cuadernos espiralados" para llevar la cuenta de lo que lo que le debían, y aseguró que lo escuchó reclamar a viva voz que terminaran rápido las obras porque tenía "la puerta de la bóveda" para la casa de El Calafate.

Macri y una secretaria que rompe todos los moldes

Pero sin lugar a dudas, la que rompe con todos los moldes es Ana Moschini, la secretaria del actual presidente Mauricio Macri (10/12/2015), que lo viene asistiendo desde que el ingeniero tenía 5 años. Fue su niñera. Por entonces trabajaba para el padre Franco y, en un momento en que el primer mandatario necesitaba un cierto orden, la convocó.

Mauricio Macri y Ana Moschini, quien lo asiste desde que el primer mandatario tenía 5 años

Y fue así como Anita, 72 años, mujer menuda que habla cinco idiomas, a pesar de que ya estaba jubilada, no dudó en acompañarlo cuando se lanzó a la política. Fue presentada en sociedad durante el triunfo electoral del 2015.

"Ella conduce el Gobierno", bromea el presidente. Maneja su agenda, coordina reuniones, está al tanto de los pedidos de entrevistas periodísticas. Y hasta se ocupa de las cuestiones que hacen a la vida personal de su jefe, ya que lo conoce desde la infancia. "Esta mujer es una de las cosas más maravillosas que me pasó en la vida", confesó Macri. Razones no le deben faltar.

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