Con la decisión de más de la mitad de las provincias de desdoblar la elección a gobernador de las presidenciales, en Tucumán aún resta definir cuándo irán los ciudadanos a las urnas. La única precisión es que, autorizado por la justicia provincial, el mandatario Juan Manzur dispondrá que sea separado del calendario nacional. Según pudo saber Infobae, la fecha sería el 9 de junio.
Ante esto, los tiempos apremian dentro de Cambiemos para definir cuál será la fórmula que tendrá la difícil tarea de desbancar al peronismo en la provincia norteña, que este año se divide entre José Alperovich, que responde a Cristina Kirchner, y Juan Manzur, que en un principio coqueteó con Argentina Federal de Sergio Massa y gobernadores no kirchneristas pero luego llamó a la unidad en línea con lo que pregona la ex presidente.
Los cuatro nombres que compiten por encabezar la lista son el ex ministro de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat-Gay, el diputado nacional José Cano, la senadora Silvia Elías de Pérez y Domingo Amaya, subsecretario del Interior de la Nación. Sin embargo, todo indica que se definirá entre los dos últimos de la lista.
Si bien públicamente tanto Prat-Gay como Cano aún sostienen sus intenciones de competir, al primero le juega en contra su enemistad con Marcos Peña, el influyente jefe de Gabinete que suele tener la última palabra en los armados electorales, mientras que al ex titular del Plan Belgrano no lo acompañan las encuestas.
Ante esto, Elías de Pérez y Amaya ganan terreno, aunque la senadora corre con una ventaja, que es la misma que quita de la lista a Prat-Gay, pero a la inversa: tiene muy buena relación con Peña, quien, según definieron fuentes cercanas al funcionario para exagerar el favoritismo, está "enamorado" de la tucumana.
En la Casa Rosada ya dan por descontado que Prat-Gay no será de la contienda y posicionan mejor a Cano que a Amaya, que ya comenzó con un trabajo fuerte de cartelería en la provincia. Pero todo apunta a que la elegida será Elías de Pérez, quien hasta ya comunicó quién sería su vice gobernador: el diputado del PRO Facundo Garretón.
Este dato, de todos modos, no quita definitivamente de la contienda a Amaya, quien en 2015 ya resignó ser candidato ante Cano y ahora está decidido a serlo. Además, desde su entorno sostienen que si él no encabeza, iría de vicegobernador.
El clima interno tampoco es de los mejores. El grupo de WhatsApp llamado "Cambiemos Tucumán" del que participan los cuatro aspirantes casi no tiene actividad. Y puertas adentro todos definen la reunión días atrás con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, como "para la foto" y con un tinte protocolar que no pretendió en ningún momento arrojar conclusiones.
Lo cierto es que todo se definirá "por tres encuestas" y se aplicará el pragmatismo: el que más mida será el candidato. Esta metodología favorece a Elías de Pérez, que hace tiempo está recorriendo la provincia y ganó notoriedad el año pasado durante el debate por el aborto en el que la senadora fue una ferviente militante de "las dos vidas", como el 80% de los tucumanos. El apoyo de Peña también será clave para terminar de inclinar la balanza.
Si se confirma que las elecciones serán el 9 de junio, para principios de marzo el Gobierno deberá tener decididos sus candidatos porque hay que firmar las alianzas. Pero con una salvedad: no se podría crear el sello "Cambiemos" ya que el radicalismo no renovó las autoridades provinciales cuyos mandatos vencieron a fines de 2018. De todos modos, esto no es visto con malos ojos por los posibles postulantes ya que el objetivo es "provincializar" los comicios porque la imagen de Mauricio Macri está muy baja en Tucumán y la de Cristina Kirchner muy bien considerada.
Por esto, el desdoblamiento de las elecciones también es bien recibido. A ningún candidato de Cambiemos le suma que el Presidente esté en la boleta y, por el contrario, para Alperovich sería crucial que apareciera la ex mandataria. Paradójicamente, el más afectado por esto es el actual gobernador, Juan Manzur, quien queda "descolgado" y debió decidir cuál sería la opción menos mala: separar los comicios y discutir las falencias de la provincia o ir con las nacionales y ser el único sin candidato a presidente en la boleta. Se inclinó por la primera.
En el oficialismo saben que ganarle al PJ es un objetivo que roza lo imposible, pero los más optimistas consideran que puede haber un batacazo. Se basan en que la división del peronismo les asegura, al menos, realizar una elección competitiva. Para esto, entienden que la construcción es "paso a paso" y, en el mientras tanto, apuntan a seguir creciendo en las encuestas aún cuando no decidieron las candidaturas.