En 2016 los ciudadanos norteamericanos acudieron a las urnas para votar un nuevo presidente. El segundo mandato de Barack Obama estaba llegando a su fin y la batalla electoral entre republicanos y demócratas volvía a ser el foco del debate político mundial. Donald Trump y Hillary Clinton se enfrentarían en una elección reñida donde, finalmente, el candidato republicano se alzaría con la victoria y se convertiría en el 45º presidente de Estados Unidos.
Durante la campaña electoral, y según la investigación de la Oficina del Fiscal Especial, Robert Mueller, trolls rusos llevaron adelante una campaña para debilitar la candidatura de Clinton -quien como secretaria del Departamento de Estado fue crítica del presidente de Rusia, Vladimir Putin-, y favorecer la candidatura de Trump. De la investigación se desprende que para lograr el objetivo se formó una agencia que generaba noticias falsas llamada Internet Research Agency (IRA). La principal tarea era dividir a los estadounidenses y sembrar desconfianza en la democracia.
En el 2019 los argentinos elegirán intendentes, legisladores, gobernadores y a un nuevo presidente. El actual jefe de Estado, Mauricio Macri, buscará su reelección, y aunque la oposición aún no tiene un candidato definido para los comicios que tendrán lugar el 27 de octubre, la ex presidenta Cristina Kirchner figura al tope de las preferencias de los argentinos. En un año clave para la reconfiguración del mapa político nacional, y frente al rol estratégico que tiene Argentina como aliada comercial de Estados Unidos, ¿puede un país como Rusia entrometerse en la campaña electoral? Y si lo hace, ¿está Argentina preparada para reaccionar frente a la distribución de noticias falsas dirigidas a formatear la opinión pública?
En el país existe un antecedente preocupante. Y es que Alexander Nix, el ex CEO de Cambridge Analytica, la consultora que está acusada de haber obtenido información de millones de usuarios de Facebook sin permiso para generar anuncios políticos dirigidos a favorecer la campaña presidencial de Trump, admitió cuando compareció ante el Parlamento británico que la compañía trabajó en Argentina y reconoció que propuso una campaña "anti-Kirchner".
Nix no reveló para qué cliente fue ideada esa campaña y sugirió que el trabajo finalmente no fue realizado.
Ese hecho preexistente, sin embargo, genera un llamado de atención para las autoridades argentinas frente al comienzo del año electoral. Una alarma que lo obligará a estar en permanente alerta para que una potencia mundial no intervenga en el proceso electoral de uno de los países más importantes de Sudamérica.
Existen dos posibles caminos para discernir si la posibilidad de una intervención puede concretarse o no. Uno es la preparación del país en materia de educación tecnológica. Es decir, si en Argentina el Gobierno y los ciudadanos tienen herramientas suficientes para evitar consumir noticias falsas. El segundo camino es la capacidad del Estado argentino para enfrentar un ciberataque y evitar que la sociedad caiga en la trampa que otros países podrían tenderle a través de una intervención en el campo digital para propio beneficio.
Roxana Morduchowicz, doctora en Comunicación y autora del libro Ruidos en la web, explicó a Infobae el daño que puede generar la proliferación de noticias falsas en un año electoral y la necesidad que existe, como consecuencia de la viralización de notas apócrifas, de que el Estado genere políticas públicas para educar a la población, en especial a los jóvenes, sobre cómo discriminar la veracidad de los contenidos que se consumen en las redes sociales e internet.
"Tanto en Argentina como en otros países del mundo, según estudios internacionales, los jóvenes que buscan información en la web se quedan con el primer link que encuentran. No chequean esa información, ni identifican las fuentes. La viralizan y confían en que es verídica por el solo hecho de que se la haya mandado una persona de confianza. Ese el principio de una cadena donde se empieza a diversificar información falsa", explicó en contacto con este medio.
La medida de confiabilidad para la mayoría de la gente está basada en quién le envió el link con la información. Según Morduchowicz ese es "uno de los motivos principales de la propagación de noticias falsas en todo el mundo", debido a que "la gente común, sin querer y a través de las redes sociales, comparten noticias" que encuentran en internet. Atacar esta problemática se ha convertido en prioridad mundial para la Unesco, el organismo de educación de las Naciones Unidas, que decidió intervenir y creó un programa de Alfabetización informacional con el fin de brindar herramientas para que los usuarios busquen información confiable.
La doctora en Comunicación también especificó que en un año electoral "se hace más urgente la necesidad de que haya políticas públicas apuntadas a combatir la viralización de noticias falsas" y que el problema no solo afecta a los jóvenes -que tienen mayor contacto con las redes sociales- sino a toda la población, debido a que la viralización se produce a través de aplicaciones como WhatsApp, que también es utilizada por adultos.
Felipe Frydman, diplomático y analista internacional, consideró improbable, sin embargo, un ataque externo. "No creo que ninguna potencia tenga interés en influenciar el resultado de las próximas elecciones. Este Gobierno mejoró las relaciones con los Estados Unidos, como lo muestra el apoyo del FMI y la posición sobre Venezuela, pero también mantiene buenos vínculos con China y Rusia", destacó. Además, sostuvo que "la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) no tiene los medios para detectar una intervención proveniente de otros continentes".
Luego, Frydman brindó una descripción política vinculada con el interés sobre las redes sociales que tienen los principales exponentes del gobierno nacional. "Hasta ahora solo sabemos que Jaime Durán Barba y Marcos Peña tienen pasión por las redes que nutren a la mayoría del electorado, que por edad está alejado de los métodos tradicionales", señaló. Y agregó: "Me preocupa más la utilización de los 'fake news', un problema muy grave sobre el cual no se puede hacer mucho sin afectar la libertad de expresión y a la que recurrirán todos sin importar el color político".
Otro aspecto de la cuestión es la posibilidad de un ciberataque. Al respecto, Juan Battaleme, director en la maestría de Defensa de la Universidad del CEMA, advirtió que "nadie se encuentra preparado para un ciberataque" pero que "la mejor forma de contrarrestarlo es tener operadores debidamente entrenados para reconocer una amenaza". En esa línea, explicó que "los ciberataques y las defensas ya no son aspectos exclusivamente de individuos" y que en la actualidad "es una cuestión de organizaciones ofensivas y defensivas que buscan explotar vulnerabilidades".
Nicolás Dapena, experto del Roster of Experts del Consejo de Seguridad de la ONU, indicó en diálogo con Infobae que "los niveles de ciberseguridad en este tema están bastante estandarizados a nivel global, así que obedece a los recursos que tiene el gobierno argentino para brindar seguridad". En ese sentido, afirmó que "en ciberdefensa el concepto más relevante es el de definir cuáles son las amenazas" y que el rol proactivo más importante es el que llevan a cabo los servicios de inteligencia "para detectar quiénes y por qué pueden tener interés en afectar un proceso electoral".
En el gobierno nacional consideran que en materia de ciberseguridad la Argentina ha avanzando en los últimos tres años. El subsecretario de Lucha contra el Narcotráfico, Martín Verrier, aseguró que el avance del país "se produjo especialmente durante el G20, cuando Argentina se vio obligada a establecer altos estándares en materia de protección cibernética". En la misma sintonía se expresó el secretario de Modernización, Andrés Ibarra, quién señaló que durante el proceso electoral se trabajará "con el mismo equipo de ciberseguridad que se trabajó durante la cumbre del G20 y todo el desarrollo que haya en la materia".
El director nacional de Cooperación Internacional de la Seguridad, Gastón Schulmeister, explicó que la experiencia en la cumbre de presidentes tuvo como consecuencia que Argentina está mejor preparada que antes para una elección presidencial. "Si bien estamos mejor preparados que nunca, considerando que nadie en el mundo está exento de ser objeto de un ataque, es necesario seguir actualizándonos en la evolución de las amenazas cibernéticas más críticas en el sector público y privado, para poder proteger las redes y los datos de nuestras organizaciones gubernamentales", afirmó.
Producción: Joaquín Mugica, Martín Dinatale y Rodrigo Duarte
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