La nueva misión del Fondo Monetario Internacional a la Argentina pisará a partir de este lunes territorio desconocido. Los técnicos del FMI liderados por el economista Roberto Cardarelli llegarán a Buenos Aires en momentos en que se aceleran los armados preelectorales, las encuestas muestran datos que inquietan a la Casa Rosada y la oposición en su conjunto rechaza los términos del acuerdo tal como fue firmado a mitad de 2018, y que se extenderá hasta bien entrada la próxima gestión de gobierno.
No parece el mejor contexto, aunque la esperanza de los técnicos del Fondo -y del equipo de Nicolás Dujovne- es que una reactivación al menos incipiente de la economía empiece a hacerse sentir a partir de abril, impulsada por la cosecha. Las dos cosas van de la mano: la continuidad del programa, junto con su implementación sin desvíos, comienza a ser una preocupación central en las oficinas del FMI en Washington. Y esa continuidad, interpretan, podría estar atada al éxito electoral de Mauricio Macri en octubre.
En el organismo multilateral de crédito no esconden la inquietud. Alejandro Werner, economista jefe para el Hemisferio Occidental, lo expresó sin tapujos cuando el mes pasado se le preguntó por el futuro del acuerdo luego de las elecciones. En la Argentina, como en todo país emergente, afirmó, "un giro político y un cambio importante en la dirección económica siempre ha sido un riesgo considerable".
Después de la revisión que inician este lunes Cardarelli y su equipo -la tercera hasta ahora- se espera que el Fondo desembolse algo más de 10.000 millones de dólares. Y que haya otros dos desembolsos más antes de las presidenciales si los avances del programa tienen el visto bueno del directorio del FMI. El Gobierno habrá recibido así el grueso del crédito por 57.100 millones de dólares pactado al precio de un ajuste que deberá continuar quien gobierne a partir de 2020.
Para el kirchnerismo esto es sencillamente inaceptable. En el massismo sostienen que, tal como está escrito, el acuerdo es "inviable", según confió a Infobae un dirigente cercano a Sergio Massa, principal referente del peronismo que todavía se declara no cristinista. Si el electrocardiograma de la economía no muestra pronto signos vitales, la campaña va a girar cada vez más en torno al programa firmado en las oficinas del FMI y el costo social de los recortes.
Cardarelli podría mantener encuentros con referentes de la oposición durante su misión en la Argentina. No hay reuniones previstas en la agenda del enviado del Fondo, pero desde el organismo indicaron la semana pasada que hay buena disposición a continuar con esas conversaciones al margen del eje prioritario de la visita, que es la revisión de los números de la economía junto a los funcionarios de Dujovne en el Ministerio de Economía y de Guido en el Banco Central.
En su última visita, tres meses atrás, el jefe de misión para la Argentina se reunió con Massa y buena parte de su equipo. Participaron entre otros Marco Lavagna, Diego Bossio, Graciela Camaño, José Ignacio De Mendiguren y Aldo Pignanelli. Hubo amplias explicaciones y un veredicto que no cambió desde entonces. "Le dijimos que este acuerdo es inviable para el país", aseguraron a Infobae en off the record. "Esperamos que se reúna también con otros actores políticos para que todos los que vemos que el acuerdo es inviable se lo podamos decir honestamente y en la cara", enfatizó una fuente.
En el FMI conocen bien el punto de vista opositor y buscan, además, tomar el pulso de la sociedad a través de encuentros con otros sectores sociales, como referentes del empresariado, la academia y la sociedad civil, de la que también recogen inquietudes. Una tercera reunión con algunas organizaciones representativas está prevista para el 20 de este mes, cerca del final de la misión.
En las dos primeras, desde la sociedad civil le acercaron a Cardarelli inquietudes sobre el impacto social de la política monetaria severa adoptada por el Central para combatir la inflación y los recortes comprometidos para alcanzar la meta del equilibrio fiscal. En el año electoral, esos efectos van a ser un importante insumo político. Quizá el principal.
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