Se endurece la puja en la licitación por el recuento provisorio del resultado de las elecciones

El Gobierno lanzó el llamado a principios de este año y hay varias empresas interesadas. La española INDRA tiene el servicio desde 1997, pero ahora compite por el negocio, que en los últimos comicios fue de 23 millones de dólares, con la venezolana SmartMatic

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Un simulacro del escrutinio provisorio,
Un simulacro del escrutinio provisorio, en la previa de las elecciones del 2017 (Télam)

Subterránea, la puja por la prestación del servicio del recuento provisorio del resultado de las elecciones de este año acapara tanta o más tensión que la discusión por las candidaturas.

Desde que el Gobierno lanzó a principios de año el llamado a licitación para la transmisión de datos de las PASO, las elecciones generales y el eventual ballotage a través del Correo Argentino, un grupo de empresas se interesó por el negocio, que en los últimos comicios ascendió a 23 millones de dólares y que la española INDRA monopoliza desde 1997.

En las últimas semanas, en el directorio de la multinacional española, liderado por Eduardo Ricardo Viaggio -un ex SOCMA, el holding de la familia Macri, en sus tiempos lejanos-, se prendieron las alertas por la agresiva irrupción de SmartMatic, una empresa de origen venezolano que creció al calor del gobierno chavista.

En el 2017, incluso, la propia SmartMatic, que proveyó el software en las elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente, declaró a través de un comunicado que "no tenía dudas" de que la participación de electores "había sido manipulada", según reprodujo el New York Times en un artículo. La manipulación ascendía a más de 1 millón de votantes.

En paralelo al llamado a licitación para el recuento provisorio del escrutinio, el Correo confirmó la contratación de SmartMatic para transmitir los datos desde los colegios al centro de cómputos a través de notebooks del programa Educ.Ar, del Ministerio de Educación. La oferta de la compañía fundada por los hermanos Antonio y Pedro Mugica y Roger Piñate, de Venezuela, y dirigida ahora por el inglés Lord Mark Malloch-Brown, fue de 1,2 millones de dólares, un tercio de la presentada por INDRA, de 3,9 millones de dólares.

En su sitio web, la firma  promociona el sistema de autenticación de votantes en el país en los últimos comicios, en Armenia, también en 2017, y las elecciones en Lombardía, Sierra Leona y las primarias del 2016 en Los Ángeles, California.

En uno de los cables filtrados por Wikileaks, Vladimir Chelminski, ex director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Caracas, puso en duda las máquinas utilizadas por la compañía en el 2004, en su debut en las elecciones venezolanas tras alzarse con una licitación de casi 130 millones de dólares.

En el 2015, había sido Oscar Aguad, entonces candidato a gobernador de Córdoba y uno de los primeros aliados radicales de Mauricio Macri, el que sembró dudas por la firma. "Es venezolana y no tiene buenos antecedentes. De hecho, no la encontré en Google", chicaneó el actual ministro de Defensa en declaraciones televisivas semanas antes de perder contra Juan Schiaretti.

Ese mismo año, Magic Software Argentina (MSA) debutaba con la Boleta Única Electrónica en la ciudad de Buenos Aires, en los comicios que coronarían a Horacio Rodríguez Larreta como sucesor de Macri y en los que SmartMatic pujó por el negocio. MSA es otra de las firmas que presentaría ofertas en la licitación convocada por el Gobierno, que el próximo 20 de febrero empezará a evaluar los aspectos técnicos y luego los económicos. El negocio se definiría a mediados de marzo.

En el 2017, tres días
En el 2017, tres días antes de las PASO, un paquete-bomba explotó en la sede de Puerto Madero de Indra, la española a cargo del escrutinio provisorio desde 1997

Hasta ahora, la española INDRA sobrevivió en el país a 11 elecciones: dos durante el menemismo, la legislativa del 2001, en la Alianza; la del 2003, hacia el final del gobierno de transición de Eduardo Duhalde; seis del kirchnerismo, y la última con Macri en el poder, en el 2017.

Tres días antes de las PASO de ese año, un paquete-bomba explotó en la sede de la empresa española, en el barrio porteño de Puerto Madero. El episodio estuvo atravesado por versiones de todo tipo.

Ese mismo año, en abril, la sede principal de la empresa fue allanada en España, en el marco del escándalo por la supuesta financiación ilegal de la campaña del Partido Popular en aquel país. Desde la firma explicaron que los directivos colaboraron desde ese momento con la Justicia. Pero la compañía quedó en la mira.

En los últimos comicios legislativos, SmartMatic se presentó a la licitación junto a INDRA. Y perdió. "Ahora está todo abierto", aseguraron a Infobae fuentes del Correo, el encargado de sellar la licitación junto al Ministerio del Interior y el área de Modernización, a cargo de Andrés Ibarra, vicejefe de Gabinete. Aunque hay otros integrantes del círculo íntimo del Presidente que siguen de cerca la trama, atravesada por fuertes presiones.

Tanto INDRA como SmartMatic, las dos protagonistas centrales de la licitación, tienen nexos con el Gobierno. A través de empresarios o de funcionarios.
La española, en ese caso, tiene múltiples relaciones con el Estado. La mayor, en el control del espacio aéreo, uno de los rubros en los que pisa fuerte en el mundo.

Es más: la multinacional trajo a fines del año pasado más de una docena de drones especializados en reconocimiento facial para operar durante el G20. Los aparatos están ahora en manos de las fuerzas de seguridad, a cargo del ministerio que conduce Patricia Bullrich, según fuentes oficiales.

Según el llamado a licitación del correo estatal, "el oferente deberá acreditar una antigüedad en materia de tecnología electoral no menor a diez años" y "experiencia acreditada mediante certificaciones en implementaciones exitosas de procesos de recuento de resultados electorales de similares características y envergadura (mínimo 90.000 mesas electorales) a nivel nacional y/o extranjero". En los últimos comicios, el total de mesas ascendió a 98.000.

Andrés Rombola, representante de SmartMatic
Andrés Rombola, representante de SmartMatic en Argentina (Santiago Saferstein)

"El Correo Oficial de la República Argentina contratará el servicio de recuento provisional de las elecciones nacionales 2019 que permita realizar la carga de los resultados de las mesas electorales, el procesamiento, la fiscalización, la publicación y la difusión de los cómputos a nivel nacional y distrital, para las elecciones de cargos nacionales (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), Generales y eventual Segunda Vuelta Presidencial) y para las elecciones de cargos provinciales hasta legislador provincial, en caso de simultaneidad, que se celebrarán durante el año 2019″, introduce el pliego de licitación, destinado a difundir los resultados "a partir de las 21 horas de la jornada electoral". El escrutinio definitivo está en manos de la Justicia Electoral.

Sin embargo, INDRA y SmartMatic, además de la eventual oferta de MSA, no serían las únicas interesadas en el negocio.

Por estos días, el español Jesús Gil Ortega estaría por desembarcar en el país, con el foco puesto en la licitación. Gil Ortega es un ex INDRA que fue despedido de la empresa, juicio mediante, después de investigaciones por irregularidades en los contratos electorales de los comicios de Angola, que el holding español organizó en la última década, según publicó El Confidencial.

Pero hay otro actor más que se sumaría a la disputa, según pudo saber este medio, por consejo del propio Gobierno.

Se trata del grupo colombiano Carvajal Tecnología asociado a Thomas Greg & Sons, a cargo del proceso electoral del país cafetero, un negocio en el que incluso cuentan con INDRA como una de las patas logísticas. El ex presidente Juan Manuel Santos fue directivo de Thomas Greg & Sons hasta el 2006, un antecedente que fue objeto de críticas en el 2017, antes del censo electoral.

La cara visible en nuestro país del holding es el colombiano Camilo Bautista, un empresario de poco más de 60 años, más conocido en la Argentina por Las Monjitas, el equipo de polo del que es dueño, que a fin del año pasado fue subcampeón del abierto de Palermo y que es auspiciado, entre otros, por Thomas Greg & Sons.

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