Carolina Pochetti, la viuda de Daniel Muñoz, pidió ser aceptada como arrepentida en la causa iniciada por las anotaciones del chofer Oscar Centeno. Con un nuevo abogado, el defensor oficial Juan Martín Hermida, la mujer acusada de asociación ilícita y lavado de dinero mantuvo una reunión con los fiscales Carlos Stornelli –que regresó especialmente de sus vacaciones- y Carlos Rívolo para comenzar a hablar sobre los más de USD 70 millones que movió su marido, el ex secretario privado de Néstor Kirchner, para comprar propiedades en los Estados Unidos a través de un complejo engranaje de sociedades.
Pochetti declaró durante varias horas ante los fiscales en el marco de un fuerte hermetismo. Incluso personal del Servicio Penitenciario montó una guardia en las puertas de la oficina y les ordenó a los periodistas que se retiraran del lugar. Pasadas las 18:30 del jueves la declaración había finalizado, pero no trascendió si continuará en las próximas horas. “Cero información", repetían las fuentes consultadas para evitar que se filtraran detalles.
El acuerdo al que llegue un arrepentido con la fiscalía es secreto hasta que el juez decida homologarlo y quede incorporado a la causa. Si al fiscal o al juez no les convence la información, la declaración quedarán la nada. Ayer, Pochetti le preguntó a Hermida cuáles serían los beneficios de convertirse en arrepentida. Eso dependerá, obviamente, de si convence a los fiscales y al juez Claudio Bonadio de que su aporte es valioso para la causa.
En la previa, se estimaba que la declaración sería extensa y probablemente continuara este viernes. “Declarar como arrepentido no es una declaración común y máxime en esta causa”, señalaron fuentes de la investigación a Infobae. “Ella comenzó a hablar pero los fiscales tienen mucho para preguntarle”, detallaron las mismas fuentes.
Pochetti llegó a declarar bajo el rol de "imputado-colaborador” en un capítulo de la investigación en donde hay mucha prueba y con al menos cuatro arrepentidos que ya dieron detalles de las maniobras: Elizabeth Ortiz Municoy, su ex marido Sergio Todisco y el ex ministro de Hacienda de Santa Cruz Juan Manuel Campillo (aun preso). El primo de Pochetti, Carlos Gellert, también preso, pidió la semana pasada ser incluido entre los arrepentidos.
En la causa, los fiscales creen que se construyó "una estructura jurídica, societaria y bancaria en la Argentina y en el extranjero, con el fin de canalizar, convertir, transferir, administrar, vender, disimular y o poner en circulación en el mercado fondos de procedencia ilícita" y que habrían salido de las recaudaciones relatadas por el chofer Oscar Centeno en sus cuadernos.
Carolina Pochetti está presa desde el 24 de octubre cuando se entregó en Comodoro Py 2002 un par de días después de saber que la estaban buscando. En el allanamiento a su casa, encontraron computadoras y teléfonos rotos. Ese su indagatoria, la mujer lloró, dijo que el jefe de su marido era Néstor Kirchner y que cuando aparecían en la prensa las noticias que ponían en duda su actividad, su marido le decía: "No te metas, no preguntes, son cosas de la política para embarrarlo".
Sin embargo, los investigadores creen que la mujer cumplía un rol activo en el control del dinero que pasó por manos de su marido, la convocatoria a distintos tesfaferros y el intento de vender las sociedades una vez que el kirchnerismo dejó el poder y explotó el escándalo de los Panamá Papers, donde apareció el nombre de Daniel Muñoz.
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