Macri se reúne con Bolsonaro para modernizar el Mercosur, tratar la crisis de Venezuela y profundizar la relación bilateral

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Mauricio Macri desciende anoche del
Mauricio Macri desciende anoche del avión que lo llevó a Brasil

Justo a la medianoche, Mauricio Macri ingresó al hotel Meliá de Brasilia para dormir unas pocas horas antes de encontrarse con Jair Bolsonaro en el Palacio del Planalto. Macri promovió este viaje relámpago para conocer in situ la posición de Bolsonaro sobre el Mercosur, la situación en Venezuela y la relación bilateral entre ambos países.

Llegaban desde Brasil a la Casa Rosada señales contradictorias, y el presidente quería saber si su colega brasileño había decidido enterrar el Mercosur, congelar la relación bilateral y alinear su política exterior a la agenda estratégica de Donald Trump.

Bolsonaro sabía de las preocupaciones de Macri y anoche hizo una sorpresiva jugada que arrancó una generosa sonrisa en la delegación argentina: el borrador del comunicado oficial, enviado por la Cancillería del Brasil al canciller Jorge Faurie, rescata la importancia del Mercosur y avala implícitamente las negociaciones realizadas para alcanzar un acuerdo con la Unión Europea.

Coreografía diplomática

Macri puede tener ciertas dudas acerca de la agenda internacional de Bolsonaro, pero el presidente brasileño diseñó una jornada de trabajo que demuestra sus intenciones políticas de profundizar las relaciones bilaterales.

Junto a Macri llegaron los ministros Faurie, Patricia Bullrich, Dante Sica, Nicolás Dujovne, Oscar Aguad y Germán Garavano, y los secretarios Fulvio Pompeo, Marisa Bircher y Horacio Reyser, integrando así una delegación oficial que no tiene antecedentes en el gobierno nacional. Bolsonaro entendió el mensaje político de Macri al viajar con esa representación gubernamental, y no dudó en desplegar a sus ministros y secretarios más importantes.

Pompeo arranca la jornada en una reunión con Augusto Heleno, ministro jefe del Gabinete de Seguridad Institucional. Faurie irá hasta Itamaraty para conversar con su par Ernesto Araújo. Bullrich y Garavano se encontrarán con Sergio Moro, exjuez del caso Lava Jato y actual ministro de Seguridad y Justicia. Oscar Aguad será recibido por su colega Fernando Azevedo, mientras que Dujovne y Sica tomarán café con Paulo Guedes, superministro de Economía.

Son reuniones exploratorias que sirven para generar confianza y planificar nuevos encuentros. Es imposible que en cuarenta minutos de reunión se pueda profundizar una agenda bilateral que incluye seguridad, defensa, cooperación judicial, integración económica, Mercosur y las relaciones exteriores de ambos estados. "Son encuentros que sirven para conocerse. Yo hablé varias veces por teléfono con Guedes, pero ahora lo voy a conocer personalmente", dijo Dujovne a Infobae cuando arribó a Brasilia.

Media hora a solas

A las 10 en punto, todos los ministros y secretarios deben llegar al Palacio del Planalto para participar de la ceremonia de recepción de Bolsonaro a Macri.

Será la primera vez que Bolsonaro recibe a un jefe de Estado, y ese gesto político no pasó desapercibido para el presidente argentino. Después de los himnos y la foto oficial, Bolsonaro y Macri protagonizarán una reunión acotada que tendrá dos etapas: al principio, ambos presidentes estarán acompañados por funcionarios vinculados a la diplomacia (Faurie y Pompeo, en el caso argentino), y a continuación Bolsonaro y Macri protagonizarán un cónclave cerrado sin testigos ni traductores.

Cuando concluya ese encuentro y una reunión más amplia entre las dos delegaciones, Bolsonaro y Macri realizarán un balance de la jornada de trabajo. Cada uno de los mandatarios repasará los temas abordados y se entregará a los medios una copia del comunicado oficial. El primer borrador del comunicado –al que accedió Infobae- rescata la importancia del Mercosur, hace una mención implícita a las negociaciones con la Unión Europea y promueve una mayor cooperación económica entre los dos países.

Macri y Bolsonaro se conocerán hoy en el Palacio del Planalto. Será una excelente oportunidad para consolidar la relación bilateral y analizar una agenda global que es diversa y compleja. Puede ser un momento histórico para Argentina y Brasil.

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