Juan Manuel Campillo, el ex funcionario K preso por la causa cuadernos, consiguió hoy convertirse oficialmente en "arrepentido". Después de casi un mes de haber declarado ante los fiscales Carlos Stornelli y Carlos Rívolo, el juez federal Claudio Bonadio homologó el acuerdo de imputado-colaborador, confirmaron a Infobae fuentes judiciales.
No obstante, Campillo aún no fue excarcelado. Con la homologación del acuerdo, el defensor oficial Gustavo Kollman solicitó esta tarde la libertad de Campillo. El juez tiene 24 horas para resolver sobre ese planteo, añadieron las fuentes consultadas.
Por el momento, el contenido de su aporte en la causa se mantiene bajo reserva, mientras se aguardan definiciones sobre la situación procesal de la viuda de Muñoz, Carolina Pochetti, y de un grupo de involucrados, entre ellos el propio Campillo y el contador de los Kirchner, Víctor Manzanares.
Campillo fue ministro de Hacienda de Santa Cruz, ex titular del ONCAA y fue señalado como un presunto "valijero K". Su nombre también es conocido porque estuvo en pareja con un modisto de la farándula, el diseñador Carlo Di Doménico, que apareció muerto y cuya familia acusó a Campillo por su deceso. Además está imputado en la causa por la obra pública en Santa Cruz, un remanente del caso por el que la ex presidenta Cristina Kirchner irá a juicio oral en febrero.
En noviembre pasado, Campillo quedó preso. Se lo acusa de haber participado en el lavado de dinero que pasó por las manos de Daniel Muñoz, el ex secretario privado de Néstor Kirchner que falleció en 2016 y movió más de 70 millones de dólares al exterior. En el momento del allanamiento en su casa, se encontró una carta que el propio Campillo le había escrito a la ex presidenta y que nunca llegó a mandar. Allí le "pedía hablar", prometía "cuidar" sus espaldas y hasta de la ley del karma.
Campillo aparece vinculado a ese dinero de Muñoz, puntualmente se lo vincula con el intento de la venta de las propiedades que tenían el ex secretario de Muñoz y su esposa Carolina Pochetti, una vez que podía ser detectada la ruta del dinero.
Ayer, fue el primo de Pochetti el que pidió convertirse en arrepentido. Carlos Gellert, también vinculado a la cadena de sociedades que intervino en la compra de propiedades en el exterior, estuvo reunido con los fiscales Rivolo y Stornelli. Según pudo saber Infobae, el Ministerio Público firmó un acuerdo de colaboración con ese detenido, pero también deberá pasar por el visto bueno de Bonadio.
"Muñoz, Pochetti, Sergio Todisco, Elizabath Municoy, Perla Aydee Puentes Resendes, Carlos Alberto Gellert y Carlos Temístocles Cortez habrían conformado una estructura jurídica, societaria y bancaria en la Argentina y en el extranjero con el fin de canalizar, convertir, transferir, administrar, vender, disimular y o poner en circulación en el mercado fondos de procedencia ilícita, presumiblemente originados (en la causa de los cuadernos) y convertirlos integrarlos al circuito económico formal bajo apariencia de licitud todo ello desde al menos el año 2010 y con vigencia en la actualidad", sostiene la acusación.
Según las pruebas de la causa, Todisco y Ortiz Municoy –dueña de la inmobiliaria Ortiz LizMar- habrían creado al menos 14 empresas en Miami y en el estado de Delaware, entre mayo de 2010 y julio de 2015, que fueron el canal para la adquisición de 16 propiedades –departamentos de lujo, paseos comerciales y un mini shopping-. Además tienen o tuvieron a su nombre varias de las cuentas bancarias en los Estados Unidos de América. Por vías diplomáticas se detectó que figuraban como titulares de las sociedades formadas en ese país, luego transferidas a Perla Puente Resendez, esposa de Gellert.
Una vez que se destapó el caso Panama Papers, dice Stornelli, el entorno de Muñoz activó un operativo para vender las sociedades. Allí es donde, se sostiene, intervinieron el abogado de Pochetti, Miguel Plo y sus familiares, y el ex funcionario santacruceño Juan Manuel Campillo. En ello también fue acusado de participar el sobrino de Campillo, Gastón, quien ayer consiguió la excarcelación a través de la Cámara Federal. Bonadio le puso una fianza de 50 mil pesos.
A estos últimos involucrados se los acusa de haber viajado a Estados Unidos para vender las sociedades y quedarse, se sospecha, con una jugosa parte del dinero de Muñoz. En otro capítulo de ese presunto lavado también se involucró a Víctor Manzanares, histórico contador del matrimonio Kirchner y hoy preso por la causa Los Sauces.
El juez Bonadio tiene a su estudio la voluminosa prueba de todo este capítulo mientras siguen apareciendo declaraciones y arrepentidos. La Cámara Federal ya instó al juez a apurar una definición sobre la situación procesal de los involucrados, acusados de ser miembros de una asociación ilícita y de lavar dinero de la corrupción.