El Gobierno en modo campaña. Es un estado de situación que no se altera a pesar del parate vacacional, por ejemplo, del presidente Mauricio Macri en el sur del país o de la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, en la costa atlántica, y es por eso que la mesa chica de Casa Rosada comenzó a intervenir en dos situaciones que podrían derivar en posibles conflictos: la posibilidad de que provincias oficialistas adelanten sus comicios y el reclamo de los socios internos para definir las candidaturas en internas.
Este viernes, Macri recibirá en el exclusivo barrio privado Cumelén, en Villa La Angostura, a los gobernadores radicales Gerardo Morales (Jujuy) y Alfredo Cornejo (Mendoza), y al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Con ellos tiene previsto analizar diferentes escenarios electorales, pero sobre todo buscará disuadirlos de un posible desdoblamiento de sus elecciones: quiere que el resultado en estas provincias traccione a la elección presidencial de octubre.
Tanto Morales como Cornejo ya plantearon la posibilidad de comicios separados de los nacionales como una alternativa para potenciar sus gestiones y evitar sufrir las consecuencias de la coyuntura nacional que afecta al propio Macri. El jefe de Estado, y sus principales colaboradores, buscan convencerlos de los beneficios de unificar, con la elección de las candidaturas y el armado de las listas como elemento de negociación.
Por ejemplo, presiona en Mendoza con la instalación como candidato a gobernador de Omar De Marchi, intendente de Luján de Cuyo, cuando el elegido de Cornejo (que no puede reelegir por impedimento constitucional) es su ministro de Infraestructura, Martín Kerchner, como sucesor en el Frente Cambia Mendoza.
La otra provincia que podría adelantar su elección, quizá la más importante por lo que significa en lo simbólico y por el peso en cantidad de electores, es Buenos Aires. Aún con algunos reparos y mucha cautela, desde el Gobierno empezaron a evaluar con más seriedad esta posibilidad: quienes la proponen argumentan el envión que representará para Macri mostrar antes de las presidenciales de octubre un triunfo de María Eugenia Vidal.
Pero todavía sigue fuerte la idea en el núcleo duro del Gobierno de comicios simultáneos con los nacionales para traccionar los votos que garanticen una reelección de Macri, y también la determinación de evitar las internas en aquellos distritos en donde asoman varios candidatos, como por ejemplo en Córdoba.
Esta semana, el dirigente radical Ricardo Alfonsín reclamó internas en Cambiemos y negó que el presidente Mauricio Macri sea el "candidato natural" del espacio en las elecciones de octubre. En este sentido, afirmó que "lo natural sería permitir que fueran los potenciales y diferentes electorados (del PRO, la UCR y la Coalición Cívica) los que elijan a sus candidatos". El ex diputado impulsa una eventual candidatura del economista Martín Lousteau.
"Es una idea complicada porque necesitás sí o sí el acuerdo del Presidente. Y si el PRO no quiere internas y las otras fuerzas sí, entonces en las boletas ponen a Macri y sus diputados y senadores todos del PRO, mientras el radicalismo debería poner, por ejemplo, a Lousteau y sacrificar a diputados y senadores que no entrarían por darle una pelea al presidente", analizó un dirigente radical ante la consulta de este medio.
El encuentro entre Macri con Morales, Cornejo y Rodríguez Larreta tendrá lugar en la misma semana en la cual el jefe de Estado movió sus fichas en la Patagonia: ayer recibió al radical Horacio "Pechi" Quiroga y avaló la candidatura a gobernador de Neuquén, y al diputado nacional Sergio Wisky, que aspira a competir en Río Negro.
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