"La reserva del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea son aquellas organizaciones de su respectiva fuerza armada que sirven al propósito de completar, cuando así se disponga, a los efectivos permanentes de las FFAA". La oración precedente corresponde al artículo 3° de la Ley 19.101 (ley para el personal militar). La norma, aún en vigencia, es la que regula el grueso de la actividad militar en el país, fue sancionada en 1971 y contempla diversas situaciones y estados de revista que comprenden al personal que integra la reserva militar de la Nación.
Ahora, un proyecto que será enviado al Congreso Nacional propone un cambio fundamental en materia de "captación" de personal. No solo serán reservistas quienes por haber contado con formación militar previa se encuentren relacionados con las fuerzas, sino que se prevé la convocatoria a civiles que, sin haber pasado jamás por la puerta de un cuartel, sientan vocación por la defensa y quieran servir desde una posición que les permita capacitarse sin abandonar sus actividades civiles habituales.
A diferencia de lo que ocurre actualmente, las convocatorias que efectuarán las fuerzas para entrenar a sus reservistas serán en fechas prefijadas y el aspirante o el reservista que quiera obtener un ascenso cobrarán un salario mientras dure su etapa de incorporación al servicio. "No es un servicio militar voluntario, es un reclutamiento para adquirir capacitación", aclararon los militares consultados por Infobae.
De acuerdo al proyecto, las fuerzas diagramarán un plan de entrenamiento anual que podrá oscilar entre dos y cuatro semanas. Mientras dure la convocatoria, el empleador civil del reservista no podrá considerar las inasistencias al trabajo como abandono de tareas, teniendo la obligación de mantener el cargo y todas las condiciones laborales del "convocado" hasta el fin de plazo de convocatoria. Resta definir cómo serán considerados los accidentes que el reservista pudiera sufrir durante su entrenamiento y qué ocurriría en caso de una eventual ausencia prolongada por razones de salud.
La norma pretende emular en parte el concepto de "Guardia Nacional" que tiene implementado el Ejército de los Estados Unidos, aunque en ese país los reservistas pueden ser convocados en caso de conmoción interior, algo que la ley local por ahora no prevé.
¿Qué es la reserva militar?
A diferencia de lo que suele creerse, la reserva militar no la integran solamente los ex soldados (conscriptos o voluntarios) que terminan su servicio militar. El personal de cuadros (oficiales y suboficiales) en situación de retiro o baja, los egresados de liceos militares, de la Escuela Nacional de Náutica y todo aquel ciudadano que, sin estar contemplado en los supuestos anteriores, hubiera desarrollado capacidades o aptitudes que los tornen aptos para integrarla.
Vale destacar que el Ejército es la fuerza armada que con mayor intensidad mantiene en la actualidad una agrupación de reservistas con entrenamiento regular. La Compañía de reserva Buenos Aires nuclea a oficiales y suboficiales reservistas, quienes, con mayor o menor regularidad en virtud de las disponibilidades presupuestarias, realizan entrenamientos que incluyen salidas al campo de operaciones.
Por su parte, la Armada comenzó a activar sus reservas a partir de una iniciativa del ex jefe del Estado Mayor de la fuerza Almirante VGM Enrique Molina Pico durante la década del 90. Entre ese año y 2006, la marina de guerra impulsó ante el Poder Ejecutivo la promulgación de varios decretos presidenciales disponiendo el ascenso de oficiales y suboficiales, algunos de los cuales han alcanzado el grado de capitán de fragata.
Luego de esa fecha y durante la gestión de Nilda Garré como ministra de Defensa, desde la cartera se desalentó la actividad. En abril de 2018 y con el visto bueno de la actual cartera de Defensa, la Armada promovió a 15 suboficiales.
Especialistas consultados por Infobae explicaron que para el caso específico de la Armada, la misma cuenta de hecho con una gran reserva naval entrenada que proviene de los cuadros del personal de la Marina Mercante, ya que los oficiales egresados de la Escuela Nacional de Náutica pasan a integrar la Reserva Naval Principal salvo pedido expreso en contrario. "Este personal constituye la reserva militar mejor entrenada ya que su propio trabajo civil es el que les da la aptitud para servir en caso de conflicto", señalan los estudiosos del tema.
La Fuerza Aérea, por su parte, ante la consulta de Infobae informa: "Forman parte de la Reserva el personal de cadetes y aspirantes dado de baja y que en caso de incorporarse a reserva lo hará con el grado que establezcan las prescripciones reglamentarias vigentes en los institutos y centros de instrucción".
Por último, aquellos argentinos que, habiendo o no cumplimentado sus obligaciones del servicio militar, pasen a la reserva con un grado de suboficial o de soldado, en caso de convocatoria. Por ejemplo, argentinos incorporados en Fuerzas Aéreas extranjeras que hayan obtenido conocimientos que se consideren equivalentes a los que deben poseer en los grados de personal subalterno o de tropa. Asimismo, la Fuerza Aérea no mantiene la aptitud de combate de sus reservistas mediante ejercicios ni adiestramientos especiales, ya que las reservas se emplean para brindar apoyo a los componentes aptos en actividad, y lo hacen con las aptitudes que cuentan al momento de ser convocadas.
No obstante, "mucho falta por hacer para constituir una masa crítica de reservistas que eventualmente puedan contribuir de manera efectiva al sostenimiento de las operaciones militares de las tropas regulares en caso de conflicto", sostuvo a Infobae uno de los impulsores de la nueva ley de reservas militares.
El rol de un reservista en tiempo de guerra
Básicamente hay dos formas de instrumentar el accionar de los cuadros de la reserva militar en caso de conflicto. La primera es la que determina la incorporación del reservista a las tropas empeñadas en las operaciones militares en los distintos teatros de operaciones. La segunda es el cubrimiento de puestos técnicos, administrativos o de servicios fuera del campo de batalla, permitiendo de esta forma que militares profesionales sean liberados de estas tareas y se incorporen a los cuadros en operaciones.
El antecedente más cercano respecto a la convocatoria de reservistas al servicio activo, tuvo lugar durante el conflicto por la soberanía de las Islas Malvinas en abril de 1982. Muchos soldados dados de baja en los meses previos fueron reconvocados al servicio activo. Asimismo, decenas de oficiales de la Marina Mercante fueron enviados a prestar apoyo logístico a unidades de las 3 fuerzas armadas, aunque dado lo improvisado del operativo, no fueron movilizados militarmente (como marca la ley) sino que lo hicieron en condición de civiles, tal como pasó con varios pilotos comerciales también afectados a tareas logísticas. De la misma manera personal de la Prefectura Naval fue destinado a la zona en conflicto para cumplir tareas policiales, pero por imperio de las circunstancias, debieron cumplir misiones netamente militares. La Gendarmería Nacional por su parte también fue desplegada, pero en ese caso, la fuerza si bien tiene carácter policial, es la única fuerza de seguridad con estado militar.