El movimiento Actrices Argentinas y la denuncia contra Juan Darthés, protagonistas del picnic de fin de año del Partido Obrero

No sólo empresas, instituciones o lugares de estudio realizan actividades festivas de fin de año. Por caso, el Partido Obrero realizó este domingo un picnic en el Parque Sarmiento que fue copado por ocho mil militantes que desplegaron torneos de fútbol, presentaciones musicales, descanso en el césped y, claro, mesas de debate político.

Entre banderas que rezaban consignas históricas como "proletarios de todos los países, uníos" o la ya clásica "que la crisis la paguen los capitalistas", se destacó la mesa del movimiento de la mujer de la que participaron las actrices Laura Azcurra y Muriel Santa Ana, de Actrices Argentinas, que esta semana acompañaron la denuncia de Thelma Fardin a Juan Darthés por abuso sexual que conmovió al país, María Julia Constant, de la Campaña por el Aborto Legal, y Vanina Biasi, dirigente del Plenario de Trabajadoras, organización de la mujer del PO. Casi ochocientas personas presenciaron el debate sobre la continuidad del movimiento.

Mientras tanto, 70 equipos de fútbol disputaban un torneo entre equipos de diversas fábricas, barrios, escuelas y universidades. Y todo bajo un sol acorde a los últimos días de diciembre.

"Se trata de una celebración de un año de luchas que también plantea el debate acerca de cómo continuamos la pelea contra el ajuste", dijo a Infobae el dirigente Marcelo Ramal. "Es también un señalamiento al interior del Frente de Izquierda para que pongamos ya en marcha los mecanismos para desarrollar una gran campaña electoral en 2019 en el marco de las luchas contra el gobierno y los cómplices del ajuste", agregó Néstor Pitrola.

En el acto de cierre habló la diputada Romina del Pla, además secretaria general del Suteba La Matanza, que comenzó con estas palabras: "Quiero saludar, reivindicar, agradecer el enorme movimiento de mujeres, que a partir de la denuncia de Thelma Fardin, y la impresionante organización colectiva de las Actrices Argentinas, ha quedado resumido en la frase #MiraComoNosPonemos, y fundamentalmente en su conclusión: 'mirá cómo nos organizamos'". Trotkistas al fin, incluso bajo el sol, la discusión política atravesó toda la jornada en los pequeños grupos que se armaban en el pasto sobre mantas con familias, vecinos, compañeros de lugares de trabajo y estudiantes.

Es que el mismo León Trotski era un verdadero fan de los picnics y así lo atestiguan imágenes en su exilio mexicano donde compartía manteles cuadrillé junto a su esposa Natalia Sedova, Frida Kahlo o el líder surrealista André Breton, entre otros. Sus seguidores argentinos se reúnen cada diciembre en una actividad que ya es una tradición en el Partido Obrero.

"Esta semana nos doctoramos", dijo Muriel Santa Ana frente a un auditorio de casi ochocientas personas, en su mayoría mujeres. La charla había sido presentada por la actriz Melania Buero, que también había presentado el martes la conferencia en que se reveló la denuncia de Fardin. "Como actrices la emoción que forma parte de nuestro oficio, y la relación con el cuerpo que también forma parte de esta labor, fueron atravesadas por la denuncia de Thelma Fardin, a quien acompañamos este martes", agregó Santa Ana.

Laura Azcurra contó cómo gestaron el movimiento Actrices Argentinas: "Habíamos decidido no difundir la denuncia que iba a hacer Thelma y lo mantuvimos a rajatabla. Pero el lunes había tres medios acreditados en la sala que nos prestó Carlos Rottemberg para hacer la conferencia. Pensábamos que no iba a ser muy masiva, pero luego se comenzó a difundir que habría una denuncia y los primero que nos llamaban eran los hombres: 'Muy bien lo que están haciendo, ¿pero quién es?'. ¡Estaban preocupados por eso! Cuando se realizó la conferencia todo explotó, estábamos en cadena nacional. Esta semana fue muy fuerte para todas nosotras, para el movimiento y sobre cómo vamos a seguir".

Vanina Biasi, en tanto, reivindicó el movimiento de la mujer y el rol que había tenido en el movimiento piquetero a los noventa. "Fue un movimiento descomunal de trabajadores y trabajadoras desocupados que reclamaban por el derecho al trabajo. Y en el Polo Obrero la discusión sobre los derechos de las mujeres fue una constante desde su nacimiento. Y estos días, en las barriadas más pobres, es impresionante ver cómo se elabora este debate. En esos barrios la iglesia católica trata de influir en contra de esos derechos bajo el mando de Francisco, a quien las kirchneristas rinden pleitesía. Debemos clarificar las posiciones, porque la Iglesia es enemiga del derecho de las mujeres y no podemos asociarnos con nuestros opresores".

En otra mesa, bajo la sombra de los árboles, el analista Carlos Gabetta, ex director de Le Monde Diplomatique, y Jorge Altamira, fundador del Partido Obrero, discutieron la situación mundial luego de la reunión del G20, uno de cuyos puntos centrales fue el debate sobre el ascenso de Jair Bolsonaro en Brasil. "Fueron los gobiernos de izquierda, de Dilma Roussef en Brasil, de Cristina Kirchner en la Argentina, los que allanaron el camino de la derecha en nuestros países. Por eso debemos plantear y organizar una salida socialista a esta crisis económica mundial". También hubo charlas sobre el movimiento obrero con referentes de gremios como aeronavegantes, gráficos, de operarios del neumático y también del Polo Obrero.

En los dos campeonatos de fútbol masculino los ganadores fueron el equipo La Cubilla, del Polo Obrero de Vicente López, y el equipo de los estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. En fútbol femenino, las campeonas fueron las integrantes del equipo Los Grillitos, del Polo Obrero de Esteban Echeverría.

"Macri se tiene que mirar en el espejo de Macron, que pretendió venir al G20 como la alternativa democrática de la derecha europea mientras se le incendiaba Francia –concluyó Romina del Pla su discurso de cierre de la jornada–. Parados desde esta compresión encaramos nuestra tarea revolucionaria ante el proceso político y electoral que se avecina". Mientras las delegaciones comenzaban a retirarse, quedaban algunos entusiastas pateando las últimas pelotas o acostados en el pasto o sobre mantitas, para despedir el año con un picnic, como corresponde a las mejores tradiciones socialistas.

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