La cumbre del G20 es el mayor desafío del gobierno argentino. Los hombres y mujeres que manejan el mundo se reunirán en Buenos Aires en el predio de Costa Salguero entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre. Pero el viernes 30 se desarrollará la reunión más secreta de la cumbre. Es tan reservada, que se la llama "el retiro".
Se trata de una cita donde están vedados todos los que no sean miembros permanentes del foro de políticas económicas más importante del mundo. En este retiro solo estarán los 19 líderes, más el jefe de la Unión Europea y el presidente de gobierno de España, que es invitado permanente.
Se sentarán en una misma mesa, además de Mauricio Macri, la alemana Angela Merkel, el saudita Mohammed bin Salman, el australiano Scott Morrison, el brasileño Michel Temer, el canadiense Justin Trudeau, el chino Xi Jinping, el surcoreano Moon Jae-in, el estadounidense Donald Trump, el francés Emmanuel Macron, el indio Narendra Modi, el indonesio Joko Widodo, el italiano Giuseppe Conte, el japonés Shinzo Abe, el mexicano Enrique Peña Nieto, la británica Theresa May –si sobrevive al turbulento acuerdo del brexit, claro–, el ruso Vladimir Putin, el sudafricano Cyril Ramaphosa, el turco Recep Tayyip Erdogan, el español Pedro Sánchez y el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk.
No podrán entrar los invitados argentinos, los mandatarios de Chile y Países Bajos; ni los representantes de los bloques regionales, los presidentes de Jamaica, Singapur, Senegal y Ruanda, que sí estarán en las otras cuatro plenarias pautadas.
Tampoco ingresarán diplomáticos, funcionarios técnicos, ni siquiera intérpretes (que si son requeridos por los líderes mundiales actuarán, pero desde cabinas de transmisión por fuera de la sala). Cada mandatario puede hablar en su idioma o en inglés, pero el peso de la discusión pasará también por el lenguaje corporal.
No siempre se incluyen estos retiros en las agendas de los G20, es una iniciativa reservada para quien tiene la presidencia. Esta vez sí habrá reunión privada porque así lo dispuso Argentina. De hecho, no es frecuente, en 10 años de G20 hubo pocos retiros, en México 2012 y en Hamburgo, el año pasado, donde se discutió sobre terrorismo.
La mecánica de la reunión también es reservada pero se sabe que abre el juego el anfitrión y también modera el debate. Así, Mauricio Macri comandará el retiro. Deberá mediar en la discusión que, si bien tendrá un temario tentativo, será abierta.
"No hay agenda escrita. Abre el presidente Mauricio Macri que es el lead speaker (orador principal) y el resto depende mucho de la actitud de cada país. La idea es que sea más free flowing (que fluya, que sea dinámico), que se traten los temas como los quieran tratar", explicó a Infobae el sherpa argentino Pedro Villagra Delgado.
El temario de Buenos Aires aún no se conoce pero es un año de balances… A una década de la transformación del G20 en un foro de líderes, el futuro del grupo es de debate. De todas formas, la presidencia argentina aún no confirmó el foco de la reunión secreta.
En este retiro se habla a cara de perro. Ni una coma de lo que se diga sale de allí salvo que uno de los 21 lo ventile. Es el momento de, tête à tête, decirse verdades… Y este retiro sí que promete, con un líder como Trump rápido para chicanear, una Angela Merkel que está de salida y no le teme a la réplica, un Macron que viene ofuscado por su último cruce con el norteamericano, un Xi Jinping impaciente por los miles de millones de dólares en aranceles comerciales, un Putin en la mira por sus actividades de ciberespionaje y sus operaciones en Siria, y un Erdogan cuestionado por casi todo…
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