Lo que se venía hablando en los últimos días finalmente se concretará y Jorge Triaca dará un paso al costado, para favorecer las gestiones del Gobierno con los sindicatos, según pudo saber Infobae.
La intención de la Casa Rosada es que las negociaciones con los gremios sean centralizadas por el ministro de Producción, Dante Sica. Por su parte, Triaca se comprometió a seguir colaborando con el Gobierno, aunque todavía ese nuevo lugar no está definido.
Más temprano, la ministra Patricia Bullrich dijo que no tenía información respecto a la situación de Triaca. "Yo voy a hablar con Jorge Triaca dentro de un rato, así que todavía no puedo decir nada", dijo por su lado el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro. La pregunta que había realizado Infobae era acerca de la continuidad del secretario de Trabajo. Claramente, el Gobierno no quiso desmentir la salida del funcionario que fue ministro de Trabajo hasta que se redujo a la mitad el Gabinete.
Sin embargo, fue el propio Presidente el que acordó hace ya varias semanas la salida del funcionario para darle capacidad de juego a Sica en la negociación con el sindicalismo, no solo en la instancia del bono compensatorio de la inflación que hoy se firmó y mañana saldrá publicado en el Boletín Oficial, sino también en la discusión de las próximas paritarias.
De hecho, la semana pasada, ante una pregunta similar, Sica fue categórico en la desmentida, pero ante la insistencia de la prensa, dijo que Triaca estaba involucrado en el acuerdo del bono compensatorio y que estaba trabajando normalmente "por el momento". Es que el día anterior lo había acompañado a la reunión que se hizo en la Federación Argentina de Trabajadores de la Sanidad (FATSA) donde además del anfitrión Héctor Daer estuvieron Carlos Acuña, Andrés Rodríguez, José Luis Lingeri y representantes de los gremios de la construcción, el seguro y los metalúrgicos, entre otros.
Hace dos semanas que está instalado el rumor de la salida de Triaca del Gobierno, impulsada por Sica y avalada por el presidente Macri. Incluso, se supo que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, lo habló con él en buenos términos, ofreciéndole salir en diciembre a una embajada que podría ser la del Vaticano.
El todavía responsable del área de Trabajo le pidió en ese encuentro que tuvo con Peña para hablar de su futuro unos meses más, tal vez marzo, para dejar concluidos proyectos que impulsó, aunque a sus allegados les informó que había terminado aceptando que sea en diciembre.
En ámbitos diplomáticos, por otro lado, se asegura que Rogelio Pfirter habría mantenido la semana que pasó mantuvo un diálogo telefónico con Peña, quien le transmitió que el estratégico destino seguiría estando bajo su mando.
La salida de Triaca del Gobierno fue evaluada cuando se conoció que una empleada suya fue contratada por la intervención del SOMU, a cargo de su propio ministerio. Sin embargo, Macri concluyó que no correspondía mostrar debilidad frente a lo que consideró era una embestida de la "mafia sindical" contra sus políticas. Le pidió explicaciones a su ministro, le recriminó la actitud y fue exigente con que no aceptara que su entorno se tomara ese tipo de atribuciones.
La aparición de un caso similar en las últimas semanas, junto al desgaste de Triaca, que fue perdiendo efectividad en el vínculo con los sindicalistas, llevó al Presidente a convencerse de que lo que mejor es pedirle que dé un paso al costado, a pesar del afecto personal que mantiene por él. Lo que resulta difícil de comprender es por qué someter al funcionario a semejante desgaste cuando más sencillo sería reconocer su salida con fecha cierta, y permitir una despedida menos conflictiva.