El principal testaferro de Jaime admitió su participación en el enriquecimiento ilícito del ex funcionario

Manuel Vázquez firmó un acuerdo con la fiscal de juicio, Gabriela Baigún. Pagará una multa millonaria para no ir a juicio

Manuel Vázquez, el principal testaferro de Ricardo Jaime, antes de ingresar a Comodoro Py (Adrián Escandar)

Unos días antes que el resto de los imputados en el caso por enriquecimiento ilícito de Ricardo Jaime, Manuel Vázquez -el principal testaferro del ex secretario de transporte del kirchnerismo- admitió sus culpas, pactó una pena y se comprometió a pagar una multa millonaria para no ir a juicio oral y público.

Vázquez debía firmar -como Jaime y otros imputados- el acuerdo de juicio abreviado con la fiscal Gabriela Baigún dentro de dos semanas pero lo adelantó por cuestiones de salud.

Según explicaron fuentes judiciales, Vázquez -quien cumple prisión domiciliaria desde abril de 2016- tiene que ser sometido a una cirugía.

El empresario, que fue asesor del ex funcionario, fue quien le explicó a Jaime cómo debían hacerse algunos de los tantos negocios oscuros que se realizaron en la secretaría de Transporte entre 2003 y 2009.

Vázquez, que ya tenía condenas por estafas antes de juntarse con Jaime, ahora tiene una condena por haber participado del cobro de coimas por parte del ex funcionario. Fue en 2015 cuando Jaime admitió que había sido coimeado por los empresarios Claudio Cirigliano y Néstor Otero y pactó una condena. En esa oportunidad, Vázquez también fue condenado.

Es que en cada negocio que estuvo Jaime, también estuvo Vázquez. Vázquez tenía una consultora llamada CAESA a través de la que se canalizaban los pagos de sobornos y mensualidades por parte de los empresarios que se beneficiaron a partir de decisiones de Jaime.

Dos de los importantes empresarios arrepentidos en el caso de los cuadernos dijeron que le pagaban coimas a Jaime cuando era secretario de Transporte. Tanto Aldo Roggio como Gabriel Romero -cuyas empresas estuvieron bajo la implacable mirada regulatoria de Jaime- confesaron el pago de sobornos para el ex funcionario. También había empresas que pagaban con asiduidad facturas de la consultora CAESA, por tareas de consultoría que nunca se pudo comprobar que se hubieran realizado.

Vázquez canalizaba los pagos de sobornos y mensualidades por parte de los empresarios que se beneficiaron a partir de decisiones de Jaime (Adrián Escandar)

Hoy al mediodía Vázquez admitió ser uno de los testaferros de Jaime, pactó una condena de tres años de prisión de cumplimiento efectivo y además una multa de $8.100.000. También quedará inhabilitado de manera perpetua para ejercer cargos públicos.

Pero el "consultor" no estuvo solo al lado de Jaime, involucró también en esquema de testaferros a su hijo Julián Vázquez, quien también firmó un juicio abreviado. En el caso del menor de los Vázquez la condena es de dos años y medio de prisión en suspenso y la multa que le corresponde es de $ 5.327.000.

Los Vázquez, según se comprobó en la investigación que desde 2008 condujo el fiscal Carlos Rívolo, participaron de la compra de un avión Lear Jet valuado en 4 millones de dólares que Jaime usó como si fuera propio. También en la adquisición de un yate cotizado en un millón de dólares y en la compra de un lujoso departamento en la avenida Figueroa Alcorta al 3000 donde Jaime pensaba mudarse.

La fiscal Baigún considera a los Vázquez "partícipes necesarios" en el enriquecimiento ilícito de Jaime. Como parte del acuerdo se decomisarán el yate -que lo tiene la Prefectura en custodia- y el departamento que está alquilado. Y el producto del decomiso será destinado a alguna entidad de bien público.

Vázquez, a pesar de haber abreviado el juicio por enriquecimiento ilícito, tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados en un juicio en el que también estarán Jaime y Julio De Vido como acusados: la millonaria compra de trenes chatarra a España y Portugal.

En pocos días más Jaime firmará su juicio abreviado por enriquecimiento ilícito. También lo harán su hija Julieta, su ex mujer Silvia Reyss y las dos hijas de ella, Agostina y Lorena Jayo, entre otros. Es que la estructura de testaferros de Jaime -a nombre de quienes se pusieron autos, inmuebles y hasta un hotel- incluyó a sus familiares directos y a los de sus asociados.

No era fácil disimular la riqueza obtenida de manera ilegal en los tiempos de recaudación voraz que caracterizó a los años en los que Néstor y Cristina Kirchner le otorgaron al ex funcionario –preso desde 2016- la potestad para manejar la política de transporte del país.