Cinco días después de que el obispo Agustín Radrizzani realizara una misa en la Basílica de Luján con Hugo Moyano y buena parte de la cúpula sindical opositora al Gobierno, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, envió un mensaje inequívoco a la Iglesia: "Cada uno es responsable de sus actos y frente a lo que uno hace debe decir por qué lo hizo y cuál es la intención de por qué lo hizo. Hay veces que las cosas se hacen con una intención".
Dietrich no quiso enfrentarse abiertamente con la cúpula de la Iglesia y mucho menos con el Papa Francisco. En diálogo con Infobae dijo que "de una misa no hay que amplificar lo que es la Iglesia" aunque dejó en claro un punto: "La corrupción fue endémica en la dirigencia política, en muchos sectores sindicales, en los jueces, empresarios y eso hay que combatirlo entre todos. Iglesia, sindicatos y todos debemos llevar esa bandera. La realidad es que los que no quieran ese camino se chocarán con una justicia cada vez más independiente".
El ministro de Transporte participó este jueves de un almuerzo organizado por la Fundación Mediterránea donde lo aplaudieron más de 400 empresarios luego de una exposición de 45 minutos en la que mostró un power point con todos los logros de su gestión hasta hoy. Estaban, entre otros, la presidenta de la Fundación, María Pía Astori; el director de la sede de Buenos Aires Gonzalo Verdromar Weiss; el titular de Ieral, Marcelo Capelo; y los empresarios Marcos Brito, Oscar Roggio, Eduardo Eurnekian y Cristiano Rattazzi, entre otros.
Al término de la exposición, el ministro Dietrich dialogó con Infobae y aclaró que en el proyecto de mejoras del ferrocarril o los puertos en la Argentina no hay animosidad alguna contra el gremio de Camioneros de Moyano. Sin embargo, envió otro mensaje al jefe de Camioneros, quien adelantó la posibilidad de ir a otro paro contra el Gobierno. "No sirve para nada un paro. No es bueno esconder las dificultades personales que puede tener con sus problemas en la justicia y complicar la vida de los argentinos", dijo Dietrich.
-Ministro, el informe de Ieral que presentó la Fundación Mediterránea prevé un esquema de recesión y la oposición plantea un ajuste. ¿Cómo se compatibiliza este escenario frente a su excesivo optimismo?
-Ieral planteó el país que recibimos. Una situación muy mala y con muchas fragilidades. También se plantean muchas cosas sin resolver por el gobierno pero también problemas de factores externos que inciden hoy. Planteó la situación de la economía que hoy está mejor que en el 2015. Me llevo de esto que muchos sectores que antes no eran competitivos hoy sí lo son y este creo va a ser el cambio profundo que se viene. Argentina va a tener un buen año en el 2019 y esto es porque hemos hecho las cosas correctas, porque hemos planteado un presupuesto que yo llamaría del equilibrio y no del ajuste. Se han repartido los esfuerzos y se ha mejorado el gasto. Todas estas transformaciones van a recibir frutos.
-¿El proyecto de transporte en la mejora de trenes implica quitarle poder a Camioneros?
-No es ese el objetivo. El objetivo es mejorar la matriz multimodal de nuestro país. Tenemos tres modos de transporte. La vía marítima, el ferrocarril y el camión. En cada uno de ellos tenemos que hacerlo mas competitivo. Para los camiones estamos haciendo obras millonarias que nunca se hicieron. Estamos mejorando la normativa para que los camiones puedan llevar más carga y tenemos una agenda de productividad que venimos avanzando bien con otros sectores. Lo mismo invertimos en ferrocarriles y en el área marítima. Todo para mejorar la competitividad y bajando los costos de producción. Habrá una Argentina con mayor presencia del tren porque se mueven 500 millones de toneladas. Por eso hay que crecer en todos los sectores.
-¿Entonces no es una puja del Gobierno con Camioneros?
-En lo más mínimo. Uno de los fracasos de la Argentina ha sido perder sus trenes. Muchos lugares del país se habían desarrollado por el transporte ferroviario de cargas y 70 años de desidia, de corrupción y parálisis hicieron que los trenes estén destruidos. Hay que recuperar los trenes porque permite que los productores del interior logren enviar sus productos de manera más competitiva. Tengamos en cuenta que tenemos una producción de granos que está a 500 kilómetros de los puertos y eso se va a seguir transportando en camión a los puertos. Pero hay que hacer también los cambios de infraestructura en los puertos para que los camiones no se pasen esperando dos días en un puerto. Eso es mejorar productividad y calidad para los conductores. Esto va a potenciar el camión. Como también vamos a potenciar los trenes y el transporte en barco.
-¿Qué impresión le causó ver en la Basílica de Luján a una Iglesia que recibió en una misa a dirigentes de Camioneros muchos de los cuales tienen causas penales en la Justicia?
-No tengo impresiones. Estoy convencido de que todos tenemos que tener en claro que la corrupción es el cáncer de nuestro país. Nuestro 30% de pobreza y la causa de los cuadernos no están desvinculados. Una cosa es consecuencia de la otra. La corrupción fue endémica en la dirigencia política, en muchos sectores sindicales, en los jueces, empresarios y eso hay que combatirlo todos. Iglesia, sindicatos y todos debemos llevar esa bandera. La realidad es que los que no quieran ese camino se chocarán con una justicia cada vez más independiente. Lo que hay hoy es un país que ve una justicia que actúa, no hay más impunidad y el gobierno no protege a grupos mafiosos o de personas que cometen actos de corrupción. Por eso hoy hay gente corrupta presa que es una cosa inédita en la Argentina. El presidente Macri planteó este cambio profundo que es la lucha contra la corrupción.
-Es decir que les hubiese gustado que la Iglesia no avalara a estos sectores que ustedes llaman mafiosos…
-Creo que de una misa no hay que amplificar lo que es la Iglesia. La realidad es que no estamos pensando qué es lo que nos gustaría que haga la Iglesia o los periodistas o los empresarios. Cada uno es responsable de sus actos. Cada uno frente a lo que hace debe decir por qué lo hizo y cuál es la intención de por qué lo hizo. Hay veces que las cosas se hacen con una intención y hay veces que no. Pero nosotros debemos enfocarnos en hacer lo que tenemos que hacer nosotros. Si debemos marcar que alguien que hace algo fuera de la ley y lo sufren los sectores más vulnerables habrá que marcarlo. Lo importante es que hoy la gente se da cuenta de que las cosas empiezan a estar mejor: hay mejor forma de transportarse, de luminaria en sus calles, de seguridad aunque falte por hacer. Eso es lo importante para un país en desarrollo.
-¿Los sindicatos ponen palos en la rueda en este proyecto?
-Algunos sí y otros no. Hubo una mirada sindical que creció mucho y es que la gente trabaje cada vez menos. Eso fue negativo para la economía argentina. Y hay muchos sindicatos que no lo ven así y estamos trabajando con ellos como la UTA, la Unión Ferroviaria, Fraternidad, con los gremios de puertos. Con mayor o menor avance. Hay otros como los aeronáuticos como Cirielli. Esto no está en su agenda y creen que hay que volver al sistema anterior con improductividad. La mayoría de los argentinos tenemos una mirada en la Argentina. Y otros sectores tienen una mirada puesta en el kirchnerismo y anhelan volver a eso.
-¿Está convencido de que Macri puede ganar las elecciones del año que viene?
-Nosotros tenemos que hacer las cosas bien todos los días. Tenemos que trabajar para cambiarle la vida a la gente. Ese es nuestro desafío. Es para lo que nos eligió la gente. No para ganar elecciones sino para cambiarles la vida para bien. Si lo hacemos como creo que lo estamos haciendo con cosas profundas es muy probable que la gente nos elija de vuelta. Pero para ello no hay que pensar así sino en cambiar las cosas y trabajar en esos cambios profundos del país.
-Hay una situación social muy fuerte de recesión y de pobreza. ¿Ese no es un freno en el proyecto de crecimiento que ustedes plantean?
-Argentina tiene un nivel de pobreza alto. Durante 12 años se mintió y se dijo que no había pobreza. Y la pobreza no sólo existió sino que creció. Ese es uno de los grandes problemas que hay que resolver como país. Eso no se resuelve en dos días. Una de las formas de resolverlo es que un gobierno no se dedique a robar como ocurrió con el gobierno anterior. Otra de las formas es hacer los cambios estructurales para cambiar la vida de la gente. ¿Se van a resolver problemas estructurales en tres años? No. Necesitamos una cantidad de años seguir haciendo las cosas bien. En el medio hay situaciones de crisis donde hay que hacer esfuerzos y el Estado debe acompañar como lo hace a los sectores vulnerables.
-¿Y cree que el Papa acompaña la Argentina o está más del lado de Moyano?
-No tengo idea de lo que piensa el Papa. Pero reitero. Tenemos la suerte de un Papa argentino que tiene enormes responsabilidades para la comunidad cristiana en el mundo que es enorme. Pero nosotros tenemos nuestros desafíos en Argentina y los argentinos eligieron un cambio en el 2015. Venimos de un gobierno populista donde la mentira era algo permanente. Y nosotros empezamos a hacer un cambio profundo. Me encantaría que muchas mejoras vengan más rápidas. Esto requiere de esfuerzo y no tengo dudas de que si seguimos en esta línea vamos a tener el acompañamiento de la gente.
-¿Estamos lejos de la situación del 2001 como plantearon algunos grupos opositores o dirigentes frente al Congreso?
-Eso es una mentira. Hay un grupo de políticos en Argentina que quiere que le vaya mal a Macri porque entre otras cosas están comprometidos en como actuaron antes del 2015. El kirchnerismo también es responsable de muchos de los problemas que hoy tenemos y la violencia de la calle fue incitada por sectores violentos que buscaron romper el orden democrático. Son grupos que tienen objetivos muy distintos a nosotros. Como [Leopoldo] Moreau que son claramente responsables de la situación de Argentina y busca que al gobierno le vaya mal. Este es un sector minoritario. Porque hay sectores opositores que aun con los disensos quieren construir.
-¿Cómo evalúan el llamado a un nuevo paro que está promoviendo Moyano?
-No sirve para nada un paro. No es bueno esconder las dificultades personales que puede tener con sus problemas en la justicia y complicar la vida de los argentinos. La forma es sentarse en una mesa y conversar. Buscar soluciones. Nunca parar el país es la forma de resolver los problemas. Eso esta más relacionado con el patoterismo.