"Este es el único país en el que un general gana menos que un comisario", analizó un ex jefe del III Cuerpo del Ejército

Julio Hang fue edecán de Raúl Alfonsín y jefe de la Casa Militar durante el gobierno de De la Rúa

A los 26 años le tocó un ejercicio de instrucción en Tartagal con Aldo Rico. Los atacaban los mosquitos y los que simulaban ser sus enemigos. El general Julio Hang en aquel momento llegó a compartir hasta la carpa con quien luego combatiera en Malvinas y quien en 1987 se alzara contra el presidente Raúl Alfonsín. En Democracia quedaron en distintos lados; con 42 años el teniente coronel Hang se convirtió en edecán del Presidente de la recuperada Democracia. Durante la Semana Santa y durante algunos días más Hang fue el único que acompañó de día y de noche al jefe de Estado. Por la coyuntura los otros dos edecanes no estuvieron con el radical, por lo que el hoy general tuvo que dormir a los pies de la cama de Alfonsín, fue su escucha y el encargado de transmitirle las demandas de su ex compañero devenido en carapintada. Tras aceptar una reunión, el Presidente le encomendó buscar a Rico para iniciar la negociación.

No olvida los detalles y los relata como una película. Pero se lamentó porque "el sistema de defensa se fue cayendo como un sistema de naipes". En diálogo con Infobae, tras haber disertado en el Rotary Club Buenos Aires, analizó los aspectos políticos y económicos de la cuestión militar y agregó que "35 años es demasiado tiempo para la decadencia de la defensa nacional, es muy difícil recuperar ese tiempo, es una tendencia casi irreversible".

Durante tres décadas hizo propuestas, como una para que el servicio militar volviera a ser obligatorio pero 'a la carta', donde los ciudadanos entre los 18 y los 30 años deberían prestar un servicio al Estado de seis meses en alguna de las fuerzas o de un año en actividades civiles. La base de su propuesta es el diagnóstico respecto a que "el servicio militar voluntario es menos gente y se gasta más plata, había 60 mil soldados y ahora son 15 mil", señaló sobre el deterioro humano y de recursos al tiempo que destaca estudios en distintos lugares del mundo "sobre la conveniencia de volver al servicio militar obligatorio". Eso sí, aclaró que no es lo que él está proponiendo.

El general Hang fue también agregado militar en la Embajada Argentina en los Estados Unidos, Comandante del III Cuerpo del Ejército y jefe de la Casa Militar de la Presidencia de la Nación durante la gestión de otro radical, Fernando de la Rúa. Pasó a retiro en el 2003 pero sigue en actividad como director del Instituto de Seguridad Internacional y Asuntos Estratégicos del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), entre otros muchos cargos.

Su mayor preocupación hoy es el actual "estado de descrédito y abandono" en el que se encuentran las Fuerzas Armadas Argentinas. Argumentó con números sus dichos: el presupuesto de defensa era el 3% del PBI mientras que ahora está por debajo del 1%.

Comparó en cambio la situación en los vecinos países. En Chile "desde el 2003 llevan a cabo un plan de modernización de sus Fuerzas Armadas y han invertido 10 mil millones de dólares en defensa". Otro vecino, Brasil, "invierte 39 mil millones de dólares anuales".

Ante un auditorio que en muchos casos asentía frente a sus dichos, Hang admitió que "vivimos en un lugar pacífico pero uno no puede decir que alguno pase y le dé un trompazo", además de que recordó que "no tenemos conflictos con países sino con fuerzas como las FAR, comandos brasileños, el Hezbollah…".

Para superar el estado de las Fuerzas Armadas propuso un "plan plurianual de adquisiciones en equipamiento y tecnología" y una suba del presupuesto de al menos el 0,5% del PBI que "aun siendo menor al promedio de la región, será necesario para su desarrollo". No se mostró optimista. "La visión política de la utilidad de las Fuerzas Armadas de todos los gobiernos ha sido una visión utilitaria respecto a qué le dan al gobierno y si no se logran objetivos inmediatos ponen los fondos en otro lado", se quejó y no exceptuó a ningún presidente aunque en la charla aparte reconoció que hubo algunas compras durante la gestión de Carlos Menem e incluso en la de Cristina Kirchner cuando subieron las partidas para compras que hizo el general César Milani, hoy detenido por causas de Lesa Humanidad.

"La situación de la defensa es crítica, no hay suficiente presupuesto, la solución no es una inyección de dinero sino un plan a largo plazo", consideró el general Hang, que además advirtió que en sus estudios encontró que "nuestro país es el único donde un general gana menos que un comisario y no quiero decir que está mal lo que gana un comisario pero sirve para ver la consideración que se les tiene".

En ese sentido cuestionó que aún no se hizo la ceremonia de ascensos del año pasado. Y preguntó a los rotarios: "¿Saben lo que cuesta la ceremonia en que el Presidente entrega los sables a los generales? Cuesta lo mismo que una copa de champagne".

El general Hang propuso revisar los contenidos educativos referidos a las Fuerzas y restablecer la consideración oficial sobre las mismas porque en Argentina "hubo un cuento de los que les lavaron la cabeza a nuestros hijos". La reflexión fue una respuesta a la pregunta de Clara Mariño sobre el homenaje que Claudio Avruj, como secretario de Derechos Humanos, hizo días atrás a los soldados que murieron en el enfrentamiento con Montoneros en el Regimiento de Infantería de Monte 29 en Formosa. Sobre por qué el funcionario de Cambiemos fue el primero en ir evaluó que antes había "triunfado el relato de las fuerzas guerrilleras que se manifestó también en la academia, el relato de los que asaltaron ese regimiento y que se les dio una indemnización de 240.000 dólares mientras que a los soldados que lo defendieron no se les dio un peso".

Finalmente el general Hang volvió sobre su obsesión: "No hay más remedio que incorporar nueva tecnología".