El 14 de agosto pasado el empresario Benjamín Gabriel Romero admitió haber pagado coimas. Declaró como arrepentido en el caso que comenzó con los cuadernos del chofer Oscar Centeno y derivó en el procesamiento de varios de los más importantes hombres de negocios del país y de ex funcionarios del kirchnerismo incluida la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Romero, dueño de la firma EMEPA, explotaba ferrocarriles y la hidrovía del río Paraná -un negocio millonario- bajo la supervisión de la secretaría de Transporte a cargo de Ricardo Jaime. Cuando se produjo aquella declaración, algunos conceptos fueron publicados.
Romero admitió haber pagado una coima para que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner le extendiera el provechoso contrato de explotación por peaje que pagan los barcos para circular por el río Paraná. Y también había dicho que le pagaba a Jaime tanto por la hidrovía como por los subsidios ferroviarios. Centeno había anotado pagos hechos por la empresa de Romero que fueron admitidos por el hombre de negocios en su declaración ante el fiscal Carlos Stornelli.
Infobae accedió ahora a la declaración completa de Romero. En ella aparecen Julio De Vido, Roberto Baratta, Ricardo Jaime, Juan Pablo Schiavi, Florencio Randazzo, el empresario Néstor Otero y Rodolfo Poblete, uno de sus hombres de confianza quien se encargó de hacer los pagos pedidos por el kirchnerismo.
Allí el empresario señaló que "el día antes de que se firme el Decreto 113/2010 que aprobaba la renegociación del plazo de la hidrovía que fue publicado el 21 de enero de 2010, Roberto Baratta se comunicó telefónicamente con Poblete y le dijo que si no entregábamos dinero no salía firmado el decreto. Poblete me lo transmitió a mí. No había una relación de índole comercial con Baratta. Poblete se juntaba de vez en cuando con Baratta para ver cómo estaba el tema de la renegociación, nunca le pidió la plata, salvo el último día. Nos pidió 600.000 dólares y se lo dimos en dos partes, en 300.000 dólares y 300.000 dólares. El primer pago se realizó en el edificio sito en la Avenida Corrientes 316 en cuyo segundo piso funciona Hidrovía SA, y el segundo en mi domicilio ubicado en la Avenida Alvear al 1400. Ambos pagos los hizo Poblete porque yo así se lo había indicado. El ministro De Vido sabía que mi persona de confianza era Poblete porque en conversaciones anteriores que mantuvimos con él durante el año 2009 me había dicho mi hombre es Baratta y yo le había dicho mi hombre es Poblete. Puede haber habido un tercer pago pero no recuerdo ni cuánto dinero, ni dónde se entregó. Quiero aclarar que De Vido nunca me pidió plata".
Se diferenció de otros empresarios que declararon como arrepentidos: "Yo no hice cartelización de la obra pública, yo no estuve en el blanqueo, tampoco en el Panamá Papers".
Explicó cómo era la forma de pago de coimas al ex secretario de Transporte: "A Ricardo Jaime si se le daba dinero, venía y le daba yo. No era un monto fijo. Le di dinero en varias oportunidades, no recuerdo el monto del dinero. La relación con Jaime empezó en el año 2003, 2004 o 2005 no recuerdo con precisión. Néstor Otero me hizo un vínculo con Jaime, nos encontramos y quedamos que yo tenía que darle un monto de dinero que no era fijo. Creo que era mensualmente, o cada tres meses, no puedo precisar, lo que sí recuerdo es que él decía 'esto es para arriba y esto es para los gastos de acá'. Esto era en concepto de los Ferrocarriles. No tienen vinculación con la hidrovía, estos pagos eran por los Ferrocarriles, el de Belgrano Norte. Esto se cortó cuando el Estado empezó a no pagarnos porque decían que no había plata para los ferrocarriles. Estos pagos los realicé desde el 2004-2005 aproximadamente hasta alrededor del año 2009. Después nadie más me pidió plata. Puede ser que para alguna campaña me hayan pedido que refuerce, alrededor de 50.000 dólares en cada campaña, no recuerdo bien, cada dos años, cuando había campaña. Yo era una persona que no se permitían mucho a pedirme".
En su segunda declaración, llevada a cabo dos días más tarde que la primera, se refirió a Aldo Roggio, otro empresario relacionado con el transporte que también declaró como arrepentido. "Yo vi en los medios -dijo Romero- que Roggio manifestó en el marco de un acuerdo de colaboración que su empresa debía pagar a los funcionarios del gobierno anterior el 5% de los subsidios que cobraba. Esto es así. Esto es cierto, lo puedo confirmar. Son dos temas importantes los que quiero ampliar. Con relación a los Ferrocarriles, yo le daba a Ricardo Jaime el 5% de los subsidios que cobraba. También yo personalmente le daba a Jaime por año de la hidrovía USD 500.000 (quinientos mis dólares), esto fue durante el periodo comprendido entre los años 2004 a 2009; las dos últimas cuotas las entregó Poblete y las recibió Baratta porque Jaime no estaba más. Deseo precisar que el contacto con Ricardo Jaime me lo hizo Néstor Otero. Por otra parte deseo aclarar que mis conversaciones con Jaime comenzaron porque nos habían dejado de pagar. Se manejan con el terror. Y en ese contexto Jaime me dijo que si no pagaba el 5% no me iban a entregar el subsidio. Jaime era medio ostentoso, pero la relación podría decirse que era cordial, el me decía que los pagos eran para arriba pero no me consta cual era su destino. Los pagos eran normalmente mensuales, el venía a mi casa o yo iba a las oficinas de él, las entregas las percibía Jaime personalmente. Si el Estado me pagaba mensualmente, los pagos a Jaime eran mensuales, porque a veces no pagaban a término para crear terror".
Romero dijo que los pagos continuaron luego de la salida de Jaime de la secretaría de Transporte y de su reemplazo por parte de Schiavi: "Cuando Jaime deja la Secretaría de Transporte, los pagos se atrasaron, y fue ahí cuando Schiavi nos pidió el 5%. Entonces los pagos comencé a entregárselos a Schiavi con la misma modalidad que describí, yo generalmente iba a su oficina, él era más escurridizo, prometía pero después no te daba nada, lo que quiero decir es que prometía trabajo y luego nos congeló la tarifa, y el subsidio, solo nos daba para sueldos y combustible, el resto debía absorberlo yo. Cuando llega Randazzo arma un equipo que nosotros nos quedamos impresionados, era de 30 o 40 personas, juntaba a la gente de Roggio y a la mía, y nos decía que teníamos que solucionar todo, que éramos unos inoperantes y nos basureaba. Con Randazzo la relación duró alrededor de un año. Él no nos pidió dinero. El sistema del pago del 5% se acabó. Finalmente nos sacó los trenes. Nosotros teníamos un fee que tuvimos que dejarlo dentro de la empresa para utilizarlo para el manejo del Ferrocarril".
En su segunda declaración dio precisiones sobre el modo en que se entregó el dinero. "Con relación a los pagos que se hicieron en virtud del decreto que comenté en mi declaración anterior -dijo Romero- , esto fue así, tuvimos que entregar 600.000 dólares más los 500.000 dólares que anualmente le debía pagar a Jaime por Hidrovía. Quiero aclarar que estas entregas no eran de una sola vez, sino que las iba otorgando a medida que iba juntando el dinero. Financieramente acomodaba los pagos a los que hice referencia con mis ingresos, de mis ganancias como accionista de la empresa. Respecto de los pagos que le realizaba en concepto de Ferrovías, también financieramente los acomodaba de mis ingresos personales que como socio percibía. Quiero aclarar que el 5% que debía entregar era de los subsidios que el Estado le otorgaba a la empresa en virtud de los Ferrocarriles".
La declaración completa de Romero:
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