En medio de los desmanes que se vivían al mediodía en las calles del Congreso por el debate del presupuesto, el Gobierno continuó con su agenda normal aunque el presidente Mauricio Macri siguió desde Olivos cada acontecimiento que ocurría. En una primera evaluación de los hechos, desde la Casa Rosada deslizaron que hubo "mucha presión de la oposición en la calle para generar caos y frenar el debate" parlamentario.
Fuentes oficiales de Casa Rosada afirmaron que "la izquierda y el kirchnerismo son una minoría antidemocrática y forman parte del mismo grupo de diputados que tumbó la primera sesión de cambio de fórmula jubilatoria".
Allegados al presidente Macri deslizaron a Infobae que estos sectores "operan de la misma manera, buscan victimizarse para no dejar sesiones a la Cámara de Diputados", explicaron desde Casa Rosada. "Tenemos dictamen de mayoría, hubo quróum y tenemos los votos para darle media sanción al presupuesto y a las leyes complementarias", aseguraron desde el Gobierno.
"Son una minoría antidemocrática, antirepublicana", dispararon. No obstante, en el Gobierno resaltaron el rol de massismo y de Martín Lousteau, que pese a no acompañar el presupuesto, están planteando el debate en el recinto, dando sus argumentos y escuchando.
Para el gobierno, los mandatarios provincias Juan Schiaretti (Córdoba), Juan Manzur (Tucumán), Sergio Uñac (San Juan) y Adolfo Rodríguez Saa (San Luis) fueron fundamentales para obtener rápidamente el quórum y dar inicio a la sesión.
Si bien el operativo de seguridad en los alrededores del Congreso estuvo a cargo de la Policía de la Ciudad y fue liderado por el ministro de Seguridad porteño Martín Ocampo, la ministra de Seguridad nacional Patricia Bullrich se encargó de la seguridad interna del Congreso y mantuvo un apoyo logístico permanente con la policía porteña.
Macri no alteró su agenda a pesar de los enfrentamientos de la policía con manifestantes en los alrededores del Congreso. El Presidente estuvo temprano con la ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley en un comedor escolar de Morón manejado por Cáritas y por la tarde se reunió con el gobernador de Corrientes Gustavo Valdés en la quinta de Olivos.
En paralelo, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, siguió el operativo policial en el Congreso desde la quinta de Olivos mientras que el ministro del Interior Rogelio Frigerio estuvo toda la mañana y parte de la tarde en la Casa Rosada donde recibió a un grupo de intendentes bonaerenses de Cambiemos. Frigerio fue uno de los que coordinaron cada detalle con los gobernadores y legisladores de lo que fue el armado del proyecto de presupuesto. A la tarde se instaló en el Congreso para seguir de cerca el debate y las negociaciones con la oposición.
"Todo sigue adelante", expresó tajante ante Infobae un funcionario del Gobierno en medio de la tensión que se vivía en las calles del Congreso. Desde esta óptica compartida por buena parte del gabinete nacional el oficialismo está dispuesto a continuar el debate del presupuesto en Diputados porque creen que los desmanes de la calle fueron promovidos desde la oposición para levantar la sesión especial de la Cámara baja.
La ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley también siguió de cerca los enfrentamientos en la calle y mantuvo contacto permanente con los referentes del Bloque Piquetero Nacional para calmar los ánimos. El problema, admitían algunos referentes de la Casa Rosada, es que el Gobierno no controla a los sectores de los que están en la calle y tampoco tiene diálogo alguno con esos grupos marginales enfrentados con la Casa Rosada.