Entretelones del acuerdo nuclear con China: tecnología inusual, ingeniería financiera y fondos para obra pública

La Argentina está negociando con la administración de Xi Jinping la letra chica del acuerdo para la Central Nuclear Atucha III con un costo de unos USD 7.500 millones más fondos extra para obras de infraestructura

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Xi Jinping junto a Mauricio
Xi Jinping junto a Mauricio Macri

El gobierno argentino está cerrando en estas horas el tramo definitivo del acuerdo con China para la construcción de la central nuclear Atucha III que solo contemplará tecnología de Beijing y que se sustentará en una compleja ingeniería financiera para que la administración de Xi Jinping financie la totalidad de la obra con un crédito blando de 7.500 millones de dólares y la otra parte sea en efectivo por unos USD 2.500 millones para obras de infraestructura.

Según pudo saber Infobae, el subsecretario de Energía Nuclear, Julián Gadano, y el embajador argentino, Diego Guelar, se encuentran esta semana en Beijing negociando con las autoridades chinas la letra chica tanto del acuerdo macro para realizar la obra como el contrato financiero que le dará sustento al aporte monetario de China.

"La idea es que el proyecto sea posible, se concrete y no impacte en el déficit público", explicó un funcionario de la Casa Rosada que está al tanto de las negociaciones que se llevan adelante en Beijing. Es decir: Macri se aseguraría no solo la realización de la central nuclear en el 2020 sino que también logrará el ingreso de unos 2.500 millones de dólares extra para la realización de obra pública.

El crédito que le plantea ahora China a la Argentina para la central Atucha III es a más de 20 años a una tasa del 5% anual y bajo flexibles estamentos contractuales en el medio.

Como contrapartida, la administración de Xi Jinping logrará que la Argentina no le cancele esa iniciativa por problemas presupuestarios como ya ocurrió en mayo pasado con el proyecto de la central nuclear Atucha II que se iba a realizar con Canadá y China bajo tecnología CANDU. En ese entonces el canciller Jorge Faurie tuvo que transmitir a su par chino Wang Yi que no se podía seguir adelante porque la Argentina no podía enfrentar el proyecto pautado.

Ahora el gobierno de Xi Jinping no solo se aseguraría concretar la obra en el 2020 sino que la realizará solo con tecnología nuclear china de agua liviana para la producción de uranio enriquecido, una innovación total en la historia energética de la Argentina, que siempre trabajó con tecnología de reactores CANDU para agua pesada.

La intención de los negociadores del acuerdo es tener listo este contrato para la firma antes del 30 de noviembre –cuando será la cumbre del G20– porque el 2 de diciembre, es decir después de la reunión de presidentes, Macri recibirá en su despacho de la Casa Rosada a su par chino Xi Jinping en visita oficial a la Argentina para rubricar este y otros acuerdos.

Un funcionario de la Cancillería detalló a Infobae que en la letra chica del acuerdo con China el contrato de construcción de la central nuclear Atucha III contempla un capítulo complejo de ingeniería financiera para que la Argentina reciba un porcentaje mayor de financiamiento en cash y el resto a pagar en un crédito a largo plazo.

Para ello se creará una empresa que recibirá el aporte de los chinos donde intervendrá CAMESSA y la garantía de flujos de la estatal núcleo eléctrica argentina NA-SA por las centrales existentes.

El monto extra de USD 2.500 millones que destinará Beijing en lo inmediato es para que el Estado argentino no tenga erogaciones y se destinará para la construcción de obra pública en la Argentina. No está definido aún cuáles serán los proyectos de obra pública que se sustentarán con este fondo extra de China.

El presidente Macri, junto a
El presidente Macri, junto a su par chino, Xi Jinping, en Beijing

El apuro de ambas administraciones en cerrar cuanto antes este acuerdo financiero y los detalles del contrato de la obra son entendibles. Si bien la agenda de la visita de Xi Jinping el 2 de diciembre está pautada con un amplio listado de acuerdos bilaterales por firmar, desde la Casa Rosada sostienen que el acuerdo por la central nuclear es uno de los más relevantes para la diplomacia china.

Fuentes diplomáticas argentinas remarcaron a Infobae uno de los ejes centrales del acuerdo: "Que la inversión potencial en el sector nuclear se prevé como parte de la relación estratégica bilateral entre China y Argentina, en el marco establecido en los diversos acuerdos de cooperación firmados por los dos países".

La intención de Macri y Xi Jinping es mantener intacta la "alianza estratégica integral" que tiene China con la Argentina. Este no es un título de decoración o un eufemismo político sino que se trata de una categoría diplomática especial que China le da a las relaciones bilaterales con distintas naciones. En América Latina, con la excepción de Brasil, ningún otro país tiene esta categoría elevada de relaciones bilaterales.

Se estima que la central Atucha III que se proyecta con China no se hará en Río Negro como estaba previsto originalmente sino en el complejo Lima de Zárate-Campana de la provincia de Buenos Aires.

"China no tiene operaciones especulativas de corto plazo, sino que, por el contrario, todos sus proyectos en Argentina son de largo plazo. No solo no se preocupa por la tormenta económica del corto plazo sino que sigue apostando con total confianza en el futuro", dijo Guelar a Infobae hace 15 días antes de avanzar a fondo con este tema.

Sin embargo, el optimismo de Guelar colisiona bastante con la prudencia que hay en la Secretaría de Energía que conduce Javier Iguacel y en ámbitos diplomáticos que manejan la temática. El acuerdo no está cerrado aún y se encuentra en plena etapa de negociación con Beijing.

Por ello, en la secretaría de Energía reiteran un latiguillo: "Vamos a ir con pie de plomo. La idea es revisar bien el contrato para que en el futuro no dependamos enteramente de la tecnología china".

En la práctica, esa idea de ir con "pie de plomo" sobre el proyecto de Atucha III implicará para el Gobierno que la central nuclear tenga al menos un 50% con tecnología argentina y que toda la mano de obra sea local. Es decir, que la producción de uranio enriquecido en esa central no quede sujeta a cualquier concesión futura que haga un gobierno en los próximos años.

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