"¿Comieron?", pregunta Eduardo Creus. A su lado, un joven pasa apurado con un recipiente enorme que rebasa de arroz con arvejas.
– ¿Hay más demanda en los comedores? ¿La gente no se está "cagando de hambre", como usted recién decía?
-No. Cagando de hambre, no. La gente achicó su dieta, la gente va ajustándose. Pero yo vi lo que es cagarse de hambre, yo me cagué de hambre. Yo he tenido que comer de comedores, después de ser gerente (ríe). Después de la Alianza. Y ahí me integré a la CCC (Corriente Clasista y Combativa).
"Lalo" Creus, 43 años, es un caso atípico. Se crió en un hogar de militantes sociales, integró las filas del MAS, fue gerente en Mendoza de una multinacional estadounidense, fue dirigente de la CCC -empezó como chofer de Juan Carlos Alderete-, de la que se abrió tras la crisis del campo durante el kirchnerismo y ahora defiende al Gobierno desde el territorio, en el tercer cordón de La Matanza, el corazón del distrito más populoso del Conurbano bonaerense. En medio del duro ajuste.
Tiene más de 100 empleados en empresas de construcción y textiles -sociedades de hecho, sociedades anónimas y sociedades de responsabilidad limitada-, su agrupación maneja cientos y cientos de planes "Hacemos futuro", "Salario social complementario" y el programa "El Estado en tu barrio" -jura que con ellos no hace política partidaria-, pero asegura que al Gobierno "no le interesa ganar la calle, cooptar o tener una construcción social partidaria. No le interesa. Para algunos es una ingenuidad".
– ¿Para usted es ingenuidad?
-No, para mí son sus convicciones, y está muy bien. Desmitificaron. Parecía que sin la calle no se podía ganar, gobernar o fiscalizar.
El arroz con arvejas, la pata de pollo y el trozo de pan que una colaboradora acerca a su humilde oficina, en el entrepiso de un galpón grande en la esquina de Rocamora y ruta 3, en el límite entre González Catán y Laferrere, se come frío después de casi una hora y media de entrevista. Abajo hay decenas y decenas de muebles apilados y telas.
Creus entró al mundo Cambiemos de la mano de empresarios a los que prefiere no mencionar. Pero enseguida trabó una estrecha relación con Mario Quintana, eyectado del Gobierno hace más de un mes. Se define como "referente social de Cambiemos" y "facilitador": durante la charla va a recibir el llamado de dos altos funcionarios, uno nacional y otro provincial.
– ¿Recibe a muchos funcionarios?
-Sí, muchos.
– ¿Cómo se lleva con la gobernadora María Eugenia Vidal?
-Muy bien. Ella tiene una predisposición…
– ¿Tiene línea directa con ella?
-Sí.
– ¿Usted levanta el teléfono y ella lo atiende?
-Sus secretarias. Pero sí, atiende. Y nos ha visitado en este año creo que cuatro veces.
– ¿Es vidalista?
-Se puede decir que sí.
– ¿Vidalista y macrista?
-Abiertamente vidalista. De Macri creo que tiene que superar varias pruebas. Entiendo las dificultades en las que estamos.
Para "Lalo" Creus, que controla una parte importante del territorio matancero, que fiscalizó para Cambiemos en el 2015 y en el 2017 y que quiere ampliar su área de influencia a través de la agrupación "Identidad Vecinal"; que va a trabajar para las reelecciones de Vidal y del Presidente -con quien compartió una mesa en Casa Rosada durante la toma del parte Indoamericano cuando Mauricio Macri era jefe de Gobierno-, y que conoció al hambre de chico cuando se llevaba tuppers con comida de los comedores, la crisis social está lejos de la del 2001.
– ¿Cómo se define? ¿Quién es "Lalo" Creus?
-Soy un referente social que está preocupado por la agenda política del país. Yo viví todos los años del kirchnerismo siendo un referente social, preocupado por la agenda política del país…
– ¿Nunca simpatizó con el kirchnerismo?
-No, nunca. Pero por la sencilla razón de que en el sector social, donde trabajo hace años, no se vieron nunca cambios estructurales.
– ¿Y por qué cree usted que tantos sectores humildes aún sienten afinidad por el kirchnerismo?
-Yo creo que porque no le dan el valor que yo le doy a los cambios estructurales. Hay gente y fuerzas políticas que reivindican medidas que fueron progresistas pero que no pasaron de ser transferencias de ingresos, sin resolver ni generar cambios estructurales. Algunos lo ven desde la formación política y teórica y la gente común lo ve desde su bolsillo. Recibían una plata que de verdad si era generada genuínamente o si era afanada, o lo que sea, no importaba. A mí sí me importa el largo plazo, a pesar de que trabajo y milito todo el tiempo en sectores que todo el tiempo están prendidos fuego, y en el caso nuestro se justificaría que solo miremos el corto plazo, me preparé para mirar el largo plazo.
– ¿Pero cómo le dice a esos sectores que no tienen para comer, o para comprarse zapatillas, que miren el largo plazo?
-No, a veces no se le puede decir. Me lo preguntás y te lo estoy contestando. A veces lo que uno sabe se vuelve una verdad tan abstracta que mejor que se la quede para uno, porque si no se vuelve un dogmático. Yo viví la Argentina del 85% de aceptación a Néstor Kirchner (ríe), no se salvó casi nadie. ¡Qué le voy a decir a la gente en ese contexto!
– ¿No rescata nada bueno del kirchnerismo?
-Desde lo institucional, lo que hay que agradecerle al kirchnerismo es que volvió a generar la participación electoral. Logró cerrar esa ruptura del "que se vayan todos". Después yo creo que dejó una agenda -con una utilización perversa, pero una agenda progresista al fin- que hay que mejorar.
– ¿Y qué pasó con esa agenda después?
-Creo que en gran medida este gobierno la sostiene, en algunas pequeñas cosas las ha mejorado, y creo que lo que está pendiente es que hay que profundizarlas.
– Cuando desde algunos sectores se sostiene de que este es un gobierno "para ricos", ¿no coincide?
-No. Si vos me decís que hay medidas que pueden beneficiar más a un sector que a otro, y, puede ser. Pero de hecho las medidas sociales que se han tomado desde la gestión de Cambiemos tienen poca difusión pero han sido muchas. La última medida que reivindico fuertemente es el relevamiento de los barrios populares. Yo estuve en la situación del (parque) Indoamericano. Estuvo en San Salvador, Jujuy, con tres muertos. Yo se lo que significa esa agenda, que tampoco fue una agenda del kirchnerismo, pero que se profundizó un montón en los últimos años. No veo un gobierno para ricos que esté abierto a ese tipo de agendas.
– Pero también es cierto que hay un programa económico que beneficia a otros sectores.
-Evidentemente hay un programa económico distinto al anterior. Lo que yo creo es que en este sistema económico mundial es muy difícil que se pueda desarrollar un programa económico que no beneficie a un sector privado. Plantear que un plan económico es para los ricos porque beneficia a un sector de los ricos, es una mirada muy parcial. Es pedirle demasiado a un gobierno que pertenece a un sector de clase. ¡Le están pidiendo que sea comunista!
– Y cuando ve que el Gobierno beneficia a las empresas, por ejemplo con el desembolso retroactivo por las tarifas del gas (N. de la R: la entrevista se realizó antes de la marcha atrás de la medida), ¿cómo defiende eso?
-Golpea, golpea mucho. Pero eso también es un matiz importante. Yo he tenido interacción con distintas expresiones del peronismo. Y en general era un sometimiento. Trabajar juntos, acceder a alguna cosa era un sometimiento. Vos vas a recorrer todas estas instalaciones y no vas a ver una foto, un cartel, nada, ni de la gobernadora, ni de Macri, ni nada amarillo, nada.
– ¿Acá no hay sometimiento?
-No, no hay ningún sometimiento. Identidad Vecinal son los vecinos, hay de todo. Gente que odia a la política, gente que cree que este no es el gobierno, gente con militancia, con creencias religiosas. Y yo no tengo que salir a dar pruebas de fe de nada. Es la primera vez que tengo la posibilidad de opinar de todo esto públicamente, nadie me pidió que haga eso. No tenemos que llevar a la gente a los actos, no tenemos que pedirle el voto a la gente.
– ¿El Gobierno no le pide eso?
-No.
– ¿Pero a usted le parece bien trasladar a los usuarios las pérdidas de una empresa de un sector, en este caso el energético?
-No, pero especulo a que la opción era "o te traslado eso o te traslado un aumento".
– Ustedes tienen algo más de 30 comedores en La Matanza…
-33.
– ¿Y no hay más demanda? ¿La gente no se está "cagando de hambre", como usted recién decía?
-No. Cagando de hambre, no. La gente achicó su dieta, la gente va ajustándose. Pero yo vi lo que es cagarse de hambre, yo me cagué de hambre. Yo he tenido que comer de comedores, después de ser gerente (ríe). Después de la Alianza. Y ahí me integré a la CCC.
– ¿Estamos lejos del 2001?
-Sí, por dos motivos. Porque las condiciones estructurales no llegan, tenés que tener un 25% de desocupación estructural. Acá hubo 50% de desocupación. La Matanza quedó arrasada. Y tampoco están las condiciones subjetivas de las fuerzas políticas opositoras. Si el peronismo estuviera hegemonizado por alguien tendríamos otro escenario. Yo vi la agitación para el saqueo en el 2001. Son muy distintas. En el 2001 era la gente espontáneamente. Era muy fácil manipular eso para los tipos que manipularon eso. Hoy a los que van a saquear les tenes que garpar para llevarlos a la puerta de un supermercado.
– ¿Pero usted no ve un escenario de crisis social? La pobreza aumentó, el próximo índice de marzo, que abarca el segundo semestre, va a ser más alto incluso.
-Sí, para mí ya tenemos un escenario así. Pero no hay condiciones para un estallido social, y eso no va a pasar. Hay un agravamiento de la crisis, eso significa más en los sectores medios y medios bajos que en los sectores de pobreza extrema. Es terrible porque en el sector de pobreza extrema, un ajuste, ¿qué está ajustando? ¡Si está en la supervivencia! ¿Qué tiene que pasar para que haya un estallido social? Tiene que haber un drama estructural, que no lo hay. ¿Es masivo el problema? Sí. Yo veo el hambre, no veo las tasas de desnutrición que teníamos en el 2001. Veo el problema del desempleo, pero no veo la desocupación estructural que tuvimos en el 2001. Todo el mundo está a las puteadas. Yo me enojo con mi señora y ella se enoja conmigo, pero en la mayoría de los casos no pasamos de ir a dormir a la otra habitación, ¿se entiende? No cambiamos de matrimonio. En el momento que nos enojamos sentimos más que rabia por el otro, sentimos que ese otro puede ser el principal enemigo, pero no rompen. Para que se den las condiciones del 2001 tuvo que haber una ruptura, ya no se fueron a dormir a otra habitación. Hoy hay enojos pero la mayoría de la gente ve que la ex pareja está hecha mierda, no da para volver con la ex pareja. Me quedo durmiendo en la otra habitación.
– Pero siguiendo ese razonamiento, ¿no ve que este matrimonio actual pueda terminar disolviéndose?
-No.
– Usted dice que ve el matrimonio anterior y piensa "no quiero volver a eso".
-La gente dice eso.
– ¿Pero no cree que este matrimonio defraudó?
-¡Sí! Ha defraudado expectativas. Pero estoy seguro que la gente cree que se puede recuperar. Por eso no tuvieron eco los agitadores, porque no hay una ruptura. Ahí sí vuelvo a un elemento que yo saqué como conclusión de mi historia de vida: vos no te vas a caer si del otro lado no están preparados para ayudar a que te caigas. Yo no veo eso.
– ¿Y no cree que lo peor está por venir?
-No, yo creo que lo peor ya pasó.
– El Gobierno se encargó de decir muchas veces eso y, cómo explicaron luego, "pasaron cosas".
-Yo no soy un tipo que entienda la macroeconomía.
– Pero usted también tiene empresas. ¿Es más empresario que dirigente social y político, al revés, o es una mezcla?
-Para generar soy más empresario. Para distribuir soy más dirigente social. Nosotros para generar nos apropiamos de toda la metodología del sistema productivo capitalista. También lo ha hecho el "Che" Guevara…
– ¿Cuántas familias viven de todo lo que generan? Tiene empresas, constructoras, da clases, tiene comedores…
-Miles, miles. Decenas de miles. Solo en los merenderos tenemos cinco mil y pico de chicos. Esos cinco mil y pico de chicos más un promedio de 15 vecinas que sostienen esos merenderos. Ahí trabajan 600 personas todas las semanas atendiendo a esos chicos. Después tenemos 15 clubes de una liga de fútbol propia, que son alrededor de 1.500 chicos y chicas más, que hacen fútbol. Después tenemos una sala de salud que construimos nosotros mismos, que atienden todos los meses 1.500 nenes, que hace el control de nutrición. Después tenemos un centro de niñez, un centro de jóvenes y un centro de primera infancia, y ahí son hasta 21 años. El laburo que nosotros generamos, con ingreso mensual, estable, son alrededor de 120 compañeros. La estructura nuestra tiene alrededor de 60 rentados, entre abogados, ingenieros, arquitectos, administrativos.
– ¿Cuánta plata implica eso?
-El presupuesto nuestro por mes de sueldos anda entre 1 millón y $1.500.000 por mes. La mayoría es ingreso propio.
– ¿Y no maneja planes sociales?
-Sí. Tenemos un ente ejecutor del programa "Hacemos futuro", y ahí hay alrededor de mil compañeros. Y además de eso hay otro programa que se llama "Salario complementario", que nosotros no lo manejamos pero somos un facilitador, que ahí hay alrededor de otros dos mil compañeros. Cada uno de ellos con su familia. El otro programa que manejamos es "El Estado en tu barrio".
– ¿Eso lo maneja usted?
-Si. En La Matanza hay dos operativos. Uno lo tiene el municipio, otro lo tenemos nosotros.
– ¿Y está bien que lo maneje usted?
-Está bien que lo maneje yo como transición.
– ¿Y por qué usted y no otro?
-Que lo maneje cualquiera en todo caso. Que lo maneje alguien que garantice que no tenga una utilidad partidaria.
– ¿Y usted no le da esa utilidad?
-Si se quiere política, desde la política de la gestión…
– ¿No hace campaña con "El Estado en tu barrio"?
-No lo acepta la gobernadora, la gestión del Gobierno no acepta eso. A veces amigos del peronismo no lo pueden creer eso. A mí también me sorprendía mucho al principio. Muchas veces los políticos de Cambiemos no entienden eso, y se enojan.
– En la campaña del año pasado usted aportó estructura…
-En la campaña del año pasado lo que encontré fue que había muchos referentes territoriales que estaban identificados con el espacio de Cambiemos y no tenían una referencia. Yo aporté ese liderazgo. Me animé a reunirlos y ser el canal para que pudieran sentirse parte. Este territorio es muy grande. Cambiemos tenía mucha fortaleza en el primer cordón, y había en la zona donde no los habían votado mucha gente que quería sentirse parte. Ayudé mucho.
– ¿Y qué lo diferencia a usted de Juan Carlos Alderete, de Emilio Pérsico o de Daniel Menéndez?
-He tenido relación con ellos.
– ¿No tiene diálogo con ellos?
-No. A mí se me ha puesto en el blanco, en ese ámbito, se me encasilló como el macrista.
– ¿Y no es eso?
-Es contradictorio. Aunque fuera macrista, hacen una división que yo no practico. Yo no sé tener ese grado de sectarismo. Por eso digo contradictorio. Son los mismos que después van a Casa Rosada cada vez que pueden y se sacan la foto. Más fotos que yo. ¿Me explico? Es muy loco. Una vez que estaba siendo muy cuestionado en ámbitos internos de ellos era cuando tenían la foto con Mario Quintana, cuando hacían el censo casa por casa y cobraban por eso, y no tenían ningún problema. ¿Se entiende?
– ¿Qué relación tuvo con Quintana?
-Tuve bastante. Él vino a recorrer asentamientos con nosotros. Una vez estuvo cuatro horas en los barrios.
– ¿No le gustó la salida de Quintana?
-La verdad que no. Pero porque lo veía desde el aspecto social. Se discutieron cosas que yo desconozco. Me preocupó la salida en relación a que él empujaba esas agendas. Fue novedoso ver gente del mundo privado en lugares de toma de decisión política de la gestión de un gobierno.
– ¿Se sintió cómodo con eso?
-Al principio no, porque era novedoso. Después empecé a comprenderlo, en el sentido de que he visto profesionales llegar a la gestión de gobierno que no eran empresarios pero que tenían menos diez de experiencia política, empecé a verlo desde ese lugar. Había un planteo de que empresarios llegando a la política iba a ser malo como si todos los pobres que yo vi llegar a la política hubieran hecho las cosas que teníamos que esperar que hicieran.
– ¿Hay más demanda en los comedores?
-Hay más demanda pero no es una explosión. Hay un incremento. No es el drama que yo he visto. Yo mismo. La primera vez que fui a comer a un comedor me daba vergüenza. Iba con una mochila, y me daba vergüenza que me vean comer en un comedor. He visto los escenarios de drama social. Parece que estoy negando lo que pasa. No es eso.
– ¿Está a favor del proyecto de dividir La Matanza?
-No a favor de los que hay. Estoy a favor de que en este territorio se cree un nuevo municipio. Estoy en contra de la división que tenga solo interés político y electoral. Y en esto agradezco a la gobernadora. Esto es todo atraso. Acá hay barrios sin luz, que no tienen tendido eléctrico, recolección de residuos, ni cloaca, ni gas, ni asfalto. Hay zonas que se parece a colonia Primavera, de los Qom, de Formosa. Me hago cargo de la más difícil, del territorio donde más intención de voto tiene el oficialismo local.
– ¿Va a trabajar para la reelección de Vidal el año próximo?
-Sí.
– ¿Y para la de Macri?
-Por ende.
– La ministra Patricia Bullrich dijo que había movimientos sociales que movilizaban con fines electorales. Hay un sector del Gobierno que cuestiona el financiamiento de movimientos sociales…
-Y encima no tienen que ir a aplaudir a nadie (ríe con ganas). Antes tenían que estar toda la semana aplaudiendo…
– ¿Cómo se para usted en esa discusión?
-Esas conversaciones las he tenido. Me da la impresión de que está muy bien porque esas organizaciones son representativas. Atenderlas y darles respuestas está bien. Desde la estrategia política ha sido inteligente, porque ayudó a contener lo que podía haber sido mucho peor. Algunos dicen "bueno, te hacen la protesta". Creo que ha habido una honestidad política, y se puede mirar con ingenuidad si se quiere, pero ha habido honestidad política de que se trabaja con el otro sin importar si es opositor. Yo no estoy en esa mesa. Esa es también una prueba para el que diga "este es el Grabois del Gobierno". Al Gobierno no le interesa dar esa batalla.
– ¿Al Gobierno no le interesa ganar la calle?
-No le interesa ganar la calle, no le interesa cooptar, no le interesa tener una construcción social partidaria. No le interesa. Para algunos es una ingenuidad…
– ¿Para usted es ingenuidad?
-No, para mí son sus convicciones, y está muy bien. Desmitificaron. Parecía que sin la calle no se podía ganar, gobernar, fiscalizar. Está bueno eso también, que haya un cambio cultural.
– Pero hay punteros, planes, clientelismo, y eso el PRO también lo practica.
-Sí, pero también empiezan a haber cambios. Y esos cambios también son una prueba muy importante. Porque hay un debate y es que la gente vota por su dependencia económica. Había un voto cautivo, y sin embargo perdieron varios municipios que están en la tercera sección electoral, donde la pobreza y los recursos sociales son muy necesarios.
– Pero hay municipios gobernados por Cambiemos en los que también hay clientelismo.
-Bueno, pero no es una cosa u otra. Son elementos de cambio. Cambiemos es una construcción demasiado nueva. Y que entonces tiene mucho para evolucionar, para cambiar, para mejorar.
– ¿Y usted cree que Cambiemos llegó para quedarse?
-A mí me da la impresión de que sí.
– ¿Le alcanza?
-Si hablamos de Cambiemos no hablamos del PRO. Hablamos de Cambiemos. Yo creo que puede ser que la fuerza política haya llegado para quedarse, la oferta de una fuerza política alternativa para el peronismo. Yo participé del Frente Amplio Progresista, había condiciones para eso. Después se atomizó. En Argentina hace rato que se demanda una fuerza de centro que pueda ser alternativa al peronismo.
– ¿Va a votar a Macri el año que viene?
-Sí, tengo que ser coherente.
– ¿Cree que va a reelegir?
-Sí, creo que va a reelegir. Igual que la gobernadora. La gente que tomó la decisión de cambiar sigue viendo que lo que dejó atrás no es opción. Puede estar molesta, por supuesto. Pero no para alternar.
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