Ocho gobernadores, tres vicegobernadores y una señal concisa: la construcción federal del peronismo rompe las barreras de la foto que protagonizaron Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey, Juan Schiaretti y Miguel Pichetto. La última reunión de gobernadores tuvo lugar este miércoles en la Casa de la provincia de Tucumán en Buenos Aires y sirvió para diferenciarse de los cuatro dirigentes que dieron un paso adelante antes que el resto. La postal peronista que vio la luz en los últimos días de septiembre generó tensión interna. Fue un gesto que no les gustó a los que no posaron frente a la cámara.
Justamente fue el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, que fue vetado de la foto de los cuatro, el organizador del encuentro. El mandatario levantó el perfil en el último tiempo y se convirtió en el vocero de los gobernadores durante las discusiones con el gobierno. Mantiene diferencias con el tandem Urtubey-Schiaretti que profundizaron la distancia. No es casualidad que ninguno de los dos tenga pensado asistir al acto que el tucumano está organizando en su provincia para el 17 de octubre.
El encuentro de ayer tuvo como principal misión lograr un acuerdo para tener una postura común frente al debate por el presupuesto. Además, mientras el Gobierno resolvía dar marcha atrás con el aumento extra del gas, los mandatarios reflexionaban sobre cómo enfrentar una medida que consideraban "injusta e insostenible". Finalmente, el aumento quedó sin efecto después de una reunión entre el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y un grupo de legisladores de la oposición.
Los gobernadores trabajaron en una agenda común en torno a tres ejes centrales: el aumento de las tarifas, el crecimiento de la desocupación y la profundización de la pobreza. Esos temas los seguirán debatiendo el próximo 24 de octubre en la casa de Chaco. Tienen la intención de consolidar el espacio de gobernadores y avanzar en un proceso de acercamiento con los diferentes sectores de la oposición. Para eso comenzaran a reunirse con mayor frecuencia en lo que resta del año.
En la Casa de Tucumán estuvieron los gobernadores Sergio Uñac (San Juan); Juan Manzur (Tucumán), Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Sergio Casas (La Rioja), Mariano Arcioni (Chubut), Gildo Insfrán (Formosa), Alberto Rodríguez Saá (San Luis) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero). También los vicegobernadores Daniel Capitanich (Chaco), Néstor Bosetti (La Rioja) y Pablo González (Santa Cruz).
Una reunión similar, pero más acotada, se llevó a cabo en La Rioja doce días atrás. Fue durante el Foro Regional de Integración y Desarrollo sustentable que organizó Sergio Casas. Estuvieron Uñac, Manzur, Zamora y Lucía Corpacci (Catamarca). Fue otra señal. Hay gobernadores que comenzaron a acercarse entre sí atraídos por las decisiones económicas del gobierno nacional. La quita del fondo sojero y la discusión por el presupuesto 2019 rompieron barreras más vinculadas a la construcción política que a la mirada sobre la gestión de Mauricio Macri.
Tanto aquella reunión en La Rioja como esta última en la Ciudad de Buenos Aires sirvieron para mostrar hacia dentro del peronismo, pero también hacia la sociedad, que el armado peronista no se reduce a cuatro dirigentes. Eso fue lo que sintió un puñado de gobernadores del PJ: que los cuatro protagonistas de la foto hicieron una jugada personal y no en conjunto.
Además, de estos encuentros participaron mandatarios que mantienen una buena relación con la ex presidenta Cristina Kirchner y consideran al kirchnerismo un sector más del peronismo. Es el caso de Insfrán, Corpacci y Rodríguez Saá. El resto de los presentes tiene una visión más moderada con respecto a la reorganización del espacio político, sin embargo creen que no hay que poner límites en la construcción política. Esa postura los diferencia de Urtubey, Schiaretti, Massa y Pichetto.
Esta mirada también representa al líder de Cumplir, Florencio Randazzo, quien no habla públicamente pero mantiene reuniones con gobernadores, sindicalistas y dirigentes sociales. Su postura, tanto en la construcción a futuro del espacio como de la forma de comportarse como oposición, es más compatible con la de este grupo de gobernadores que con la del grupo de los cuatro. "La oposición debe ser contra Macri, no contra Cristina", reflexionan cerca del ex ministro del Interior.
Las diferencias internas existen y, en parte, están ancladas en la estrategia que deben seguir en el peronismo para ser una alternativa competitiva en el 2019. Por ahora esa división queda expuesta en imágenes y frases sueltas. El peronismo está revuelto. No es novedad. Las asperezas se pueden limar. Así lo consideran los protagonistas de la foto que generó tensión interna. Es probable que terminen teniendo la razón.
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