Mauricio Macri y Elisa Carrió buscan bajarle el tono a los cruces del fin de semana y se mostrarán juntos en un acto de pymes

En la Coalición Cívica reconocieron que la cuerda se tensó más de lo necesario

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(Nicolás Stulberg)
(Nicolás Stulberg)

Los fines de semana de principio de mes tuvieron a maltraer al Gobierno en estos últimos 40 días.

En las primeras horas de septiembre, la coalición oficialista había crujido como nunca antes tras la crisis del dólar, y las presiones para cambiar a los principales integrantes del gabinete obligaron a la plana mayor de Cambiemos a recluirse en Olivos y a implementar un ajuste en el organigrama que dejó un tendal de heridos.

Este fin de semana, el Gobierno volvió a crujir. Aunque esta vez la protagonista excluyente fue Elisa Carrió, que incluso amagó con pegar un portazo tras una serie de cambios dispuestos en la AFIP que, según la diputada, equivalían a "aliarse con (Ricardo) Echegaray y su gente".

El sábado, Carrió fue una furia. Amenazó a Mauricio Macri –"elige o cae", le dijo durante la presentación del libro de Mariana Zuvic, en Corrientes-, y aseguró que había perdido "la confianza" en el Presidente, las frases más duras que le propinó al propio Jefe de Estado desde que la alianza Cambiemos desembarcó en la Casa Rosada.

En ese sentido, la presencia de la líder de la Coalición Cívica en la televisión pautada para esta noche cobraba especial relevancia. Pero Carrió prefirió llamarse a silencio. "No se siente bien, se queda un día más en Chaco, en la casa de su madre", explicaron sus colaboradores.

Los dichos de Carrió del sábado no cayeron nada bien en el entorno de Macri. Incluso en las filas de la Coalición Cívica reconocieron por lo bajo en las últimas horas que la cuerda se tensó un poco más que lo necesario.

"Hubo desinteligencias", aducen. Juran que lo que parecía la segura salida de los funcionarios Horacio Castagnola, Jaime Mecikovsky y Carlos Bo de la AFIP al final no fue tal. Que en realidad no hubo remoción. Que fue una "modificación de roles". Que se sigue "investigando todo" -por las críticas en torno a información vinculada con Ángelo Calcaterra-. Y que fueron "cambios operativos".

De Bo, ahora hasta explican que ni siquiera se pensó en correrlo. Mecikovsky es, según las fuentes, uno de los funcionarios de mejor llegada a "Lilita".

"Es injusto lo que hizo Carrió. Espero que tenga grandeza y se disculpe", decía ayer a este medio uno de los dirigentes de gobierno de mejor trato con la diputada. Una señal de lo mal que cayeron las palabras en el seno presidencial. Carrió y Macri no volvieron a hablar en las últimas horas.

En Casa Rosada, el tema sobrevoló aunque con menor intensidad en comparación a la polémica por los aumentos del gas. El ministro Rogelio Frigerio, sin embargo, aclaró tras la reunión de gabinete que "Macri" era el garante de "la lucha contra la corrupción y las mafias". Como para marcar la cancha.

"No rompo Cambiemos", aclaró ayer la líder de la CC para bajarle el tono a la disputa. "La verdad no es buena ni mala, pero no tiene remedio", agregó a través de su cuenta Twitter. Durante la semana, había sido durísima contra el ministro Germán Garavano, en vísperas del fallo de Casación que benefició a Carlos Menem en la causa armas.

Faltó, además, la mediación de Mario Quintana, que hasta hace un mes había sido el principal nexo entre Carrió y la gestión diaria, por fuera de Fernando Sánchez, que estuvo pegado a su teléfono todo el fin de semana. Quintana tenía bajo su cargo la supervisión de la AFIP. "Lilita" si habló, y en buenos términos, con Leandro Cuccioli.

Leandro Cuccioli, titular de la
Leandro Cuccioli, titular de la AFIP.

En ese contexto, Macri y su principal socia política se verán la cara de nuevo el jueves, en un acto público vinculado a las pymes, uno de los ejes en el más machaca la diputada. Ese día, la Secretaría General de la Presidencia informó que realizará un simulacro de incendio en Olivos.

Hace un mes, había participado del día de la industria en el auditorio principal de la CAME, en el centro porteño. Horas después del ajuste en el gabinete, tras las negociaciones en Olivos, que dejó a "Lilita" enfrentada con casi toda la coalición con excepción del jefe de Estado.

"Que nadie se confunda: yo interpreto la voz del Presidente de la República. Todo lo que hice este fin de semana desde la chacra y el Presidente en Los Abrojos es una melodía frente a los grupos que querían sacarle todos los ministros", avisó Carrió un mes antes de que la melodía sonara desafinada.

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