Miguel Lifschitz: "Hoy la oposición no tiene un proyecto de futuro que los argentinos puedan comprar"

En diálogo con Infobae, el gobernador de Santa Fe analizó la situación actual del país, la reorganización del peronismo, el rol del progresismo y sus ambiciones para el 2019. Aseguró que haría una alianza con un sector del peronismo pero que debe ser más que un acuerdo electoral

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El gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz (Gustavo Gavotti)
El gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz (Gustavo Gavotti)

Miguel Lifschitz tiene ganas de ser candidato a presidente de la Nación. Lo expresan su mirada y los movimientos inmediatos de su cuerpo cuando la pregunta se le aparece delante de él. No lo niega, no lo confirma. Se escapa con una respuesta futbolera a una definición que en su cabeza parecer tener mayor forma. Es prudente, pero se entusiasma con una alianza electoral del socialismo con un sector del peronismo y otro del radicalismo. Piensa en el 2019.

En diálogo con Infobae el gobernador de Santa Fe repasa los principales temas de la actualidad nacional: la discusión por el presupuesto, la reorganización del peronismo, la situación económica, la gestión del gobierno de Mauricio Macri, su sucesión en la gobernación, el conflicto narco en Rosario y el futuro del socialismo.

Está convencido de que el país necesita una opción superadora y está dispuesto a negociar con diferentes dirigentes de la oposición para conformarla. Aunque sus ambiciones presidenciales están vivas, le baja la espuma a sus ilusiones poniendo otra vez el fútbol en el medio de sus palabras: "Me gustaría estar en un equipo para ganar. No aspiro a ser el Messi de ese equipo". Dice que ganar significa hacer un cambio profundo.  A eso se va a dedicar el año que viene.

-¿Cómo describiría este momento del país?

-Veo una situación muy complicada. Es muy preocupante la perspectiva para los próximos meses y para el año próximo en lo económico, lo político y lo social. Todos los indicadores de la economía son negativos. Es negativa la altísima inflación, las altísimas tasas de interés que hacen inviable el crédito en la Argentina, es preocupante la escalada del dólar, aunque en los últimos días se pudo estabilizar, y  el nivel de endeudamiento que ha vuelto a tener la Argentina. La pobreza es altísima y el desempleo tiene tendencia a subir. El propio gobierno dice que vamos a estar peor en los próximos meses. No veo ninguna razón por la cuál, salvo que ocurra algún milagro o haya algún pase de magia del ministro de Economía, haya una recuperación de la economía a fin de año o en los primeros meses del 2019.

-Es decir que visualiza un escenario económico y social más difícil que el actual…

-Los economistas más serios pronostican, este semestre y el año que viene, como períodos de recesión de la economía. Nada indica que la inflación vaya a bajar sustantivamente. Seguramente va a haber algún descenso por la retracción de la economía, por las nuevas herramientas monetarias que ha establecido el FMI, el Gobierno y el Banco Central. Es probable que haya un cierto descenso de la inflación pero sobre la base de una brutal recesión. El escenario económico es muy complejo y no se ve la salida. No se ve la luz al final del túnel. Yo no la veo y creo que el ciudadano común tampoco.

-¿Y en lo que respecta  al impacto que tienen  en la sociedad las medidas económicas?

-Obviamente que esto tiene consecuencias sociales. El grado de expectativa y de confianza que el empresario, el trabajador y el inversor tienen sobre la economía también determina lo que va a pasar. No visualizo en los sectores más vulnerables una situación de conflictividad en el corto plazo porque siguen teniendo la asignación básica, planes sociales y refuerzos de la AUH. Pero si lo veo en sectores medios que van reduciendo su posibilidad de consumo y su nivel de vida. Algunos perdieron el empleo, otros el nivel de ingreso.

El mandatario consideró que es “viable” una alianza con un sector del peronismo
El mandatario consideró que es “viable” una alianza con un sector del peronismo

-¿Se imagina un fin de año complicado por la situación que atraviesa el país?

-Ojalá que no. No quisiera un fin de año complicado porque también me repercute a mi como gobernador, pero el escenario social se va complicando. En lo político veo al gobierno muy encerrado sobre si mismo, en un momento en donde necesitaría abrir la jugada, rectificar políticas, tal vez incorporar en el gabinete figuras de otros partidos o independientes que pudieran darle otras miradas. Cambiar algunas herramientas económicas. Me da la sensación de que está retraído sobre su núcleo y sus ideas fundamentales, y que no hay allí ninguna capacidad para adaptarse a un escenario que ha cambiado mucho en Argentina. Y tampoco veo hoy por hoy una alternativa en la oposición. No aparecen, no solamente candidaturas, sino que no aparecen propuestas alternativas desde la oposición.

El Gobierno está encerrado en si mismo. Está retraído sobre su núcleo y sus ideas fundamentales

-Durante el último tramo del mandato de Cristina Kirchner la oposición también acusó al gobierno de estar encerrado en sus ideas. ¿Hace un paralelismo entre ese momento y este?

-Es una característica de todos los gobiernos en la Argentina. No lo particularizaría. Tenemos modelos muy presidencialistas donde es difícil imaginar espacios de coalición o de concertación política. No estamos demasiado habituados. Creo que sería una buena alternativa para esta coyuntura. Cuando se planteó la posibilidad de algún recambio en el Gabinete yo tenía la expectativa de que se incorporaran figuras por fuera del círculo más cercano al gobierno.

-¿Se refiere al fin de semana de reuniones en la Quinta de Olivos que culminó con el anuncio de la reestructuración del Gabinete?

-Sí. Lejos de eso hubo un cierre y una convalidación de todo el equipo. Está bien cuando uno siente que está yendo por un buen camino pero cuando hay que rectificar siempre es bueno incorporar otras miradas. Es una visión. Cada uno cuando está en el gobierno tiene su propia estrategia.

-¿Cree que este gobierno tiene autocrítica?

-No. No lo veo hacer autocrítica. En las ideas generales está muy convencido y consolidado en ese camino. No lo veo reconociendo que las herramientas que se han utilizado no han dado buenos resultados.

-¿Cuál es el vínculo actual que tiene con Mauricio Macri y el gobierno nacional?

-Tengo bastante diálogo con algunos ministros. Particularmente con Rogelio Frigerio, Marcos Peña, Dante Sica y Patricia Bullrich, con la que tengo bastante trabajo en común. Con el Presidente hemos tenido diálogo en distintos momentos. En general ha sido más formal. Tratamos de mantener siempre las puertas del diálogo abierto. Hemos acompañado algunas decisiones de gobierno, hemos tenido diferencias en otras pero siempre lo hacemos en un marco de respeto y de tratar de coordinar.

“La propuesta política del kirchnerismo está agotada”, indicó
“La propuesta política del kirchnerismo está agotada”, indicó

-Para el Gobierno uno de los temas centrales de este momento es el debate por el Presupuesto 2019. Hay sectores de la oposición que están muy duros y que dejan trascender que no van a votarlo. ¿Qué opinión tiene?

El Gobierno ha convertido el Presupuesto en una batalla de vida o muerte, cuando no debiera ser así. Es una ley importante pero pareciera que ahora está todo supeditado al Presupuesto. El ámbito para discutirlo es el Parlamento. El recurso de convocar a los gobernadores y tratar de que lo terminemos avalando es un recurso de la política, pero en realidad el ámbito adecuado es el Congreso.

-¿Hay que modificar el proyecto original?

-Habría que hacerle varios cambios a ese proyecto. Espero que haya flexibilidad del gobierno para aceptar cambios y también haya buena voluntad de la oposición para llegar a un acuerdo y permita que el país tenga un presupuesto. No coincido con el espíritu del proyecto porque es un presupuesto que apunta a un proyecto económico que yo no comparto. Habrá que llegar a algún término de equilibrio.

El Gobierno convirtió el Presupuesto en una batalla de vida o muerte cuando no debería ser así

-Dijo que es un recurso de la política convocar a los gobernadores para avalar el proyecto. ¿Se siente utilizado por el Gobierno?

-No es que me siento utilizado pero cada gobernador tiene decisión. Yo todavía no he firmado esta segunda versión del consenso fiscal. Firmé el primero el año pasado porque estaba planteado sobre un escenario económico que era de crecimiento de 3,5 y de una inflación del 15% para este año. Era un marco de estabilidad fiscal donde las provincias íbamos a reducir nuestra carga tributaria en función de que lo íbamos a compensar con el crecimiento de la economía y no iba a haber cambio en el esquema tributario provincial ni nacional. Además, pusimos como condición que antes del 31 de marzo el gobierno debía cerrar con nosotros un acuerdo particular por la deuda de coparticipación. Diez meses después no podemos resolver lo de la deuda, la inflación va a superar el 40% y va a haber una recesión de 3 o 4 puntos. La verdad que yo tengo muchas dudas para firmar un segundo consenso fiscal. ¿Sobre qué base lo vamos a firmar?

-Al principio dijo que no ve propuestas alternativas en la oposición…

-No veo una oposición con propuesta de futuro. La oposición está, existe, obviamente. Está el peronismo, el kirchnerismo, los partidos de izquierda y estamos nosotros. Pero no veo hoy un proyecto de futuro que la sociedad pueda comprar, que los argentinos puedan comprar.

-La semana pasada se juntaron Sergio Massa, Juan Schiaretti, Juan Manuel Urtubey y Miguel Pichetto en una foto peronista y le dieron inicio a un nuevo espacio. ¿Cómo lo analiza?

-Lo veo como una foto de cuatro dirigentes que son conocidos. Actualmente ninguno tiene un liderazgo fuerte sobre la totalidad del peronismo. Son fracciones y, en algunos casos, referentes provinciales. Atrás de la foto no aparece ningún proyecto, ninguna propuesta que pueda seducir al peronismo en su conjunto y al ciudadano independiente. Creo que hoy ningún partido por si solo puede ganar una elección. Es necesario pensar un proyecto que sea integrador, que trascienda el ámbito de un partido y que tenga un proyecto de desarrollo de la Argentina que pueda convencer y generar expectativa.

-Es un peronismo que se está construyendo en paralelo al kirchnerismo….

-La propuesta política del kirchnerismo, más allá de los votos que pueda llegar a sacar si vuelve a presentarse Cristina, como propuesta política es una propuesta agotada. Que solamente recurre al recuerdo de lo que ya hicieron y al "volveremos". Y la propuesta de Cambiemos está mostrando sus limitaciones. Lo más importante aquí es poder mostrar un proyecto distinto y una gama de política que pueda mostrar amplitud y ética pública. No es una tarea sencilla pero tampoco es imposible.

-¿Conformaría un espacio con un sector del peronismo?

Yo creo que sí. Que eso es viable. Un sector del peronismo. Un sector del radicalismo. Hay muchos sectores del radicalismo que están muy incómodos en Cambiemos. Quizás el más visible de los dirigentes incómodos es Ricardo Alfonsín, porque es el que lo hace más explícito. Pero hay muchos otros. Confío en que va a haber un sector del radicalismo que va a buscar otros cauces políticos haciendo honor a su historia, a su trayectoria, a lo que ha sido su posicionamiento político tradicional. Hasta puede haber dirigentes de Cambiemos que puedan sentirse hoy decepcionados y busquen otras alternativas. No cerraría puertas.

Lifschitz no podrá presentarse a una reeleción porque no se lo permite la Constitución provincial
Lifschitz no podrá presentarse a una reeleción porque no se lo permite la Constitución provincial

-¿Se terminaron esas diferencias eternas entre peronismo y radicalismo?

-Eso es fundamental. Si queremos construir un futuro distinto en Argentina necesariamente tenemos que salir de esos esquemas. Porque además ninguno de esos partidos pueden representar por si solos una mayoría en la Argentina.

-Hay puntos en común entre el socialismo y el radicalismo. ¿Pero el socialismo puede encontrar puntos de coincidencia con el peronismo?

-Tenemos coincidencias con los planteos históricos del peronismo. Es más, con dirigentes de Cambiemos podemos tener coincidencias. Tenemos la misma idea sobre los valores republicanos, sobre el estado de derecho. Nosotros históricamente hemos tenido mucho vinculo con el peronismo y yo respeto mucho su historia, pero hoy el peronismo no tiene una propuesta superadora para la Argentina. Basta ver los diarios.

No veo una oposición con una propuesta de futuro que los argentinos puedan comprar

-¿El camino para forjar una alianza es que se genere esta propuesta?

-Es fundamental. Porque tiene que ser alrededor de un proyecto distinto. Para ser más de lo mismo. Para volver a repetir las cosas que hicimos en los 90 o repetir las que se hicieron en la década del kirchnerismo, me parece que esa no es la Argentina que la mayoría de los argentinos quisiera. La mayoría de los argentinos están frustrados por 35 años de democracia donde no se cumplió lo que nos había prometido Alfonsín, que era que con la democracia se cura, se educa y se come. Como una manera de sintetizar que con democracia iba a haber desarrollo económico y una mejora de la calidad de vida. Eso no pasó. No podemos seguir volviendo a recetas y modelos que ya fracasaron en Argentina. Tenemos que intentar algo distinto.

-¿El kirchnerismo es un límite para ese armado electoral que se imagina?

Los dirigentes que conformaron el kirchnerismo son un límite. Hubo ciento de miles de militantes y jóvenes del peronismo que adhirieron. Mucha gente no peronista que se hizo kirchnerista porque se sintió representada por la defensa de los derechos humanos y la ampliación de derechos. Todos esos argentinos son muy valiosos y constituyeron la mejor parte de la experiencia del kirchnerismo. Finalmente ellos también terminaron frustrados aunque muchos todavía sigan levantando esas banderas. Hay que dar vuelta la página y arrancar de nuevo para adelante.

-Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey expresaron públicamente que van a intentar forjar alianzas en el 2019 con otras fuerzas políticas. En esos planes está usted…

-A mi también me gustaría trabajar con muchos dirigentes de distintos partidos. El tema es ¿qué vamos a hacer? ¿Para qué nos vamos a juntar? ¿Cuál es el país que queremos? ¿Qué vamos a hacer con los impuestos, la educación, la salud pública y la paridad de género? Si nos ponemos de acuerdo en esas cosas y pensamos como construir un proyecto de esas características, con cualquiera de ellos yo me puedo sentar y trabajar juntos.

-¿Hay otros puntos aparte de esos que sean fundamentales para usted?

-¿Qué vamos a hacer con las campañas electorales? ¿Vamos a seguir haciendo campañas de 2.000 millones de pesos donde todos miran para otro lado y dicen "yo no fui"? En todas las campañas presidenciales el que no gastó 2.000 millones, gastó 1.500. Y todos sabemos que esto no se puede justificar de ninguna manera. Hay que cambiarlo. Me gustaría ser parte de un proyecto de transformación de la Argentina de verdad. Que pudiéramos cumplir esa promesa de Alfonsín: Democracia, derechos humanos, estado de derecho, república, desarrollo económico, progreso social e inclusión.

“Los dirigentes que conforman el kirchnerismo son un límite para un armado electoral”, sostuvo
“Los dirigentes que conforman el kirchnerismo son un límite para un armado electoral”, sostuvo

-¿Le gustaría ser candidato a presidente?

-Bueno. A ver, si se dieran esas condiciones de las que estamos hablando… Si hubiera un grupo de gente importante de la política dispuesta a jugar en este proyecto, con estas ideas, con estas coincidencias, obviamente que me gustaría estar en ese proyecto. En el lugar que estuviera que estar.

-Entonces no descarta la idea de serlo…

-Es como un jugador de fútbol. ¿Quién te va a decir que no quiere estar en la Selección? Me gustaría estar en un equipo para ganar. Pero no en el sentido de ganar una elección, sino de poder hacer realmente un cambio profundo en la Argentina. Me gustaría estar en ese equipo. No aspiro a ser el Messi de ese equipo.

-Trabaja junto a Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín en un armado progresista. ¿Cuál es el objetivo concreto de ese espacio?

-Ese espacio tiene que ser un núcleo de un proyecto de futuro para la Argentina. No tiene que ser la columna vertebral pero si un núcleo de valores, de ideas, de pensamiento que pueda nutrir un proyecto de transformación del país. Frente al fracaso de las propuestas neoliberales y de las políticas heterodoxas del peronismo, creo que hace falta una propuesta superadora que tiene que estar fundada en una estricta ética pública y republicana. El objetivo final debe ser el desarrollo y no el déficit fiscal cero. A eso amputamos nosotros. Hay que volver a mirar el país con una mirada en sintonía con el mundo que tenemos hoy. El mundo en permanente cambio. Sobre esa base podemos pensar un espacio de concertación con otras fuerzas políticas.

-Stolbizer lo hizo con Sergio Massa el año pasado…

-Fue una experiencia muy acotada a la provincia de Buenos Aires, a una coyuntura electoral. Los acuerdos electorales de coyuntura pueden servir en algún momento para mantener un espacio político, pero para construir algo de futuro para el país se necesita mucho más que eso. Hace falta un acuerdo programático, de ideas, con mucho más contenido más allá del formato electoral.

-¿En ese espacio progresista está Martín Lousteau?

-Eso lo tiene que definir Martín. Yo creo que sí, que es un dirigente importante y joven. Es economista con mucha formación y experiencia de gestión que puede hacer un aporte importante. Pero en la medida que tome la decisión de ser una alternativa al proyecto oficial. No sé si él ha tomado esa decisión.

-Caída la reforma constitucional, no va a poder ser reelecto en Santa Fe como gobernador. ¿Cómo analiza su sucesión?

-Nuestro principal desafío en Santa Fe es revalidar electoralmente nuestro desarrollo en la provincia. Para eso tenemos que generar una oferta electoral que permita expresar la diversidad que hoy tiene el frente progresista. Antonio Bonfatti es un candidato posicionado pero puede haber otros. El fin es profundizar un proyecto de gestión que ha tenido muchos logros. Hoy podemos exhibir muy buenos indicadores en todos los temas. En economía, en educación, en salud pública y hasta te diría en seguridad, a donde tenemos un escenario complejo pero mejor al que teníamos tres años atrás.

El gobernador aseguró que el gobierno de Macri “no hace ninguna autocrítica”
El gobernador aseguró que el gobierno de Macri “no hace ninguna autocrítica”

-¿El socialismo quedó atrapado por la grieta?

-Nosotros nunca fuimos parte de la grieta. Nunca fuimos kirchneristas y nos costó bastante, sobre todo en la última etapa de Cristina, aunque acompañamos al kirchnerismo en muchas acciones y muchas leyes. Tampoco fuimos furiosamente antikirchneristas. En el 2015 perdimos presencia nacional cuando se polarizó tan fuerte entre Cambiemos y el kirchnerismo. Nunca nos sentimos metidos en la grieta y siempre intentamos salir de ese lugar por arriba. Seguimos en esa idea.

Ni el peronismo ni el radicalismo pueden representar por si solos una mayoría en Argentina

-Le consulto por el escándalo de corrupción de los cuadernos. ¿Cree que Néstor Kirchner y Cristina Kirchner estaban al tanto de lo que sucedía?

-Yo creo que sí. Es imposible que pudieran haber estado ajenos a esa situación. Cualquier gobierno puede estar expuesto a que se produzcan hechos de corrupción acotados, puntuales, que un funcionario pueda cometer un error o que directamente esté involucrado en una situación de corrupción. Pero lo que muestra esta causa es la existencia de un sistema de corrupción que es muy difícil que las máximas autoridades no estuvieran al tanto.

-¿Qué impacto le generan los testimonios de los ex funcionarios y los empresarios sobre cómo se recolectaba y se entregaba dinero?

-Me da tristeza. Porque atrás de esos hechos y eventualmente del enriquecimiento de un funcionario u otro, o del soborno de un empresario, hay años perdidos para la Argentina y hay generaciones de argentinos que sufren las consecuencias de esa situación. No solamente son recursos públicos que se han filtrado hacia lugares donde no deberían haber ido, sino que además ha sido una malversación de la confianza de los ciudadanos. Porque a todos esos funcionarios los ciudadanos los votaron, confiaron en ellos, en algunos casos, más de una vez. Después nos sorprendemos de que la gente no crea en nadie, no tengo confianza en nadie. No crea en el Estado, ni en la justicia, ni en la política, ni en los partidos. Eso sí que es difícil de recuperar y de reconstruir.

-¿El Congreso debería aprobar el desafuero de Cristina Kirchner?

-Habría que analizarlo. No conozco en profundidad la causa, los argumentos del juez. En este país uno tampoco confía demasiado en la justicia. Habría que estudiar muy bien los argumentos porque creo que el estado de derecho debe ser siempre muy cuidadoso y debe extremar las precauciones para cuidar los derechos aún de los que son culpables. Hasta las últimas instancias. Yo no daría una opinión política sobre esto más allá de lo que uno quisiera ni revanchista. Haría un análisis muy técnico y muy jurídico para determinar si realmente se ajusta o no a derecho el eventual desafuero de la ex presidenta.

-El narcotráfico golpea a Rosario, la ciudad principal de la provincia. ¿Cómo aborda ese problema desde la gobernación?

-Lo estamos abordando. Las cosas que pasan son consecuencias de la acción que venimos llevando adelante. Hoy todas las organizaciones delictivas que estaban operando en Rosario, están desarticuladas, sus cabecillas están detenidos, procesados y algunos condenados. El fenómeno de la seguridad en Rosario está al mismo nivel que cualquier ciudad de la Argentina en términos de homicidio en ocasión de robo, robo de auto, robo de casas, entraderas. En cualquier índice de inseguridad estamos por debajo o al mismo nivel que la media nacional y tenemos algunos fenómenos de violencia.

-¿Quiere decir que lo que pasa en Rosario también ocurre en otras partes del país?

Tenemos una lupa. Esta mesa que tenemos adelante parece lisa, pero si pongo un microscopio voy a ver que hay una pedacito que está rugoso, sucio y con altibajos. Rosario, por distintas coyunturas, hace unos años que tiene una lupa puesta en el tema de la seguridad.

“No aparecen propuestas alternativas desde la oposición”, afirmó el mandatario
“No aparecen propuestas alternativas desde la oposición”, afirmó el mandatario

-Fue comparada con ciudades de México, donde el narcotráfico es un conflicto enquistado.

-No hay ningún indicador que indique que tenga más consumo, ni que haya más droga., Todos los operativos que hace (Patricia) Bullrich, que todos los días te saca tres o cuatro operativos donde agarran camiones y autos con drogas, ninguno ocurrió en Rosario.

-Impactan los asesinatos mafiosos que hay en Rosario.

-A eso me refiero. El fenómeno está muy acotado a un fenómeno de violencia entre grupos con negocios de carácter barrial. No hay carteles. ¿No pasa eso en Buenos Aires? Si yo pregunto a un periodista de Rosario cuantos homicidios hay en la ciudad en el año, lo responden enseguida. Si la misma pregunta la hago en Buenos Aires, estoy seguro que no hay ni uno que sepa cuántos homicidios hay en la provincia. Porque nadie está mirando eso. No está el foco puesto ahí.

-¿Pero entonces por qué para usted está puesto el foco en Rosario?

-Porque en algún momento se puso. Hay una mirada puesta sobre eso. Yo miro un pedacito y voy a magnificar las cosas que hay ahí y a lo mejor acá al lado está pasando lo mismo, pero como no lo estoy mirando, no lo estoy viendo. Estoy convencido que cosas como la que pasan en Rosario están pasando en este momento en muchos otros lugares. Hay programas de Rosario, hasta los programas de espectáculo, tienen algún periodista que hace policiales. Está instalado.

Fotos: Gustavo Gavotti

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