Eduardo Duhalde acaba de terminar de encabezar la celebración por los 17 años del Movimiento Productivo Argentino y tiene los ojos vidriosos. Está agotado. No duda en decirlo cuando se sienta en un sillón del San Juan Tennis Club, lugar adonde se congregaron dirigentes peronistas del conurbano y nombres propios más conocidos para la sociedad argentina. Allí entabla un diálogo breve con Infobae. Ya empezaron a transcurrir las primeras horas del martes y las mesas están semi vacías.
Antes de llegar a ese momento había compartido la comida junto al radical Ricardo Alfonsín y el ex presidente Eduardo Camaño. A la reunión también asistió el ex gobernador Daniel Scioli, que estuvo en la misma mesa que el dirigente sindical Alberto Samid. En esas dos horas que duró la cena repartió abrazos, protagonizó fotos y advirtió que el gobierno nacional debe aprender a escuchar para salir del complejo escenario económico.
El ex presidente volvió a insistir con la idea de que Roberto Lavagna debe ser el candidato del peronismo en el 2019 y advirtió que si "el justicialismo tiene miedo de ganarle a Cristina en una interna, es porque no está capacitado para ganarle a Macri". Está activo, convencido de impulsar a su ex ministro de Economía, quien evita hacer declaraciones públicas sobre su futuro.
-¿Cómo definiría la situación que está atravesando el peronismo en este momento?
-Es un hormiguero pateado. Todo desparramado.
-¿Se puede reconstruir?
-Si, claro. Es histórico en el justicialismo que cuando aparece el candidato se alienan los planetas. Siempre pasó eso.
-¿Qué candidato ve para encolumnar a la mayoría detrás?
-A (Roberto) Lavagna. Es el mejor candidato. Tomo una frase de Jorge Asís que hace poco dijo que Roberto es el que tiene más ventaja. Los radicales creen que es radical y los justicialistas creen que es justicialista. La gente cree que salvó al país y tiene para un mandato por la edad. Es el candidato ideal. Y es cierto.
-¿Sería un candidato de transición?
-Sí, claro. Es eso. Necesitamos un gobierno de transición.
-¿Y después?
–Hay una cantidad enorme de dirigentes jóvenes a los que todavía les falta un hervor. Pero hay muchos dirigentes. Yo siempre me tiro por los que han sido gobernadores. Que han tenido una misión que se asemeja a la de gobernar el país. Pero no es indispensable que hayan sido gobernadores. Siempre pensé eso y fue un error. Porque los más grandes presidentes argentinos no fueron antes gobernadores.
-Estuvo con Juan Manuel Urtubey en Salta. ¿Es una opción?
-Es un buen candidato. Yo le dije, los candidatos tienen que caminar y hacerse conocer. Fuera de Salta lo conocen poco. Yo tengo la imagen de (Carlos) Menem que andaba por todos los distritos recorriendo. Hoy las grandes reuniones y las caravanas son una cosa del pasado. Hoy hay que andar mucho en la prensa, recorrer las grandes provincias argentinas. Eso tienen que hacer él y otros.
Si el justicialismo tiene miedo de ganarle a Cristina una interna es porque no está capacitado para ganarle a Macri
-Urtubey fue el primero en empezar a recorrer y mantener reuniones con dirigentes nacionales del peronismo. ¿Lo asimila a lo que hizo Menem?
-No. Menem se quedaba a vivir en la provincia y en la capital, y andaba en todos los programas de televisión. Se reunía con 15 acá, con 40 allá. No tenía problemas. Era un tipo muy caminador. Y así tiene que ser. Hoy en la política no tienen que caminar tanto porque los medios facilitan mucho el contacto con la gente. Es un candidato que tiene una buena imagen y eso hoy es muy importante, más que antes. El tiempo dirá.
-Otra de las figuras en carrera es Sergio Massa
-Sergio es otro. Una figura muy parecida. Son todos muchachos que tienen que caminar. Sergio tuvo una oportunidad y la desaprovechó. Es un pecado de juventud. Tenía una posibilidad enorme y se dispersó por errores que cometió, pero así se aprende. La experiencia de los dirigentes no son solo las cosas buenas que han hecho, en las que han acertado, sino también los errores que han cometido.
-¿Qué opinión tiene sobre el espacio que están generando algunos gobernadores del PJ, el senador Miguel Pichetto, los legisladores de Argentina Federal?
-Son todos espacios que tienen que unirse en algún momento
-¿Inclusive con el kirchnerismo?
-No sé, eso lo decidirá cada uno
-Pichetto y Urtubey aseguran que el kirchnerismo expresa una idea distinta a la que ellos representan y que no hay posibilidad de unidad.
–Eso no es decisión de ninguno de los dos. En los partidos políticos, en el justicialismo también, los afiliados si quieren participar van a participar, salvo que tengan algún impedimento. En el caso de Cristina (Kirchner) yo no sé si es afiliada al justicialismo. Nunca participó del justicialismo. Si es afiliada, nadie puede pedirle que no participe. No hay forma. Los partidos políticos funcionan así. Yo estaría en otro lado pero eso es una cosa aparte.
-Cristina creó Unidad Ciudadana el año pasado para evitar competir con Florencio Randazzo dentro del Partido Justicialista
-Por eso. Cada uno decidirá su suerte y adonde quiere ir
-En definitiva, el peronismo sigue discutiendo sobre la figura de Cristina Kirchner
-Yo no hago eso. Yo quiero hacer otra cosa. Yo quiero juntar a todos los sectores que se puedan y tener un buen candidato.Si el justicialismo tiene miedo de ganarle a Cristina una interna es porque no está capacitado para ganarle a Macri ni a ningún otro.
– ¿Con Lavagna habló sobre su posible candidatura?
-¿Te parece que podría estar hablando así sin tener arreglado esto con Lavagna?
Lo que expuso la causa de los cuadernos es todo cierto. Es innegable. Solo un fanatismo exacerbado puede negar que eso fue así
– ¿Y qué le dijo?
-Lo mismo que le aconsejé. Que se quede quieto. Que hoy el que baja, aunque sea Jesucristo, lo van a tratar de matar. Él no tiene ningún apuro porque sigue creciendo. Las primeras encuestas de este año muestran que es el único que tiene 57% de imagen positiva a nivel nacional. Es el único que está creciendo.
-Ricardo Alfonsín compartió con usted el acto del Movimiento Productivo Argentino y mostró voluntad de trabajar en acuerdos y junto a otros sectores de la oposición.
-Es lo que hay que hacer. Acá no se puede gobernar con un solo partido. Ricardo no lo recordó. Cuando yo iba a ganar la elección en la provincia de Buenos Aires, en el 1991, tres meses antes lo llamé a don Raúl (Alfonsín) y le ofrecí gobernar juntos. ¿Cómo es eso?, me preguntó. Yo voy a ganar y tener mayoría en ambas cámaras, le respondí. Pero yo quiero que el Ejecutivo, con todos sus ministros, administren el dinero, y ustedes controlen todo. Todo lo que sea control se lo doy a ustedes. Que sea el primer paso para eliminar la corrupción estructural, la residual es muy difícil. Pero eso se va a resolver el día que los argentinos cambiemos nuestra cultura. Tuvimos 8 años gobernando juntos. Y después a nivel nacional, lo mismo.
-Hizo referencia a la corrupción. El escándalo de los cuadernos expuso un sistema de recaudación ilegal ¿Qué opinión tiene?
-Todo es cierto. Si se podrá probar, no sé. Pero es todo cierto. Es innegable. Solamente un fanatismo exacerbado puede negar que eso fue así.
-¿Qué impresión le generaron las declaraciones de empresarios y ex funcionarios que contaron detalles de ese sistema?
-Me da tristeza. Además, me preocupa que una cosa es el Estado corruptor y otra cosa son los que no son empresarios y se ponen a empresarios para, arreglado con el Estado, agrandar la corrupción. Yo distingo entre el estado corruptor y aquel empresario que lo fue toda la vida, y que tiene que sujetarse a una disposición del Ejecutivo porque si no no puede trabajar. Yo hago una distinción. Y temo la desnaciolización de las empresas a argentinas.
-¿Confío en el gobierno de Mauricio Macri cuando arrancó la gestión?
-Nunca tuve confianza. Porque sé cómo piensan y yo estoy en las antípodas de ese pensamiento. Como es un empresario todos suponían que iba a tener una vocación empresarial, pero la vocación de él está vinculada con el capitalismo financiero, especulativo y usurero.
-¿Si lo tuviera al presidente Macri en frente que le diría?
-Nada, no me interesa decirle nada. Me interesa tratar de organizar el justicialismo y a otros partidos políticos para ser una fuerza nacional fuerte. Tenemos que copiar lo que hizo la Europa de posguerra. Sino no hay salida. Si no lo entiende, seguiremos para abajo. Los países no tienen fin.
-¿La primera salida es ganarle a Cambiemos el año que viene?
-Claro
-¿En qué lugar del escenario político va a estar usted el año que viene?
-Voy a estar trabajando para Roberto (Lavagna) y con Roberto, pero en ningún cargo. Activo pero sin ocupar cargo. Se terminó. Yo goberné 30 años y diez meses. Empecé de concejal y terminé construyendo, el 9 de diciembre de 2004, la Comunidad Sudamericana de Naciones. Fue mi última misión. Ahí termine.
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