Con un dólar sin techo, una inflación que rondaría el 45% y una conflictividad social en aumento, lo que menos necesitaba en este momento el gobierno es un cimbronazo en la Corte Suprema de Justicia como el ocurrido esta semana. Con el cambio de presidente del máximo tribunal propiciado en las sombras por varios actores cercanos a la Casa Rosada se rompió el equilibrio y el nuevo panorama genera más interrogantes que certezas.
El golpe a la estabilidad cortesana tuvo su manifestación el martes pasado con el desplazamiento del juez Ricardo Lorenzetti de la presidencia tribunal. Sin embargo, la jugada que culminó encumbrando a Carlos Rosenkrantz comenzó hace un tiempo con las denuncias de Elisa Carrió con el claro objetivo de esmerilar la figura de Lorenzetti, quien también hizo llegar su acusación contra el magistrado al Consejo de la Magistratura. Otro jugador relevante para lograr sacar de la Presidencia a Lorenzetti fue Fabián Rodríguez Simón, el hombre del gobierno en Tribunales, cercano a Carrió por la amistad en común que tienen con Mariana Zuvic.
La maniobra para desplazar a Lorenzetti se completó en la reunión de acuerdos del martes. Si bien había un entendimiento previo entre Horacio Rosatti y Rosenkrantz faltaba un voto, y para eso era necesario tener la voluntad de Elena Highton de Nolasco. Las dudas de la ministra se disiparon con los mensajes que le llegaron del lado de Carrió. Según pudo reconstruir Infobae, los emisarios de la diputada de Cambiemos dijeron: "Lilita considera que para el país es muy importante que Lorenzetti deje el cargo. Si necesita el apoyo de ella para votar en ese sentido, lo tiene". Minutos después de conocido públicamente el desplazamiento del hasta entonces presidente de la Corte, Carrió publicó en Twitter "Highton de Nolasco va a ser recordada por haberles hecho un gran bien a la República y a la Patria. Que Dios la bendiga."
Highton de Nolasco va a ser recordada por haberle hecho un gran bien a la República y a la Patria. Que Dios la bendiga.
— Elisa Lilita Carrió (@elisacarrio) September 11, 2018
La intención de sacarlo de la presidencia lo tomó por sorpresa a Lorenzetti quien se enteró cuando comenzó la reunión de acuerdos. Allí Rosenkrantz le manifestó que se iba a tratar el tema del cambio de autoridades y también que se iba a concretar antes de lo previsto. Ya no sería en diciembre sino en octubre. El trío integrado por Rosenkrantz, Rosatti y Highton de Nolasco llegó al encuentro con la acordada sobre quien sería el nuevo presidente del máximo tribunal ya redactada. La decisión se había tomado antes de esa reunión de acuerdo. El hecho generó el enojo de Juan Carlos Maqueda, el único que votó a favor de la continuidad de Lorenzetti.
Lo que viene es una Corte totalmente atomizada, con cada uno de los ministros manejando la comunicación de sus decisiones, sin mayorías consolidadas, con mucha tensión y quizás con un acuerdo sotto voce para alternarse en la presidencia los jueces Rosenkrantz y Rosatti, quien ayer dio algunas señales al lanzar su propia página web.
Ese mismo día del acuerdo la página de comunicación de las noticias judiciales (CIJ) y la dirección de la misma – a cargo de María Bourdin – quedaron en manos de la nueva administración. Bourdin pasó a ocuparse solo de la vocería de Lorenzetti como juez. Resta saber quién y cómo se hará cargo del fondo anticíclico de casi 20 mil millones con el que cuenta la Corte Suprema.
Este cambio llega en el peor momento económico del gobierno cuando el sentido común y la prudencia aconsejarían tener una cabeza del Poder Judicial estable y sin tensiones internas. Un célebre ministro del máximo tribunal, Julio Oyhanarte sostenía que aparte de sus tareas judiciales, "la Corte desempeña una elevada función política, pues sin su exequátur (homologación) las decisiones políticas fundamentales no tienen posibilidad de materializarse".