La colección de arte secuestrada a Carlos Wagner en Puerto Madero fue valuada en $17 millones

Tasadas por un perito del Banco Ciudad, la pinacoteca secuestrada al titular de Esuco se compone de 102 cuadros y 12 esculturas y fueron declaradas ante la AFIP

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El allanamiento al pied à terre de Puerto Madero del ingeniero Carlos Wagner, ex titular de la Cámara de Construcción y dueño de la constructora Esuco, colmó los depósitos judiciales con su pinacoteca de grandes maestros del arte argentino del siglo XX.

Valuada en $16.942.800 —según la tasación que efectuó un perito del Banco Ciudad el 5 de agosto pasado—, los 102 cuadros y las 12 esculturas se exhibían para goce personal en el quinto piso de Juana Manso 451. Con semejante patrimonio pictórico, bien podría hablarse de un "museo" privado de arte tradicional argentino en Puerto Madero.

Antes de convertirse en arrepentido, y de aportar los nombres de once empresas cartelizadas para la obra pública junto a la precisión del porcentaje en coimas (entre el 10 y el 20%) que les exigía el ex ministro de Planificación, Julio De Vido, para ingresar en ese club, el juez Bonadío ordenó el secuestro de sus bienes.

Además de dólares y pesos en efectivo incautados, la Policía Federal debió convocar a un transporte especial para trasladar su pinacoteca.

Es curioso, pero los certificados de autenticidad de las obras no estaban en Puerto Madero sino en su domicilio de Juncal al 1900, en Recoleta.

Wagner adquirió la mayor parte de sus obras en la rematadora Arroyo. La nómina fotografiada de esas obras de arte, incluidas en el cuerpo XXI de la causa de los cuadernos a la que accedió Infobae, lo perfilan como un coleccionista de gusto ecléctico y figurativo, con preferencia por el arte argentino de segunda mitad del siglo XX.

Entre las obras secuestradas no hay piezas de calidad de museo pero sí trabajos de maestros consagrados, la mayoría óleos en formato mediano.

La obra con más alta cotización ($1 millón) corresponde a un óleo del pintor de la cúpula del teatro Colón y de la Iglesia Santa Ana en Glew, Raúl Soldi. Es una escena bucólica, en tonos pasteles con pincelada suelta titulada El carruaje. Un motivo que Soldi reeditó en varios de sus trabajos.

El carruaje, Raúl Soldi
El carruaje, Raúl Soldi

De acuerdo con el ranking por cotización, le siguen óleos de Cesáreo de Quirós (Capilla serrana, $600.000) y una obra en pequeño formato del rosarino Antonio Berni, Paisaje con cardones, de 1958, valuada en $560.000.

Paisaje con cardones, Antonio Berni
Paisaje con cardones, Antonio Berni

La típica escena portuaria de Benito Quinquela Martín (Embarcaciones, $550.000) se descolgó del living junto al retrato de una niña firmado por Antonio Trabucco ($600.000) y al caos selvático en un óleo de Luis Felipe "Yuyo" Noé ($560.000).

Embarcaciones, Quinquela Martín
Embarcaciones, Quinquela Martín

Lejos de lo figurativo hay trabajos geométricos y abstractos de Miguel Vidal, Rogelio Polesello, Ary Brizzy y Eduardo Mac Entyre, en el rango de los $500.000 y a los $350.000.

El autor con más presencia dentro de la colección es el eximio dibujante y célebre ilustrador del Martín Fierro, Juan Carlos Castagnino. Con cuatro piezas de ese autor,  Wagner sucumbió a torsos, figuras de mujer y a una escena maternal plasmadas en tinta (entre $150.000 y $70.000).

En su predilección por la pintura clásica, sin estridencias, están además las marinas de Justo Lynch, Alfredo Lazzari, Oscar Vaz y una escena de pescadores de Stephen Koekkoek (en el rango de los $100.000).

Parte de su acervo, apenas un poco más contemporáneo, lo componen los óleos de Adolfo Nigro, Carlos Gorriarena, Josefina Robirosa, Pérez Celis y Kasuya Sakai (con valuación desde $100.000 hasta $335.00).

Las curiosidades son las serigrafías de Raquel Forner con sus clásicas composiciones de mujeres-rehenes en escenas surrealistas,  y una reproducción del surrealista catalán Joan Miró ($5000).

Carlos Wagner
Carlos Wagner

Entre las piezas escultóricas, descuella el arte madí del rioplatense Carmelo Arden Quin, pieza constructiva en plástico y aluminio ($150000), y el de su cómplice en esa escuela, Gyula Kosice ($70000). Aunque el grueso de las piezas son en bronce, firmadas por Violeta Lemme ($30.000).

Un escrito de su abogado, Federico Ceballos, adjuntado a la causa  le informa al juez Bonadío que todas las obras secuestradas fueron declaradas ante la AFIP por Wagner y su esposa, Inés Bembardt.

Además, siempre en formato mediano o pequeño hay trabajos de Juan Del Prete, Alfredo Lazzari, Roberto Aizemberg, Vito Campanella, Raúl Russo, Carlos Páez Vilaró, Ides Kihlen, Leonódas Gambartes y Vicente Forte, entre otros pintores que sirvieron para el regocijo estético de Wagner.

 
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