El ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, solicitó diferenciar el reclamo docente que mantiene sin clases a varias sedes de universidades públicas de todo el país de la protesta que encabeza por "la alianza kirchnerotroskista que tiró 14 toneladas de piedras" en el Congreso en diciembre del año pasado durante la discusión por el ajuste en las jubilaciones.
Según la visión del funcionario, estos últimos desinforman cuando dicen que Cambiemos desfinanció la educación pública universitaria. Para fundamentar sus dichos, asegura que en 2016 el Presupuesto para el sector fue de $51 mil millones y este año se está ejecutando una partida de $103 mil millones, lo que representa un aumento por encima del 100 por ciento.
Finocchiaro se comprometió a discutir un nuevo acuerdo salarial con los docentes universitarios por encima de la meta del 15% que se había impuesto el Estado Nacional antes de la devaluación y de la crisis que golpeó a las finanzas locales. "Ahora tenemos un panorama mucho más claro y vamos a ofrecer lo que el Estado pueda pagar", prometió en diálogo con Luis Novaresio en radio La Red.
Como parte de las negociaciones para encauzar el conflicto, esta tarde el presidente Mauricio Macri recibirá a rectores de universidades públicas de todo el país. Mientras tanto, gremios docentes convocan a una movilización para el próximo jueves que se prevé que será muy numerosa.
Docentes universitarios iniciaron medidas de fuerza hace casi un mes en reclamo de mejoras salariales. Las protestas tienen distintos grados y es dispar según el perfil de la facultad o del colegio afectado. En la UBA, por ejemplo, hay profesores de paro en Ciencias Exactas, Medicina, Filosofía -entre otras facultades. En cambio, en Derecho la mayoría de las cátedras cumplen con el cronograma habitual del cuatrimestre. Esto se explica en que los docentes de abogacía suelen tener sus ingresos principales por fuera de la actividad académica, un lujo que no pueden darse los maestros de dedicación exclusiva de carreras vinculadas a las ciencias.
Los colegios secundarios que dependen de la UBA también sufren la medida. En el Colegio Nacional de Buenos Aires y en el Carlos Pellegrini casi la mitad de los profesores están de huelga. En el Instituto Libre de Segunda Enseñanza –es privado pero depende académicamente de la UBA– las clases se desarrollan con normalidad.