Santiago Cúneo: "Mauricio Macri es un virrey, Alfredo Casero me da lástima y les pido perdón a los judíos"

El polémico periodista habla de la imagen de Macri decapitado, de los judíos y de su apoyo a los Kirchner

Se define como periodista. Aunque reconoce su pertenencia al mundo del empresariado en donde transitó por el negocio de los hidrocarburos. En uno y otro oficio recibió –y recibe– críticas y hasta denuncias judiciales. Como titular de una compañía de naftas fue acusado por la calidad y el origen del combustible que vendía. Como comunicador, echado de la señal Crónica TV por dichos antisemitas ("Les pido disculpas a los judíos que se sintieron ofendidos", le dice a Infobae) y por acusaciones de misoginia ("A la periodista Silvia Mercado le pido disculpas como profesional, pero no como persona", define), afronta hoy una denuncia penal por haber posteado una imagen suya con la cabeza decapitada del presidente de la nación. "Fue una metáfora. Le deseo muchos años de vida a Macri para que responda por lo que está haciendo en los tribunales", explica.

Santiago Cúneo dice que trabaja para ser gobernador de la provincia de Buenos Aires. "Cerca de Cristina, a la que critiqué mucho pero hoy defiendo". Apoyó a Carlos Menem, no reniega del movimiento carapintada ("¿Qué me decís si te cuento otra historia de Aldo Rico el día del levantamiento?", comenta antes de relatar una anécdota inédita) y asegura haber trabajado para Cambiemos en el 2015 pero no haber votado a Mauricio en el balotaje.

Aquí, algunas definiciones de Santiago Cúneo y la entrevista completa:

-La denuncié a Patricia Bullrich por coacción agravada y amenazas

-Considero que Mauricio Macri está asumiendo una tarea virreinal, que tenemos un gobierno de ocupación en la Argentina y encima poco inteligente, poco culto.

-La imagen de Macri decapitado fue una metáfora. Yo quiero que tenga muchos años de vida Macri para pagar las culpas que le competen por traición a la patria, y que seguramente tendrá que enfrentar en los Tribunales.

-Pido disculpas si algún judío se sintió ofendido con lo que dije.

-Respecto de Silvia Mercado, le pediría disculpas a cualquier mujer que se haya sentido agredida y a ella como mujer, no como persona.

-Alfredo Casero me da mucha lástima.

-Pichetto y Urtubey son la opción duranbarbística del pejotismo.

-Aunque antes la critiqué mucho, hoy estoy cerca de Cristina porque reconoció los errores.

-Los cuadernos de Centeno son una gigantesca interna de negocios de la Argentina.

-Yo pongo las manos en el fuego por la honestidad de Cristina desde lo empresarial porque no es empresaria.

-De Macri, lo que sí claramente me sorprendió, y de lo que me siento responsable, es de haberle abierto las puertas al caballo de Troya. O sea, yo soy uno de los troyanos que creyó que el cambio era un regalo que nos traían los griegos y terminaron invadiendo Troya y prendiéndola fuego. Venía dentro de un proyecto mentiroso, que no ha cumplido una sola de las promesas de campaña.

—¿Cómo te presento, qué querés que ponga? ¿En el hotel qué ponés, profesión…?

—Periodista. Soy empresario por supuesto pero el periodismo ocupó un lugar trascendente en mí a partir de intuir que era un lugar donde se podían decir cosas que la política misma no me permitía. Porque a veces la política te limita y el periodismo te libera. Entonces periodista, seguro.

—Y hoy estás en la actividad política, ¿sos candidato?

—Sí, sí.

—¿A qué aspiras?

—A gobernador de la provincia de Buenos Aires.

—Por el partido…

—El peronismo o el frente que integre el peronismo cualquiera sea, con Cristina, sin Cristina; el peronismo.

— O sea, hoy estás más cerca de Unidad Ciudadana que del PJ estructural.

—No, yo no soy pejotista, yo soy peronista. Y llegué al peronismo por íntima convicción porque nací a la militancia bajo las banderas de la Revolución del Parque de Leandro Alem. Y llegué al peronismo por íntima convicción de que Forja había hecho el puente histórico y que el radicalismo había encarnado finalmente en la propuesta del peronismo. Pero nací a la militancia en el radicalismo, yo tengo la suerte de ser ahijado político de Arturo Frondizi, mi hijo es su ahijado de bautismo, fue el padrino de mi casamiento, y me crié entre esa idea inconclusa de la fuerza del peronismo y el intelecto del desarrollismo. Y creo que necesariamente el peronismo no es el PJ, el peronismo es esa idea nacional transformadora de una industria pesada, del desarrollo agrotécnico que nos dejó por ejemplo la soja con el gobierno anterior de lo cual hoy vivimos.

Así que creo en el peronismo como trasvasamiento de aquel proyecto revolucionario radical del Parque y no en el pejotismo que esconde las miserias humanas más bajas que son las de aquellos que creen que la política es una agencia de empleo.

— Hoy ese pejotismo que vos criticás está representado por…

— Ese pejotismo tiene dos acepciones: el PJ blanco, los que consideran que tienen algún tipo de jerarquía monárquica porque creen que son más honestos que el resto. O la alternativa duranbarbística del peronismo, Urtubey o Pichetto y esta gente que cree que discutir el PJ es discutir el movimiento peronista. Y después, del otro lado, el kirchnerismo también tiene sus amplios buscadores de empleo que confunden Estado con partido o partido de Estado y creen que el partido les tiene que dar empleo, les tiene que garantizar administración de los recursos públicos para hacer política.

Y ahí soy muy ortodoxo, el peronismo es el partido de los trabajadores, de los obreros, y un peronismo sano tiene que tener muchos delegados gremiales, no muchos empleados del Estado. Casi te diría que soy más reduccionista que los liberales, yo creo que el Estado tiene que ser muy chico y el sindicalismo tiene que ser muy grande. Cuantos más delegados gremiales tenga el peronismo y cuantos más obreros empleados haya en el país, más peronismo habrá. Y cuantos más empleados del Estado existan y más subsidios a la pobreza tengamos que repartir, menos peronismo en la Argentina.

— Pero digo, hoy estás más cerca de Cristina, hoy te sentís cerca de Cristina.

—Sí.

—¿Qué es Cristina Kirchner en la historia del peronismo, qué representa?

— Mirá, fundamentalmente tiene hoy, porque yo cuando fue gobierno la critiqué muchísimo y no me arrepiento de ninguna de las críticas… Cuando hizo uso de la palabra en el Senado, sentí que reconocía una parte de su gran error que era no haber tenido la amplitud de permitir el disenso por dentro ¿no? Cuando ella dijo: "Yo a lo mejor me equivoqué en no ser más amplia", bueno, eso es un gesto importante para mí. De todo el discurso de ayer yo destaco eso de no supimos explicar, no supimos integrar, no llegamos a todos como hubiéramos debido. Bueno, me pareció un elemento contundente que debería escuchar todo el kirchnerismo, todo el kirchnerismo, de lo que no deben volver a hacer nunca, porque no hay que volver iguales, hay que volver mejores, ¿no? En todos los casos.

Y yo creo que Cristina representa las banderas más elementales del revisionismo nacionalista con algunos errores que no se deben cometer jamás en política, que es tomar como hecho consumado que el empoderamiento es definitivo, permanente y hereditario. O sea que las conquistas del peronismo, una vez logradas, ya uno puede descansar en ese valor. Y cuando ella se despidió del gobierno en el acto de la Plaza de Mayo días antes del traspaso del mandato, dijo: "Yo sé que les dejo el empoderamiento…". Bueno, finalmente ese empoderamiento se licuó en dos años y algunos meses que van de macrismo. Y es el símbolo de esas conquistas de ampliación de derechos del kirchnerismo para los más humildes y es una frustración gigante para los sectores más concentrados de la riqueza con los cuales el kirchnerismo en general confrontó dialécticamente pero nunca los terminó empresarialmente y acá tenemos ahora los cuadernos de Comodoro Py.

—¿Qué son los cuadernos de Comodoro Py para vos?

—Una gigantesca interna de negocios en la Argentina que buscan primero terminar con el empresariado nacional, corrupto o no corrupto, estas empresas que están hoy en Comodoro Py serán absorbidas seguramente por alguna trasnacional dentro de muy poquito tiempo y ya no estará Rocca, estará McDonald's haciendo las obras que hacía antes Rocca y alguien vendrá por Techint y alguien vendrá por… O sea, yo creo que hay que ponerle un límite a este Lava Jato criollo que garantice que las empresas nacionales queden en manos nacionales más allá de la corrupción de algún empresario. O sea, si el empresario es corrupto, que no arrastre a esa empresa de capitales nacionales a ser trasnacionalizada como solución a la corrupción.

— Pero permitime la pregunta, como vos sos bien directo, ¿afanaron?

— Sí, claro. ¿Quién?

— Los empresarios, el gobierno.

— A ver, nadie puede negar en la Argentina que la corrupción es un hecho y nadie puede negar que la Justicia debe investigarlo y que debe haber condena. Eso está fuera de discusión. La gran duda es la oportunidad y quién es el que lo hace. Porque si este proceso judicial se hubiera iniciado durante el propio kichnerismo hubiera sido creíble, o sea, si los jueces hubieran actuado ipso facto entonces uno dice no, esto es un juez, no le importa quién es el presidente va, detiene, allana. Ahora, mientras el poder lo tiene aquel al que acuse. Ahora, si vos esperás el próximo gobierno para ir por el gobierno anterior parecería que garantiza únicamente el 50% de tu búsqueda, porque nadie puede suponer que en Argentina todo el empresariado argentino es corrupto menos la familia Macri, ¿no?

—¿Por qué?

—Porque nadie puede sostener en la Argentina que los Macri no son corruptos. ¿O vos podés asegurar que no y quiere decir que no?

—Y en este mismo orden de pregunta, ¿podés sostener la honestidad de Cristina?

—Yo a Cristina no la tomo como una empresaria, la tomo como una mujer de la política. Con lo cual no tengo interpretación de corrupción empresaria en Cristina, tiene que responder por los actos públicos que tuvieron que ver con su función como presidente. Yo cuando digo que Macri es corrupto, no hablo del presidente transitorio de los argentinos porque llegó por la política, digo que nadie puede sospechar que su paso por el Correo Argentino, por MANLIBA, por SEVEL, por la doble condena por contrabando agravado y evasión fiscal perdonada por la Corte Suprema de la mayoría automática menemista no son antecedentes de corrupción claros para suponer que si Rocca, si Roggio, si Techint, ¿Macri no?

— A mí me impresiona que nosotros a veces caemos en la trampa de creer que el delito del otro extingue el propio. Por eso te pregunto, ¿ponés las manos en el fuego por la honestidad de Cristina?

— Yo pongo las manos en el fuego por la honestidad de Cristina desde lo empresarial porque no es empresaria.

— HOTESUR, Los Sauces…

— Todo lo que tiene que ver con su patrimonio, con el desarrollo patrimonial, es algo que la propia Justicia que hoy la condena es la que la absolvió en Comodoro Py. Entonces yo empiezo dudando de la Justicia. Porque tenés un doble estándar, la perdonaste hace 10 años y la querés condenar hoy. ¿A cuál Justicia le creo? ¿A la que le perdonó y dijo con Oyarbide más de 10 años que la causa tenía sentencia firme y que la investigación había sido exhaustiva y que había llegado a la conclusión definitiva sin apelación fiscal de que no había incremento deshonesto de patrimonio o le creo a Bonadio que dice que ahora Oyarbide sale llorando de Tribunales y reconoce que en realidad lo agarraron del cuello? Necesitamos una Justicia creíble para creer cuál de los dos estándares de Cristina es el verdadero, si el que dice Bonadio o el que dijo Oyarbide cuando firmó sentencia.

— ¿Y vos cuál creés?

— Yo estoy convencido de que el ejercicio de la política no tiene que ver a veces con quien conduce. Alfonsín tuvo en aquel momento de gloria democrática a Mazorín.

— Y sus pollos.

— Y sus pollos. Y nadie duda de la honestidad de Raúl Ricardo Alfonsín. En el Estado, en este Estado en que vivimos, antiguo, absolutamente, digamos, elefantoide, con poca capacidad de movimiento y de aggiornamiento al siglo 21, un funcionario, vos si asumís como funcionario, tenés que licitar los aires acondicionados de un ministerio. Si lo hacés por el monto correcto tenés que hacer una licitación pública y puede ser que tardes un año y medio en poner los aires acondicionados. Entonces seguramente va a llegar alguien que te diga 'mire, fraccionemos las compras en varias compras y lo podemos hacer por compra directa'. Y realmente es un hecho de corrupción, o sea, porque el Estado te está obligando a decidir entre la ejecutividad de lo que tenés que desarrollar o el plazo de una adjudicación correcta que sería una licitación. El Estado es elefantoide y antiguo. Para evitar la corrupción hay que tener métodos modernos de administración, hacer que el Estado pierda la facultad directa de un funcionario de resolver. Solo en la Argentina un funcionario ministerial tiene que firmar una compra, es una locura total. O sea, a ver, cualquier empresa tiene…

— En algún momento te sedujo el macrismo.

— No, no me sedujo, yo participé para terminar con la soberbia del fin de ciclo del kirchnerismo. Yo al kirchnerismo le adjudiqué y le adjudico la soberbia de creer que eran partido de Estado, o sea que existía en la Argentina la idea de que el Estado tenía partido. Yo creo claramente que esa corrupción, que ya ahora sí está asumida hasta por Cristina, de la corrupción kirchnerista, que existen corruptos kirchneristas que han ido a pagar claramente por sus delitos y que ahora algunos se arrepienten, se produjo por la falta de amplitud que tuvo el kirchnerismo en el final de su ciclo. O sea, porque no permitía el disenso siquiera de aquellos que le decíamos mirá, coincido en lo que hacés pero no coincido en cómo lo hacés. Alcanzaba eso para ser enemigo. O sea, alcanzaba el disenso para ser enemigo. Y yo creí en ese momento que jerarquizar la democracia impidiendo la idea de un partido de Estado era como dijo Cristina en su momento 'hagan un partido y gánenme'. Bueno, finalmente me enrolé en la tarea de ganarle. Y en ese momento y volviendo para atrás no me arrepiento de haberlo hecho.

Lo que sí claramente me sorprendió, y de lo que me siento responsable, es de haberle abierto las puertas al caballo de Troya. O sea, yo soy uno de los troyanos que creyó que el cambio era un regalo que nos traían los griegos y terminaron invadiendo Troya y prendiéndola fuego. Venía dentro de un proyecto mentiroso, que no ha cumplido una sola de las promesas de campaña. Seguramente era mucho más progresista decir que los trabajadores no iban a pagar Impuesto a las Ganancias que justificar que lo pagaran. Te diría que era mucho más peronista el discurso de Macri que el del propio Scioli en ese momento. Pero el de Scioli terminó siendo el discurso más realista. Todo lo que dijo Daniel finalmente se cumplió.

— Asumo que votaste a Macri.

— No.

— ¿Trabajaste para Macri pero no lo votaste?

— Terminé votando a Adolfo Rodríguez Saá.

— ¿Pero en el balotaje?

— No, en el balotaje opté por votar a Daniel Scioli, sí.

— A pesar de que estabas convencido de que…

— Yo trabajé para Octavio Frigerio, al cual quiero con el alma, soy casi familia de él, para la intendencia de San Miguel porque yo creía que había que terminar un ciclo perverso en San Miguel. Finalmente el intendente de San Miguel hoy es ministro y miembro del Consejo de la Magistratura de María Eugenia Vidal, que es Joaquín de la Torre, una persona que firmó una solicitada a favor de Videla en el año 85, plena democracia. Ese es el ex intendente de San Miguel y actual ministro o miembro del Consejo de la Magistratura.

Y yo creía que dentro de esta decisión de ponerle un freno a la idea de un partido de Estado y tomando una decisión, la mejor decisión para mi distrito, para mi territorio que es San Miguel, Octavio Frigerio era el candidato a intendente, trabajé fuertemente y durante la campaña empezamos a tener los roces más fuertes internos dentro de Cambiemos con la metodología, con el fondo del discurso, y empezamos a separarnos y llegamos al 17 de octubre en un acto con Rodríguez Saá en San Miguel pidiéndole a la gente que votara a Adolfo Rodríguez Saá y a Octavio Frigerio en San Miguel.

— Contame cómo viviste este episodio del prócer arriba del caballo con la cabeza de Macri.

— Mirá, me divierte, hoy denuncié a Patricia Bullrich penalmente por amenazas, coacción agravada y abuso de poder. Sé que habrás tenido la oportunidad de viajar por el mundo en algún momento.

— Algunos lugares sí.

— Y yo le recomiendo a la gente que vaya al Louvre, que recorra el Museo Vaticano, si va a Estados Unidos que no deje de ir al Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York, y vas a encontrar miles de obras con una carga de violencia o de agresividad artística que son mucho más violentas que la imagen que yo divulgué retuiteando en mi lugar privado que es mi Twitter, porque vos no estás obligado a ver mi Twitter, es mío, ingresás si vos querés. Subí ese posteo porque era el día de San Martín. Me enviaron esa foto por redes sociales. Y es la primera vez que un presidente no rinde homenaje a José de San Martín. Entonces intuí que el rostro de Macri no era el de Macri sino el que yo denomino como el del modelo del nuevo orden mundial imperial. Considero que Mauricio Macri está asumiendo una tarea virreinal, que tenemos un gobierno de ocupación en la Argentina y encima poco inteligente, poco culto. Y entonces la representación de José de San Martín que no comparte obviamente aspectos temporales con Mauricio Macri, no fueron al colegio juntos, era una simbología metafórica muy clara que era la nación argentina y la patria y la representación de intereses foráneos que hoy por ejemplo negocian la entrega de Malvinas, negocian a espaldas nuestras la entrega de la Antártida, se enorgullecen de ser amigos de Joe Lewis, permiten la instalación de bases americanas en la Argentina, están dispuestos a hacer negocios de fracking en suelo mendocino, han destruido las economías regionales del Valle de Río Negro, de la caña de azúcar en Tucumán, del arroz en el Litoral. El cierre de fábricas y de la industria nacional sustituidas por importaciones. O sea, el proceso virtuoso inverso, sustituir producción nacional por importaciones. La devaluación salvaje que no han sabido contener. La idea de decir la inflación es producto de aquel que no sabe gobernar.

Entonces en la suma de todo eso dije hoy que nadie le rinde honores a San Martín, desde el gobierno del Estado de los argentinos vale la pena recordar a San Martín triunfante sobre las monarquías imperiales que quisieron dominar a los argentinos, y hoy es Macri.

— Digamos, la decapitación es una metáfora.

— Por supuesto. Pero a ver, yo quiero que tenga muchos años de vida Macri para pagar las culpas que le competen por traición a la patria, y que seguramente tendrá que enfrentar en los Tribunales. Yo le deseo larguísima vida. Quiero que tenga mucho tiempo y salud para pagar lo que está haciendo. Y esto no lo dije ahora, lo dije hace mucho tiempo. En un reportaje de Luis D´Elía conmigo, dijo que lo quería fusilar y yo le dije de ninguna manera, a ver, no comparto con vos de ninguna manera el espíritu. Primero porque soy católico apostólico romano, no creo en la pena de muerte ni en la muerte como método de acción política. Cuando yo era muy chico aprendí una frase que decía: "El que usa la violencia como método es porque tiene la mentira como principio". Entonces impuse un juicio político contra Macri, no la decapitación. Quiero que el Congreso tome las medidas revocatorias a través de la posibilidad constitucional del proceso de juicio político y después someter penalmente a Mauricio Macri a pagar sus culpas.

— Santiago, ¿cómo vivís, cuánto hace que fue el episodio de tu salida de Crónica, tu última aparición en la tele?

— Tres meses.

— ¿Estás arrepentido por lo que dijiste, el tema judío?

— Mirá, yo primero nunca hablé del tema judío, hablé de dirigentes de la institución de la DAIA. Porque esa confusión es la que genera claramente la idea de un episodio inexistente, jamás nombré la palabra "judío" porque es una religión, yo no opino sobre religiones. Tengo la mía, respeto la de los demás, pretendo que…

— Corregime, no hablaste vos de judíos.

— Jamás.

— "Hay judíos que no son argentinos".

— No, no. Yo lo que les pedí a los dirigentes de la DAIA es que se identificaran y explicaran porque los argentinos no somos Videla y yo hoy no me siento Macri como para que el mundo crea que porque hubo un genocida en la Argentina todos los argentinos somos genocidas. El Estado de Israel como Estado, no como espacio cultural religioso sino como Estado, como un Estado igual y cualquiera del resto que tenemos en el planeta Tierra como organizaciones nacionales, tiene un gobierno que para mí es genocida y que tiene una actitud violenta absolutamente injustificable con el pueblo palestino y que oculta información y que se oculta la violencia sobre el pueblo palestino. Los niños muertos, las mujeres violentadas. Entonces yo dije que yo no quería que se juegue ese partido famoso porque yo soy el primero que habló del partido que nunca se jugó. Y ese día yo estaba hablando de eso, estaba hablando del alineamiento de Mauricio Macri con un gobierno que es el gobierno del sionismo israelí como gobierno del Estado de Israel, no como representación de la colectividad judía.

— Pero digo, si un judío se sintiera ofendido, judío argentino…

— Pido disculpas, porque no está destinado a un debate religioso mi declaración, de ningún tipo.

— Estamos hablando de análisis político del Estado de Israel como política respecto…

— Y está muy mal que aquellos que son dirigentes de la colectividad busquen amparo de su condición religiosa para ocultar sus intenciones políticas. Deberían hacerse cargo genuinamente de lo que son, lo que hacen y lo que están de acuerdo que suceda en Medio Oriente sin ampararse en cuestiones religiosas.

— En ese mismo episodio también hubo una controversia con alguien, compañera mía a quien yo tengo mucho aprecio, que es Silvia Mercado. Pasados dos meses, ¿tenés algo para decir del episodio con Silvia Mercado?

— Aprendí que hay una definición más moderna que la analógica que yo utilizo porque me crié en un barrio donde jugábamos a la pelota y no teníamos redes sociales, y es que ahora encontraron un plural asexuado para definir la igualdad de género ¿no? Entonces tal vez cuando utilicé la definición femenina para calificarla, algunas mujeres pueden haberse sentido víctimas de una cuestión de género. Yo me equivoqué, yo me referí a su calidad de persona. Y sostengo que es una mala persona. Pero tal vez hubiera corregido, corregiría como lo vengo haciendo en el programa con mucho esfuerzo de no hablar en términos de hombre y mujer o de la definición de yo o ella, o él o ella, sino el genérico de hablar del "de" ¿no? Como tercera opción de definición para no involucrar género tendría que haber sido lo que la definiera. Me equivoqué en eso tal vez.

— ¿Le pedirías disculpas a ella?

— Le pediría disculpas a cualquier mujer que se haya sentido agredida y a ella como mujer, no como persona. O sea, en su rol de género. En su calidad de persona sigo pensando exactamente lo mismo.

— ¿Te joroba que digan Santiago es facho, fue carapintada, es de derecha? ¿Cuánto te implica eso?

— Mira, hoy tengo… Le hice una entrevista a Hebe de Bonafini hace 48 horas y algunos creían o me imputaban casi de ser el Che Guevara. Cuando defiendo el derecho de las víctimas del terrorismo subversivo a tener derecho a la memoria igual que lo tienen las víctimas del terrorismo de Estado me acusan de facho. Ser objetivo en la Argentina es muy difícil.

— Es muy difícil, intentar argumentar es mucho más…

— Es muy difícil. Entonces yo tengo la íntima convicción de que se explica con los actos, porque si te detenés a discutir con cada uno que te cuestiona actitudes individuales perdés la energía positiva en discutir.

Cuando me dicen carapintada yo estoy sacando un libro en estos días, en poco menos de un mes estará en las librerías, donde algunas de estas explicaciones las doy más pausadas y más tranquilas a través de un texto que no se borra gracias a Dios y que puede explicar. Si yo te contara hoy como primicia que allá por Semana Santa del 87 cuando Alfonsín decía voy a Campo de Mayo a pedirle la rendición y Alfonsín entra a Casa de Gobierno y pasa algún rato largo, casi una hora que no se movía y la gente empezaba a sentirse ansiosa porque Alfonsín no iba hacia Campo de Mayo y la gente tenía miedo de que le estuviera pasando algo, si yo te contara que en realidad no salía porque Aldo Rico estaba en el edificio Libertador, ¿vos qué me contás?

— Que sería novedoso, que eso no lo escuché.

— Que subió por las escaleras porque tenía miedo de que le hicieran una trampa en el ascensor.

— ¿Alfonsín?

— No.

— ¿Aldo Rico?

— ¿Que se sentó a negociar personalmente con el ministro de Defensa los puntos del acuerdo de rendición? Y que hay una parte de la historia argentina que no se cuenta y que entonces cuando la gente dice de repente algo o califica, cuando alguien me dice carapintada para descalificarme desde la izquierda deberían saber que Chávez se juntó con Seineldín en la Argentina. Y deberían pensar por qué Chávez vino a esa reunión y a qué vino. Después ellos conocieron a otro Chávez, era el mismo. Hay muchas verdades que la política oculta y atrás de la camiseta partidaria o de la camiseta del club con la cual se juega el Boca-River de la política se terminan desvaneciendo las razones que podrían hacernos más grandes como nación.

— Pero más allá del prejuicio, ¿reivindicás el movimiento carapintada? ¿No?

— Mirá, el movimiento carapintada fue en Semana Santa la expresión original de la juventud del Ejército que quería la cabeza del generalato traidor del Proceso militar. Eran los ex combatientes de Malvinas que pedían la cabeza de esos cobardes, miserables, genocidas de la dictadura. Que terminó siendo confundida en su propia esencia por muchos de aquellos que encontraron en Semana Santa la búsqueda de impunidad por haber sido genocidas de la dictadura. Por eso en Semana Santa había unanimidad del Ejército argentino y nadie estaba dispuesto a reprimir, por eso la ley nunca llegaba y jamás hubieran tirado un tiro. Porque habían logrado la unanimidad de los cuadros del Ejército entre aquellos que genuinamente reivindicaban un nuevo Ejército alejado de esa triste historia represiva y al servicio de los intereses multinacionales y aquellos que se infiltraron y se mezclaron, porque había capitanes o mayores hijos de los generales de la dictadura. Con lo cual había un capitán que había hecho su curso de comando y había combatido en Malvinas con el hijo de algún genocida que buscaba la Obediencia Debida y el Punto Final en Semana Santa. Después no se repetiría nunca más en los fenómenos carapintadas la unanimidad, porque ya se habían dividido esas dos tendencias entre aquellos que eran reivindicadores del Proceso y los que decían no, yo soy un joven del Ejército y lo que busco es otra cosa. Terminó con finalmente la experiencia del 90 con Seineldín agotándose y desagraciadamente todo eso se transformó después en una experiencia política que fue el MODIN, que fue exitosa en cuanto a lo electoral pero fue vergonzosa desde el punto de vista de quien terminó conduciéndola, que terminó expresando las peores debilidades y miserias de la política, que es Aldo Rico.

Con lo cual puedo decirte que la experiencia desde el punto de vista cívico-militar, porque los grandes movimientos argentinos cívico-militares fueron la Revolución del Parque de 1890, Alem y el general Campos, y el 45 con Perón, el GOU y Perón.

—¿Qué viste cuando lo viste a Alfredo Casero diciendo lo del flan?

— Mirá, a mí Alfredo Casero me da lástima. Yo considero que ese tipo de actitudes tan livianas, tan light, tan de yogurt light, no de flan, vaciadas de contenido ideológico sin ninguna concepción de la responsabilidad de Estado que debe tener alguien que tiene una pantalla para comunicar y saber que en este momento cualquier agitación hacia la violencia desde el punto de vista de la situación de clase, cuando hay gente que pasa mucha hambre, en la Argentina hay gente que duerme en las calles, hay gente que hoy volvió y la despidieron de su trabajo, que hay un ama de casa que no puede darle de comer, que hay un comedor escolar que se quedó sin producto para distribuir o las maestras cortan las mandarinas para que los chicos coman o mueren dos docentes en Moreno porque no hay manutención de los colegios, tener esa posición clasista, despectiva hacia la sociedad que más le duele, más sufre en la Argentina, me parece deleznable. Lo considero un muchacho enfermo que tiene un mundo sesgado, chico, que se mueve en un ámbito muy abstracto y muy si querés aséptico de la realidad social de los argentinos y entonces le habla al público que él conoce. O sea desconoce el resto de la Argentina, no tiene idea lo que es la Argentina. Por eso cometió ese error, estaba yendo a hacer un espectáculo a Tucumán y antes de ir dijo que dudaba de la identidad de los nietos recuperados y el dueño del teatro donde iba es un nieto recuperado.

— Sí.

— Entonces evidentemente estamos hablando de un muchacho que tiene serios problemas y que fundamentalmente desconoce la realidad integral de los argentinos. Conoce un segmento, se dirige hacia ese segmento, se siente cómodo en ese segmento pero no sabe lo que pueden generar sus palabras hacia los millones de argentinos que están en la pobreza sufriendo hoy en la Argentina.

Entonces yo creo que todos tenemos una gigantesca responsabilidad de conducción. Todos, vos, yo, Casero, todos. Mirá, tenemos que saber decir cómo salimos de esto también. O sea, también hay que hablar de futuro. Porque el diagnóstico no alcanza, el diagnóstico hoy, el mejor diagnóstico lo tiene el que sufre. Ni vos ni yo.

— ¿Cómo va a ser recordado, con estos casi tres años de gobierno, Mauricio Macri en la historia?

— Y mirá, Mauricio Macri va a ser conjugado por la historia en el lugar que yo particularmente creo que es volver a ser el empresario corrupto que era antes de ser presidente. Su paso por la política va a ser olvidado. Y va a volver a ser el empresario corrupto que siempre fue.

— ¿Y Cristina cómo va a ser recordada?

— Cristina tiene un segmento de la sociedad que va a tener claramente con ella el agradecimiento de la ampliación de derechos y de la reivindicación de los más humildes. Y va a tener que conjugar para los tiempos y las imputaciones que pesan sobre ella en lo personal que tienen que ver con la corrupción. Con lo cual hay un segmento donde tiene asegurada su memoria y es casi te diría intangible ese segmento que la quiere, que te diría que por gratitud y necesidad le va a perdonar cualquier cosa. Y hay un segmento que nunca va a ver lo bueno que hizo Cristina porque es tanto el odio y el resentimiento de clase que son incapaces de reconocer virtudes en el otro. En esta Argentina estuvo preso Frondizi, en esta Argentina estuvo preso Perón, en esta Argentina se suicidó Leandro Alem, en esta Argentina estuvo preso Yrigoyen. Siempre me decía Frondizi que la isla Martín García la habían bautizado YPF porque por ahí habían pasado Yrigoyen, Perón y Frondizi. Entonces somos un pueblo injusto, San Martín murió en el exilio, Rosas murió en el exilio.

— ¿Vos decís que Cristina está a la altura de Frondizi y de Perón?

— A ver, son tiempos distintos, no podés comparar a Frondizi o Perón con Cristina porque la política argentina se devaluó a lo largo del tiempo, fuimos perdiendo calidad dirigencial. Cristina es una, si querés, estadista del siglo 21. ¿Qué quiero decir con esto? Yo hablo muy mal del siglo 21, creo que en el siglo 21 todos los estadistas del mundo se devaluaron. Creo que el único que queda con magnitud es Putin y el resto es outlet. O sea, Lula en Brasil, por supuesto, al cual admiro profundamente por su trabajo en la administración del Estado, llevó a Brasil a ser la sexta potencia del mundo. Y en la entrevista que yo tuve con él, Lula me decía lo que más me llevé, me dijo: "Mira, yo en una reunión de presidentes entendí por fin cuál era mi diferencia con todos ellos"; entonces le pregunté bueno, por qué. Me dice: "Mira, se dio un break del trabajo que estábamos desarrollando y cada uno empezó a contar cuestiones personales, y me di cuenta después de escuchar a todos de que yo era el único que había trabajado 24 años en una fábrica. Entonces me di cuenta de que éramos distintos, todos presidentes pero distintos".

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