El empresario Aldo Roggio, titular de una de las constructoras más grandes de la Argentina, admitió haberle pagado coimas al ex secretario de Transporte Ricardo Jaime al declarar como arrepentido en la causa de los cuadernos de la corrupción K "No tuvimos oportunidad de negarnos a esta exigencia", dijo en su declaración. El juez Claudio Bonadío homologó este miércoles la presentación del empresario como imputado colaborador en el expediente.
Según informó el Grupo Roggio a través de un comunicado, el empresario "aportó datos concretos sobre el sistema que tuvo que afrontar en Metrovías, perteneciente al grupo que conduce".
Además, indicaron que "detalló que debió acceder a la exigencia de efectuar pagos al Secretario de Transporte, por su expreso pedido, a partir de una reunión mantenida en su despacho al inicio de la gestión".
También remarcaron que la concesión de Metrovías "se desarrolló normalmente hasta la crisis de 2002 que produjo el quiebre de la ecuación económico-financiera del contrato, afectada severamente por la devaluación de la moneda nacional y la hiperinflación desatada en ese entonces".
Y añadieron: "Se dispuso un régimen general de renegociación de los contratos (UNIREN) afectados por los episodios mencionados, que nunca se llegó a concretar. A partir de ese momento Metrovías tuvo convivir con la modalidad de compensación a través del régimen de subsidios, que se mantuvo durante toda la gestión kirchnerista".
La empresa sostuvo: "Esta herramienta fue utilizada para mantener el esquema de subsidios que daban lugar a los pagos que se exigían, con incluso la amenaza de rescisión del contrato de no cumplir".
En tanto, señalaron que Roggio "dio detalles sobre la situación de rehenes que esto entrañaba". "Señaló que el procedimiento de subsidios estaba previsto en el contrato (cláusula 7.4.1.) como modalidad de ajuste sea a través de: tarifa, disminución del canon o vía subsidio, a opción del Gobierno", expresaron.
El empresario admitió haberle pagado cinco por ciento de los subsidios correspondientes al Ferrocarril Urquiza al ex secretario de Transporte y también por la explotación del subte.
"La exigencia se afrontó siempre con el margen de rentabilidad de la empresa, luego de pagar todos los gastos relacionados con la operación segura de los servicios. Los subsidios nunca implicaron una mejora contractual ni de ingresos", sostuvo el Grupo Roggio.
"No tuvimos oportunidad de negarnos a esta exigencia", dijo Roggio en su declaración, "habiendo soportado la presión hasta el límite de nuestras posibilidades, máxime teniendo cuenta que se trata de un servicio esencial y la gran incidencia del rubro personal, (70% del total) en los costos de operación del servicio".
"Este debería ser un punto final a esa cultura hostil y adversa en las que empresas como la que conduzco, en la que trabajamos 15000 familias, hemos tenido que desarrollar nuestras actividades", concluyó.
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