A fines del 2014, Juan Chediack reemplazó a Gustavo Weiss en la presidencia de la poderosa e influyente Cámara Argentina de la Construcción. A pesar de que los mandatos eran anuales, Weiss fue reelecto en tres ocasiones. Su vicepresidente, Carlos Wagner, había sido el anterior titular de Camarco. Chediack le ganó la pulseada a Aldo Roggio, titular del histórico Grupo Roggio, y al ex titular de la Cámara de la provincia de Buenos Aires, Diego Buracco. Chediack no solo tenía excelente relación con el kirchnerismo sino también con Felipe Solá en el Frente Renovador y con el intendente de San Isidro, cercano a Cambiemos, Gustavo Posse. Cuando a fines del 2005 el ex ministro de Economía Roberto Lavagna denunció la carterización de la obra pública, Kirchner respaldó a Julio De Vido y a su espadachín en la Cámara, Wagner. Lavagna supo que tenía los días contados. Cuando el kirchnerismo ingresó en su etapa final, la Cámara jugó abiertamente por Daniel Scioli. Ante la derrota, rápidamente supo acomodarse a los nuevos tiempos.
"Por supuesto que sabía que había coimas en Vialidad". En agosto del 2016, Lázaro Báez le había quitado el sueño a gran parte de los contratistas del Estado cuando, en una entrevista con Infobae, dijo que Cristina y la Cámara Argentina de la Construcción lo habían usado "de forro". Juan Chediack atendió la requisitoria periodística y admitió conocer el sistema de coimas en Vialidad Nacional. No lo repetiría nunca más hasta esta semana en los tribunales de Comodoro Py.
En ese lejano agosto del 2016, Chediack dijo que "Cristina, De Vido y José López sabían perfectamente que había empresas que cobraban antes que otras". A esa altura, López ya había tirado los bolsos repletos de dólares en el convento. Cuando el fiscal Federico Delgado lo citó a declarar, Chediack miró para otro lado y relativizó sus declaraciones en los medios. Con su empresa constructora, había recibido el 1,50% del total del dinero invertido por el kirchnerismo en obra pública. Ocupaba el ranking 14 de De Vido y Cristina con 5.049 millones de pesos superando al ex presidente de la Cámara, Weiss, con su Eleprint –puesto 42- pero caía ante el poderoso Wagner (Esuco, puesto 9). Chediack había participado en la polémica licitación para las represas Kirchner-Cepernic en una UTE integrada junto a Lázaro Báez, Angelo Calcaterra, Synohidro y Esuco, por casi 5 mil millones de dólares.
La firma familiar nació en 1947 en San Luis. Durante el kirchnerismo, ganó gran cantidad de obras viales como la refacción de la Autopista 7 -Buenos Aires a Luján- o la ruta que une Ezeiza con Cañuelas. Participó en 36 kilómetros de la autopista Rosario-Córdoba y pavimentó rutas en todas las provincias del norte argentino y de Cuyo. En la provincia de Buenos Aires, jugó fuerte en el distrito amigo de San Isidro con varios túneles y pasos a nivel como en la refacción de la municipalidad.
Más allá de su empresa constructora, Chediack también es titular de las siguientes firmas: Unión Agraria SA, que oficialmente comenzó a operar el 14 de noviembre del 2005 acompañado por Eduardo Luis Kennel como vicepresidente y con Vicente Faustino Messina como director titular. En SAMTRA SA, inaugurada el 9 de marzo del 2006, Chediack invirtió los roles. Aquí Vicente Messina era su vice y Eduardo Kennel, el director titular. Incursionó en la minería con Servicios de Minería SA, que comenzó a funcionar el 9 de marzo del 2009, casualmente el mismo día que Samptra. Ese día, Chediack no descansó. Sus integrantes fueron los mismos que en las otras dos firmas. Su firma forma parte de la Cámara Argentina de Empresas Viales junto con Burgwardt, Paolini, Perales Aguiar, Chediack, Equimac, Decavial y Dycasa. Hoy, Bonadio ha puesto la lupa sobre todas ellas.
En Vialidad Nacional, uno de los ex funcionarios que Chediack, al igual que Wagner, trataba era el ex gerente Sergio Passacantando, que había llegado recomendado desde Invernes. De hecho, Passacantando era quien liberaba los pagos anticipados a favor de los empresarios de la obra pública en concepto de certificaciones de obra.
De perfil bajo y poca exposición mediática, pasó desapercibido durante estos años, pero fue clave para facilitar los pagos de excepción que recibió Lázaro Báez; se trata de anticipos, en algunos casos, de hasta el 37,5% en contratos recién otorgados -superando el porcentaje estipulado por ley que es del 30%-. Sergio Passancando recibía órdenes directas de José López, ex secretario de Obras Públicas detenido después ser encontrado en el convento de General Rodríguez arrojando bolsos con USD 9 millones. Gracias a De Vido y López, Passacantando se convirtió en gerente de Administración. En la actualidad está sumariado y apartado de sus funciones "hasta que se resuelva su situación en la Justicia", indicaron fuentes oficiales a Infobae.
Passacantando ya declaró en indagatoria con los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques que investigaban el plan "criminal" de la obra pública durante el gobierno de Cristina Kirchner.
No solo durante el kirchnerismo el nombre de Chediack estuvo asociado al club de la obra pública. Pedro Brandi, ex socio de Chediack SA, fue uno de los actores claves del "club del peaje" durante el gobierno de Carlos Menem. Inspiraron la llamada "cláusula Edcadassa", que se inventó para Alfredo Yabrán y que establecía que, en caso de rescisión, había que pagarle al contratista el 50 por ciento del lucro cesante hasta el vencimiento de la concesión. Las gestiones las completaron el CEO de Techint, Roberto Sammartino, y su par de Socma, Franco Macri, presidente y vice, respectivamente, de la Unión Argentina de la Construcción, que había surgido tras un cisma en la Cámara Argentina de la Construcción.
En aquella ocasión, la llamada Patria Contratista había resultado victoriosa.
En medio de arrepentimientos, detenciones y cuadernos, la ex presidente Cristina Kirchner hizo catarsis en las redes sociales y apuntó contra la histórica Patria Contratista. Desmemoriada, olvidó decir que ella fue socia en los negocios de esa Patria que ahora repudia.
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