El gigante Gezhouba está analizando la salida de Electroingeniería (Eling) de la UTE que comparten para construir las represas sobre el río Santa Cruz, Condor Cliff y La Barrancosa. La información fue anticipada a Infobae por fuentes de la empresa estatal china, una de las compañías contratistas más grandes del mundo, que posee el 56% de Represas Patagónicas, frente a 34% que tiene la empresa que dirige Gerardo Ferreyra y 10% de la mendocina Hidrocuyo.
Aún no tienen decidido si la accionista mayor, que además de aportar las ocho turbinas de las dos represas aporta el 85% financiamiento a la obra civil más grande que tiene la Argentina, comprará las acciones de Eling, eventualmente con Hidrocuyo. O si realizará alguna operación para que ingrese una nueva compañía en la unión transitoria de empresas. Solo se supo que en el corto plazo habrá novedades en la integración de la UTE.
Una semana antes de que el juez Claudio Bonadio detuviera a Ferreyra y al gerente general de Eling, Jorge Guillermo Neira, por estar mencionados en los cuadernos del chofer Oscar Centeno, el ministro de Energía, Javier Iguacel, se había reunido con el embajador de la República Popular China en la Argentina, Yang Wanming, para pedirle que negocie la salida de la compañía constructora cordobesa, tal como había adelantado Infobae.
Tras la detención de Ferreyra y Neira, que generó la presunción del retiro o la quiebra de Electroingeniería, Gezhouba aceleró el análisis planteado al embajador Wanming y se iniciaron conversaciones para encontrar una salida negociada, que no perjudique la obra que recién arrancó en noviembre del año pasado, tres años después de lo esperado.
En rigor, las obras continúan con total normalidad, ajenas a las novedades judiciales. Pero la declaración de Neira, que aceptó convertirse en un arrepentido frente al fiscal Carlos Stornelli, en un acuerdo que fue homologado por Bonadio, habría acelerado la toma de decisiones en Gezhouba.
Es que con la llegada de Cambiemos, la obra de las represas que iban a llamarse Néstor Kirchner y Jorge Cepernic no fueron sencillas de digerir por la irregular licitación, donde el que hizo la oferta económica más baja (20.479 millones), que era Lázaro Baéz, terminó perdiendo. En el acto de apertura de sobres, Ferreyra empezó a gritar que había ganado, porque él había adjuntado una "carta de descuento" reduciendo el precio a 17,4%, o sea llevando su oferta de $22.948 millones a $18.947.
Nadie podía creer en la validez de ese papel que apareció de repente y, ante las dudas, se pidió que los ministros de Economía, Hernán Lorenzino, y de Planificación, Julio De Vido, laudaran las diferencias. Como era previsible, los funcionarios dictaminaron que la mejor oferta era la de Electroingenería.
Perdió la UTE liderada por Báez, un empleado de banco que se volvió empresario en los años K, duramente cuestionado en el momento de la licitación (julio de 2013) en los medios de comunicación por sus vínculos con la familia Kirchner. Ganó otra UTE, liderada por Ferreyra, el dueño de un corralón que también se volvió empresario con el kirchnerismo, que solía diferenciarse de Báez diciendo que "nosotros terminamos las obras que empezamos".
Los socios de Báez en esa UTE que no pudo quedarse con la construcción de las represas configuran otra perlita del caso. Austral Construcciones se asoció con Esuco (representada por Juan Chediak), Iecsa (de Angelo Calcaterra) y la china Sinohydro.
Las peripecias de Electroingeniería en los cuadernos de Centeno vienen a sellar una situación que siempre fue áspera para el Gobierno. El ex ministro Juan José Aranguren se reunió por lo menos dos veces con Ferreyra en su despacho y habría llegado a un acuerdo para seguir adelante, según las necesidades planteadas por Gezhouba, que tenía una buena relación con su contraparte argentina.
Fuentes de la empresa china aseguran, por su lado, que nunca antes el gobierno argentino les había pedido cambios en la integración de la UTE, como sucedió en la reunión que Iguacel mantuvo con el embajador Wanming. En ese encuentro, el funcionario argentino le recordó que el contrato de la UTE estipula que si alguno de los socios locales se retira o quiebra, Gezhouba es responsable solidaria de las obras.
Electroingeniería, además de las represas patagónicas, está construyendo parte de un gasoducto en Córdoba y dos electroductos, uno en Chaco y otro entre Mar del Plata y Bahía Blanca. La sede central de la UTE con Gezhouba está en Córdoba y el comité directivo es compartido por ambas compañías.
Hace dos años corrieron rumores de que la empresa tenía los números en rojo, ya que había incumplido con el pago de una Obligación Negociable de $83 millones, y que estaba en venta, aunque el propio Ferreyra salió a desmentirlo. Ya entonces se suponía que la empresa china compraría Electroingeniería, pero Gezhouba solo estaba interesada en la operación de las dos represas y no en los demás compromisos.
Con dos de sus directivos involucrados en la causa, uno de ellos libre porque se declaró "imputado colaborador", parece difícil que Electroingeniería pueda continuar con la construcción de las dos represas que esperan generar 1.740 MW, sumándose así a los aprovechamientos hidroeléctricos existentes de Yacyretá (3.200 MW) y Salto Grande (1.890 MW).