Además de describir con lujo de detalles un intrincado circuito de corrupción en torno a la obra pública, los cuadernos del chofer Oscar Centeno están repletos de alusiones a mandados que poco tenían que ver con las actividades del Ministerio de Planificación Federal.
Una de las entradas que más se repite a lo largo de varios años se relaciona con los viajes de la "Señora Chela". "Chela" es la mamá de Julio De Vido. La mayoría de las veces que aparece su nombre en los registros de Centeno es en traslados que tienen como destino la Fundación Fleni, donde la mujer recibía atención médica. En la investigación judicial se corroboró, a partir de la historia clínica de la paciente, que las fechas en que Centeno dijo haber llevado a la anciana a Fleni, eran correctas.
Desde lo humano el gesto es invalorable, pero pone de relieve que el ex ministro no tenía pruritos en utilizar fondos públicos para atender cuestiones personales.
"Chela" no sólo viajó con el chofer de Roberto Baratta a la clínica, sino que también realizó visitas al Banco Piano según consta en los cuadernos a los que accedió Infobae y que fueron analizados por un equipo de 12 periodistas.
Hay otros trayectos mucho más banales. Por ejemplo, en octubre de 2005 el conductor asentó que fue a Libertad 555, en Villa Ballester, a llevar dos corderos a la casa de Juan Vargas. Un mes más tarde realizó otra tarea doméstica: recorrió 50 kilómetros para entregarle al suegro de Baratta a Lomas del Mirador (Mosconi al 1800) dos docenas de facturas. En esa dirección, tiempo después, también dejó un "paquete" para el cuñado del ex subsecretario.
El ex militar anotaba con estricta obsesión tanto las actividades como las distancias recorridas en cada uno de los viajes que realizaba. En agosto de 2005 detalló que fue "del ministerio al vivero Faitful, a comprar revitalizador de planta para el licenciado (a Once)". Dos meses después, haría con el funcionario un "recorrido por la zona de Barrio Norte y Palermo Chico tomando direcciones de departamentos en alquiler" para luego regresar al Ministerio. Fueron 22 kilómetros.
En diciembre de ese mismo año pasó a buscar a Baratta por Aeroparque y de ahí se dirigieron a un "salón de fiestas para una degustación". Luego lo dejó en su casa y volvió al Ministerio. En marzo de 2006, Centeno dejó "la ropa del Licenciado en la lavandería" y después llevó a la hermana de Baratta al "Estadio River a buscar las entradas de U2". En mayo, dedicaría media tarde a "entregar una película" en Blockbuster.
Los trámites personales incluían desde visitas a la peluquería, al sastre y al dentista, hasta mandados en la cerrajería, pago de expensas y viajes al gimnasio (en Palermo y Recoleta), y por supuesto, los "delivey" de comida, que también fueron una constante.
En octubre de 2008 llevó a Baratta a la casa de De Vido y luego se dirigió a comprar "18 rosas rojas para la señora del ministro". Centeno dejó en claro que tuvo que pagarlas "con su dinero" por "orden de Baratta". Se las entregó a una empleada con "2 entradas para el partido de Argentina". Una semana después también tendría que pagar el helado del ministro de su bolsillo.
El 19 de julio de 2010, Centeno comenzó el día llevando "dos relojes Rolex a acortar la manga". Una semana antes había trasladado a su jefe al nuevo departamento en José Hernández 2045 "para reunirse con el diseñador y hacer los arreglos".
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