Poco después de las 7 de la mañana de este jueves y en medio de un fuerte operativo de seguridad, los once detenidos en la megacausa que investiga el traslado de bolsos con millones de dólares –presunto pago de coimas ligadas a la obra pública– desde distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires hacia la Quinta de Olivos o el departamento de Néstor y Cristina Kirchner en el barrio de Recoleta, fueron trasladados a los Tribunales de Comodoro Py.
Uno de los primeros en salir de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal fue Roberto Baratta, quien fuera secretario de Coordinación y Gestión en el ministerio de Planificación (número dos de Julio De Vido) durante los 12 años del kirchnerismo.
Con la misma ropa, esposado y sin chaleco antibalas visible, Baratta fue subido al móvil celular junto a otros cuatro detenidos, para ser trasladados para que presten declaración indagatoria ante el fiscal Carlos Stornelli y el juez federal Claudio Bonadio.
En total son 11 detenidos –hasta ahora– los que pasaron la noche en la Superintendencia en el barrio de Monserrat: seis ex funcionarios del gobierno kirchnerista y cinco directivos vinculados a empresas energéticas y la obra pública.
El operativo de traslado estuvo conformado por un camión celular, tres camionetas de la Policía Federal y cuatro autos. Los vehículos oficiales fueron utilizados para trasladar a los empresarios. Un pelotón de motos fue el encargado de abrirles paso hasta los Tribunales de Retiro.
Entre los imputados está el empresario Gerardo Ferreyra, dueño de Electroingeniería, una de las firmas que más creció durante el kirchnerismo. Antes de ser trasladado a los Tribunales llegó a decir que nunca pegó coimas y denunció que la causa "es un show mediático".
Todos fueron alojados en la Alcaidía Federal Penal, en el subsuelo de Comodoro Py. Allí aguardarán ser llamados por el magistrado. Según trascendió, sería Oscar Centeno el primero. Ayer echó a su abogado y se cree que Stornelli le propondría convertirse en arrepentido.
Los ocho cuadernos de puño y letra que constan en la causa son adjudicados a Centeno. Allí, el chofer anotaba datos precisos de sus viajes, direcciones, montos y hasta nombres de personas, entre ellas, ex funcionarios y poderosos empresarios.
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