En tres investigaciones judiciales sobre corrupción en la era kirchnerista aparecieron materiales en diferentes soportes que mostraron huellas claras de coimas pagadas por empresarios y cobradas por funcionarios que estaban en el área de Planificación, el ministerio que condujo Julio De Vido durante 12 años.
Allá lejos y hace tiempo, en el año 2007 el periodista de Clarín Pablo Abiad reveló que en una grabación del caso Skanska, un auditor hablaba con un ejecutivo de la firma quien le contaba cómo se pagaron las coimas para construir gasoductos. Un protagonista directo contaba cómo fueron los pagos.
Se hablaba en aquella grabación de "las valijas" para "el pingüino de acá a dos cuadras". La sede de Skanska quedaba cerca de la Casa Rosada. Aquella grabación fue anulada por la Sala I de la Cámara Federal con una conformación que ya no existe. Mientras la grabación –que hablaba claramente de coimas– estuvo anulada, el caso Skanska se mantuvo cerrado. Con el cambio de gobierno aquella decisión de la Cámara Federal fue revisada por la Casación y la grabación fue considerada válida. Casi una década después de haber sido congelado, aquel que se conoció como el primer gran caso de corrupción del kirchnerismo, será reabierto. La estructura del ministerio que encabezó De Vido y los empresarios que se beneficiaron con la construcción de gasoductos deberán dar explicaciones en Tribunales.
Años más tarde, en 2010, apenas unas semanas después de la muerte de Néstor Kirchner, otro enorme cúmulo de pruebas de la corrupción en un área del ministerio de Planificación se hizo público. Este cronista reveló en el diario Clarín las huellas de los negocios oscuros que se hallaron en las computadoras de Manuel Vázquez, quien fuera asesor de Ricardo Jaime cuando ocupaba la secretaría de Transporte, siempre bajo la conducción de De Vido.
En aquellos miles de mails que la justicia encontró en las computadoras de Vázquez se hallaron pruebas de pagos de coimas, de facturas de coimas, de transferencias de coimas, de contratos falsos para cobrar coimas. Otra vez un protagonista directo de los negociados –Vázquez– contaba en primera persona cómo era la trama de corrupción.
También entre los mails había pruebas que ratificaban que Jaime se había comprado un avión de cuatro millones de dólares con dinero aportado por empresarios del sector del Transporte a los que debía controlar y abastecía de suculentos subsidios. Jaime está preso pero por otros casos de corrupción diferentes a los revelados en los mails. Otra vez la Sala I de la Cámara Federal con la vieja composición, en una maniobra judicial pergeñada desde el kirchnerismo, anuló –igual que en el caso Skanska– los mails que no solo confirmaban los negocios oscuros de Jaime sino también la participación delictual de los empresarios. Esa nulidad nunca se revocó. Y los mails no pudieron ser usados para por lo menos cinco investigaciones más que podrían haber complicado mucho más a Jaime y especialmente a los empresarios.
El tercer caso –que recién se inicia– estalló ayer luego de que el periodista Diego Cabot de La Nación entregara a la Justicia los cuadernos donde Oscar Centeno, chofer de Roberto Baratta –segundo de De Vido– anotó con lujo de detalle diversas entregas de dinero en efectivo a modo de coimas. En este caso un testigo privilegiado del manejo de los bolsos con plata escribió los nombres de quienes cobraban y pagaban.
La primera palabra que pronunciaron ayer por la mañana en el cuarto piso de Comodoro Py los abogados defensores de los detenidos y llamados a indagatoria fue: "nulidad". Apuestan todo a que la Cámara Federal en primer término o algún otro tribunal anule los cuadernos como prueba. Hay un detalle no menor a tener en cuenta: la Sala I de la Cámara Federal –que tiene a su cargo el caso– ya no es la misma que con anterioridad anuló las pruebas. Y la posibilidad de descartar la bitácora de la corrupción de Baratta y el ministerio de Planificación no es tan simple como ocurrió en los casos de coimas de Skanska y Jaime.
Primero fue la grabación de Skanska. Luego fueron los mails de Jaime. Eran pruebas contundentes y concretas –un archivo de audio, miles de correos electrónicos– de la corrupción del kirchnerismo que fueron anuladas porque eran otros tiempos los que se vivían en Comodoro Py. Llegó la hora de los cuadernos plagados de información que los involucrados querrán eliminarlos como prueba.
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