El recaudador de Julio De Vido, valijero, taxista y poderoso: perfil de Roberto Baratta

Hombre clave del Ministerio de Planificación Federal durante las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner. De bajo perfil, acumuló poder como nexo entre el Gobierno y empresarios de la obra pública estatal, y manejó con dureza la política energética

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Roberto Baratta, ex mano derecha
Roberto Baratta, ex mano derecha de Julio De Vido (Gustavo Gavotti)

A mediados del año 2000, cuando el país se encaminaba al abismo al que lo condujo el entonces presidente Fernando de la Rúa, un joven taxista realizó una parada técnica en el bar Moliere, de Recoleta, en las calles Juncal y Uruguay. Allí, mientras ofrecía sus servicios al dueño del local, conoció al entonces gobernador de Santa Cruz, un tal Néstor Kirchner, y le pidió trabajo. El entonces mandatario patagónico lo encomendó a hablar con un hombre de su confianza, Julio De Vido.

Así se gestó, tres años más tarde, la incorporación del taxista Roberto Baratta al Ministerio de Planificación Federal que condujo De Vido durante 12 años, bajo las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner. La "década ganada" del joven emprendedor: como secretario de Coordinación, acumuló poder al ser responsable de la gestión energética y se transformó en uno de los principales recaudadores de De Vido.

En ese tiempo habría recolectado alrededor de 160 millones de dólares en concepto de coimas por parte de empresarios que trabajaron en la obra pública en el kirchnerismo, según una investigación judicial. En ese tiempo, además, compartió funciones con José López, el ex secretario de Obra Pública que fue detenido después de intentar ocultar en 2016 un bolso con millones de pesos y dólares  en un monasterio de General Rodríguez.

Julio De Vido y Roberto
Julio De Vido y Roberto Baratta. Otros tiempos, durante la gestión. Hoy ambos están detenidos

Elemento recurrente el uso de los bolsos. El kirchnerismo buscó encapsular la actitud de López a la de un miembro descarriado de una organización porque, argumentaron, una mancha no puede cubrir al conjunto. Lo explicó la propia Cristina Kirchner, en 2016, a través de las redes sociales: "El dinero que el Ing. López tenía en su poder alguien se lo dio. Y no fui yo. Ni ninguno de los militantes que integran este espacio político. Que nadie se haga el distraído. Ni empresarios, ni jueces, ni periodistas, ni dirigentes".

Volvemos a Baratta. Según la investigación a cargo del juez federal Claudio Bonadio y en la que participa también el fiscal Carlos Stornelli, Baratta era uno de los eslabones principales de una banda dedicada a la asociación ilícita, que distribuía el dinero recolectado de la obra pública entre el departamento de la familia Kirchner, en Juncal y Uruguay, en la quinta de Olivos y en la sede de jefatura de Gabinete. Investiga, en definitiva, si hubo muchos José López.

Antes de llegar al Ministerio de Planificación, Baratta, que había estudiado Comercio Exterior, asesoró a De Vido cuando todavía era ministro en Santa Cruz. "Me encargó trabajos sobre comercio internacional en el rubro pesca y dentro de ese rubro langostinos en particular. Hacía estudios de importaciones y precios. Después con el tiempo empecé a trabajar con los equipos técnicos", explicó el funcionario el año pasado ante la Justicia.

Fue ante Stornelli, cuando fue indagado en la causa en la que se investiga una millonaria defraudación en la compra de barcos de gas natural licuado (GNL), por la que estuvo detenido. En paralelo, el juez Sebastián Casanello lo procesó, junto a Luis Vitullo, ex director general de Administración de Planificación, por el delito de administración fraudulenta. El magistrado, en 2017, le dictó un embargo por tres millones de pesos y la prohibición de salida del país.

Baratta era el hombre clave de De Vido. Quienes no estaban vinculados a la energía lo veían como uno más. Un hombre de segunda plana. Porque Baratta se movió en las sombras. Dolores Caviglia, en un artículo publicado en Infobae, reveló que según Daniel Cameron, secretario de Energía del kirchnerismo desde 2003 hasta mitad de 2014, "no era un tipo con experiencia administrativa, ni un intelectual descollante. No tenía especialidad en servicios".

Y según Alejandro Macfarlane, CEO de Edenor entre 2005 y 2012, Baratta era el que "cagaba a gritos" a todos en la época en que junto a su gente, y por una decisión conjunta, tomada por él y el ministro De Vido, se metió literalmente en las distribuidoras para controlarlas desde adentro. "Un día lo vi y le dije: 'Pará, loco, ¿qué te pasa? No grites más, boludo, ¿qué te pensás?'", cuenta que le dijo una vez Macfarlane al cruzarlo en el Ministerio de Planificación.

Durante la madrugada de hoy fue nuevamente detenido. La Justicia investiga cuadernos con anotaciones detalladas que tomó su chofer, Oscar Centeno, durante esa "década ganada", y que involucra a muchos ex funcionarios de peso. Por lo pronto, la ex presidente Cristina Kirchner deberá declarar el próximo 13 de agosto.

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