La discusión en el Senado sobre el proyecto para legalizar el aborto, que tiene media sanción de la Cámara de Diputados, ingresó en tiempo de descuento. A una semana de la sesión prevista para el miércoles 8 de agosto, este martes se realizará la última jornada de exposiciones por parte de especialistas y, por otro lado, los senadores que están a favor de la iniciativa se reunirán esta tarde para estudiar alternativas que les permitan reducir la brecha con el grupo que ya anticipó un voto negativo.
Así, la de hoy será la última ronda de invitados del plenario de las comisiones de Salud, Justicia y Asuntos Constitucionales, aunque mañana vuelve la actividad pero ya solo para firmar los dictámenes que se votarán en el recinto.
Un conteo provisorio arroja, hasta el momento, que hay 32 senadores a favor, entre los que se cuenta a los que siempre se manifestaron por el sí y los que buscan introducir modificaciones en el texto, la "opción cordobesa" que plantearon Carlos Caserio (PJ), Laura Rodríguez Machado y Ernesto Martínez (Cambiemos), junto a los chaqueños Eduardo Aguilar (PJ) y el neuquino Guillermo Pereyra (MPN).
Entre otros puntos, plantean reducir a las 12 semanas de gestación el plazo de despenalización y que la objeción de conciencia pueda ser institucional, algo que reclamaban numerosos centros de salud, sobre todo los que tienen vinculación con la Iglesia. También que se eliminen penas para los médicos que se nieguen a realizar la práctica y un plazo de 180 días para que entre en vigencia en todo el país. Con estas reformas, buscarán sumar alguna voluntad entre los indecisos, que por ahora son cinco.
Por otro lado, al menos 34 senadores ya adelantaron su rechazo a la legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Uno de los últimos en plantear su posición fue Carlos Reutemann en diálogo con Infobae. En las últimas horas se sumaron al sector "celeste" el ex presidente Carlos Menem y el radical Ángel Rozas.
Más allá de las idas y vueltas, y de las negociaciones entre los que están a favor y los indecisos, este grupo "provida" cuenta con una ventaja: en el caso de un empate, la presidenta del Senado, la vicepresidenta Gabriela Michetti, es una ferviente defensora del no.
Mientras todos estos movimientos tienen lugar puertas adentro en el Senado, los defensores de que se apruebe la ley y los que están en contra intensificaron su presencia en las calles. Ayer, por ejemplo, organizaciones provida y ciudadanos en contra de la legalización del aborto marcharon a la Quinta de Olivos para pedirle al presidente Mauricio Macri que cumpla su promesa de "cuidar la vida desde la concepción" y que no haya presiones desde desde el Poder Ejecutivo sobre los senadores.
Además, la Iglesia convocó a una misa en la Catedral de Buenos Aires el miércoles 8 de agosto por la noche, en coincidencia con el debate en el Senado.
Por otro lado, hoy desde las 14, estudiantes de secundarios, terciarios y universidades organizan un "estudiantazo federal" frente al Congreso para ratificar su postura a favor de la ley sin las modificaciones que buscan "suavizarla".
¿Qué pasa hay modificaciones y la ley vuelve a Diputados?
Lo primero que debe suceder es el debate en comisión, como en cualquier ley. Una vez obtenido el dictamen, llegaría nuevamente al recinto. Ahí, el cuerpo tiene dos opciones de acuerdo a la Constitución Nacional: aceptar los cambios o insistir en la primera sanción.
Para aceptar los cambios, solamente necesita mayoría simple. En cambio, para descartarlos y aprobar el texto original, es necesaria una mayoría igual o superior a la del Senado. Por ejemplo, si la Cámara alta aprueba con dos tercios de los votos, Diputados va a necesitar dos tercios. No le alcanza con la mayoría simple.
Este escenario es el que más conviene a quienes impulsan la ley porque significaría que Diputados tiene la última palabra. Además, es imposible que, de aprobarse con cambios en el Senado, sea con dos tercios, porque habrá cerca de 30 votos en contra. Por ende, con una diferencia de un voto, la Cámara baja podría sancionar la iniciativa original.
De todos modos, todo indica que si la norma vuelve a Diputados, los proaborto aceptarán los cambios y no insistirán en el otro texto. Esta sería la postura de los armadores de Cambiemos, que ven acá una posibilidad de acercar posiciones nuevamente con el peronismo no K luego de varios meses convulsionados por los proyectos de tarifas.
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