Mauricio Macri sorprendió en la cumbre de los BRICS con un fuerte discurso político que reivindicó el valor de la mirada de América Latina y el Caribe para resolver la crisis económica y social que atraviesa por igual a potencias globales y países emergentes. Macri también defendió la importancia del G20 como "un espacio de coordinación para buscar un terreno común" y cuestionó la guerra comercial que desató Donald Trump cuando impuso barreras tarifarias a las importaciones de acero y aluminio.
"La escalada de medidas unilaterales y de represalias tienen un potencial impacto sistémico en el crecimiento y ejercen presión sobre la eficacia del multilateralismo", aseguró el presidente argentino sin mencionar a Trump y su ofensiva proteccionista.
Macri cumplió el protocolo de la cumbre de los BRICS y solo habló cinco minutos. Flanqueado por su canciller Jorge Faurie, el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, y el sherpa del G20, Pedro Villagra Delgado, el presidente rescató los valores sociales y económicos que la región puede proporcionar al mundo, a pesar de sus recurrentes crisis políticas e institucionales.
"América Latina y el Caribe tienen mucho que ofrecer al orden mundial, a través del talento de su gente, su rica dotación de recursos naturales y como zona de paz y cooperación", sostuvo Macri frente a un auditorio global encabezado por Xi Jinping, Vladimir Putin, Narendra Modi y Michel Temer, entre otros jefes de estado.
El presidente argentino ofreció la perspectiva del Sur Global a través del G20, una estrategia diplomática que sorprendió a los BRICS. Hasta esta propuesta diplomática, la interlocución se manifestaba por medio de encuentros bilaterales o la utilización del Mercosur, cuando estaban en juego los intereses conjuntos de Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina.
Macri ahora introduce una nueva regla de juego que aprovecha un espacio multilateral protagonizado por países e instituciones con peso propio en el tablero mundial.
"Queremos demostrar que nuestra mirada en el siglo XXI puede actuar como puente en la diversidad. Buscamos que el G20 ponga las necesidades de la gente en primer plano, con un fuerte énfasis en la equidad y la sostenibilidad", ofreció al BRICS el presidente argentino.
A continuación, Macri hizo una defensa explícita del multilateralismo como recurso diplomático para resolver las diferencias entre los países. "Es momento de fortalecer la gobernanza global. Con franqueza, pero con respeto; con principios pero con soluciones prácticas. El multilateralismo no es, ni debe ser, un ritual de fotos para la prensa, es un seguro contra la discrecionalidad del poder y un compromiso con la coexistencia global a la que estamos destinados", dijo el presidente.
Esta opinión política se vincula con la estrategia de Trump y su particular mirada sobre la agenda internacional. El líder republicano ha iniciado una guerra comercial contra Europa y Estados Unidos, y sus reacciones desde la Casa Blanca tienen suficiente capacidad para complicar a los países emergentes. "Debemos ser capaces de construir consensos que acomoden las diferencias e impulsen los intereses comunes", propuso Macri a la cumbre de los BRICS.
El Presidente también se refirió a su programa de gobierno, tras la crisis económica y financiera que desembocó en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. "Hace unas semanas, la economía (argentina) hizo frente a una tormenta debido a la volatilidad externa y a algunos factores externos. Pero tenemos las herramientas para superarla y mantener el curso. Estamos haciendo los esfuerzos concretos", aseguró Macri.
Tras participar en las deliberaciones de los BRICS, el presidente tiene previsto un encuentro con su colega brasileño Michel Temer. Será un "pull aside", una reunión corta y con agenda abierta. Macri y Temer abordarán la situación económica de ambos países y la marcha de las negociaciones para alcanzar el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur. Dos asuntos complejos que no tendrán una solución favorable en las próximas semanas.
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