Mauricio Macri no sólo está enfocado en recortar 300.000 millones de pesos para el año que viene en las cuentas del Estado. También el Presidente se puso como meta inmediata acordar con los gobernadores el presupuesto de 2019 antes del 15 de septiembre para evitar que después de ese día el Congreso modifique el espíritu central de la iniciativa oficial.
La fecha impuesta por Macri a sus ministros no es antojadiza: ese día el gobierno deberá enviar al Parlamento el proyecto con los números del año que viene y el Presidente quiere tener bien cerrado el debate con las provincias para dejar escaso margen de imposición de cambios a los legisladores de la oposición.
"Si cerramos el pacto fiscal con las provincias con una meta del déficit fiscal del 1,3% del PBI no habrá lugar para que el presupuesto 2019 sufra un embate del Congreso que ponga en riesgo el acuerdo con el FMI", explicó ante Infobae un destacado funcionario del gobierno que el fin de semana evaluó con Macri y un puñado de gobernadores de Cambiemos la estrategia que empezará a rodar hoy.
Varios funcionarios aseguran que entre el sábado y domingo en la parsimonia de la quinta de Olivos el presidente Macri sentenció a varios mandatarios provinciales y ministros una advertencia que encarna una cruda realidad: "Si no aprobamos un presupuesto con el recorte pautado con el Fondo todo se va al diablo y correremos el peligro de entrar en default", dicen que expuso el jefe de Estado.
No hay doble intención en el mensaje. En el gobierno admiten que ello forma parte de la delicada situación económica en que se encuentra hoy la Argentina.
Con este oscuro panorama como telón de fondo el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; su par de Hacienda, Nicolás Dujovne y el secretario de Provincias, Alejandro Caldarelli se pondrán desde hoy a ejecutar la tarea que les encomendó Macri. Con lápiz en la mano y un previo debate que ya hubo con más de 15 gobernadores, el gobierno empezará a recibir en tandas a los ministros de Economía de diversas provincias.
Por la Casa Rosada circularán desde hoy el ministro de Hacienda de Chubut; mañana será el turno de los ministros de las provincias de Cambiemos como Jujuy, Mendoza, Corrientes, CABA y la provincia de Buenos Aires; el jueves pasarán por el gobierno los ministros de Río Negro, Neuquén, Misiones, Entre Ríos, Córdoba, Salta, Chaco, San Juan y Tierra del Fuego. El resto de las provincias enviarán a sus ministros de Economía la otra semana.
La idea de atender en tandas limitadas a los ministros de Economía de las provincias y no hacer una convocatoria amplia apunta a evitar un "asambleísmo inconducente", aseguran en la Casa Rosada.
No obstante, desde el gobierno están abiertos a recibir propuestas de los gobernadores. "Cualquier idea que sirva para generar ahorro y mejorar la economía será bienvenida", dijo un allegado al ministro del Interior.
Macri ya mandó a decir a María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta que no tienen margen para eludir la responsabilidad de absorber el costo de servicios y reducir más el gasto público. "Si la Ciudad de Buenos Aires y la provincia no se ajustan como dice el Presidente el año que viene ellos estarán en terapia intensiva y nosotros desde la Nación en el cementerio", graficó un funcionario del gobierno de modo descarnado. Tanto Vidal como Larreta parecen haber captado perfectamente el mensaje de la Casa Rosada y aceptarán a rajatabla la orden presidencial.
El debate por una baja de las retenciones del campo más gradual que lo previsto está casi abortado puertas adentro del gobierno. Macri cree que hay que cumplir con la palabra de eliminar el gravamen al campo como ya se acordó por dos simples motivos: para no dar mensajes errados al inversor extranjero y porque ello no implicaría más que un 8% del global de ingresos en el presupuesto.
"Si se acuerda con las provincias el presupuesto 2019 antes de enviarlo al Congreso ya no habrá demasiadas sorpresas o cuestionamientos opositores", expresó a Infobae una destacada fuente para explicar la estrategia esbozada por el Presidente.
Este esquema apunta, sustancialmente, a dejar sin argumentos a dirigentes de la oposición como el peronista Sergio Massa que deslizó una batería de ideas para la economía que viene. En la Casa Rosada dicen que "ninguna de las ideas de Massa tiene sustento porque él piensa en un presupuesto con fondos que no hay en la realidad".
El debate por la reducción de ministerios no está cerrado aun en el gobierno. Algunos funcionarios creen que después de los ajustes previstos para el presupuesto 2019 habrá varios ministerios con un poder de acción muy limitado. Este podría ser el preludio para unificar carteras y reducir burocracia. La idea no está cerrada y Macri no está convencido de ello. "El Presidente prefiere que siga todo como está para evitar más turbulencias pero si la realidad de los números le dice otra cosa puede que termine aceptando", sentenció una fuente de Balcarce 50.
Tras las charlas que ya hubo entre el gobierno y varios mandatarios provinciales Macri entrevió que hay voluntad política de los gobernadores de asimilar la realidad y hacer los ajustes necesarios. Hay coincidencias en que la obra pública será lo último que se recortará y que una inyección de inversiones o una mejora de la economía el año que viene implicará un impacto menor en el ajuste del Estado.
Pero también hay conciencia entre varios gobernadores de Cambiemos y de otros partidos en la máxima que deslizó Macri de que "el presupuesto 2019 será la prueba de fuego para sustentar el acuerdo con el FMI y sacar el país adelante de una vez".
El 15 de septiembre es la fecha clave que ahora empezará a enarbolar la Casa Rosada. El mejor escenario es cerrar un acuerdo con los gobernadores para ese día. El escenario más conflictivo es que haya que postergar todo el debate entre gobernadores y legisladores en una discusión abierta en el Parlamento. Y el tercer esquema que se evalúa en el gobierno es el peor: aquel en el que no se logre acuerdo alguno y haya que prorrogar el presupuesto de este año para el 2019.
Sin embargo, tanto Macri como el resto de sus ministros se muestra optimista. También muchos cruzan los dedos y confían en la providencia divina.