Mario Poli fue el último en irse.
A las 13:45, el arzobispo de la ciudad de Buenos Aires salió solo de la sede porteña de la Conferencia Episcopal, en Suipacha al 1000, y caminó hasta la esquina de Marcelo T. de Alvear con el portafolios al hombro. Lo había despedido en la puerta Andrés Tello Cornejo, secretario del Episcopado, como al resto de los invitados. Cuando este medio se acercó para preguntarle sobre el encuentro, se excusó amable con un movimiento de manos mientras esperaba un taxi.
Poli fue el anfitrión de la reunión de dos horas de este mediodía en la que agradeció a un grupo de diputados y diputadas del oficialismo y la oposición que hace casi un mes votó en contra del proyecto de ley de despenalización del aborto. De cara al debate y la votación del Senado del 8 de agosto y horas después de que la Iglesia endureciera su discurso en contra del tratamiento de la norma.
"Se habló desde lo personal y se agradeció la defensa de la postura de 'las dos vidas'", aseguró a Infobae una de las diputadas que participaron del encuentro, en la puerta del Episcopado. "Fue un mimo a los que votamos por el 'no'. Y se plantearon algunos matices", agregó otro diputado del oficialismo. Hubo un largo intercambio de ideas sobre la discusión pública y el alcance del debate.
Incluso, los diputados consultados tras el cónclave explicaron que Poli habría reconocido "errores" -en especial vinculados a la educación sexual- y que estaban "abiertos al debate", una postura que no se condice con lo expresado por la Iglesia en los últimos días.
Se analizaron, en ese sentido, todos los escenarios de cara a la votación en el Senado. En particular dos: la posibilidad de que el proyecto sea rechazado o que vuelva a Diputados con modificaciones. Los legisladores con posiciones más extremas ni siquiera están dispuestos a revisar posiciones en este segundo caso. Tanto la Iglesia como ese grupo están convencidos de que la norma no tendrá luz verde el 8 de agosto.
Antes de empezar, y sentado ante una enorme mesa oval, en la planta baja de la casona a metros de Plaza San Martín, Poli pidió disculpas por la ausencia de monseñor Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal, ausente por cuestiones de agenda.
Pasadas las 11 ya habían llegado la mayoría de los legisladores, entre ellos Carmen Polledo, Ezequiel Fernández Langan, Jorge Enríquez, Karina Molina, Juan Aicega, David Schelereth, Lucas Incicco, Pedro Pretto, Cornelia Liermann Schmidt -fue la primera en irse-, del PRO; Alicia Terada y Javier Campos, de la Coalición Cívica; Ana María Llanos Massa, del Frente Para la Victoria; Alejandro Snopek y Alejandro Grandinetti, del Frente Renovador; Elda Pertile, del PJ del Chaco, y Ricardo Wellbach, del Frente para la Concordia Misionero, entre otros. Mayoría de Cambiemos, sobre un total de 22.
La Conferencia Episcopal había invitado a unos 40 diputados hace una semana: hubo varios que no fueron porque no estaban en Buenos Aires.
Antes de pasar al salón principal, hubo una antesala que incluyó café y masas. Más distendido, Poli se mostró en ese ámbito inquieto por el apoyo de algunos legisladores al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Según los presentes, apuntó, por ejemplo, a Fernando Iglesias.
"Somos Cambiemos. Vinimos a cambiar, no a consagrar el statu quo hecho de abusos, de discriminación sexista, social y de desigualdad", dijo el diputado durante su discurso en la mañana del jueves 14 en el recinto. Y desplegó un mapa con colores con los países que tienen aborto legal y los que no, que cayó pésimo en la cúpula de la Iglesia. Iglesias fue aplaudido hasta por la bancada K.
De la reunión también participaron el secretario de Culto de la Nación, Santiago de Estrada, y Alfredo Abriani, el subsecretario que sucederá a De Estrada en algunas semanas.
Ninguno de los dos habló. Tanto De Estrada como Abriani redoblaron en los últimos meses los esfuerzos para convencer a la Iglesia de que el Gobierno no había impulsado el debate por la despenalización del aborto para "tapar otros temas", como creen en la cúpula eclesiástica.
Hace casi tres semanas, Marcos Peña, cuya relación con la Iglesia transita por el peor momento, escribió un extenso mensaje de WhatsApp a las principales espadas parlamentarias de Cambiemos con algunas consideraciones. "Quiero clarificar algunas cosas que se han dicho a lo largo del debate del aborto respecto a las motivaciones y las actitudes de nuestro gobierno. 'El Gobierno impulsó este debate por orden de (Jaime) Durán Barba para tapar otros temas'. Esto no es cierto", subrayó el jefe de Gabinete.
De hecho, Fernández Langan -cercano a Peña- y Polledo -una de las más activas durante los debates en torno a la postura en contra del proyecto- le transmitieron a Poli, según los presentes, que la Casa Rosada no presionó durante el debate en Diputados.
Desde que empezó la discusión por la despenalización, el bloque de Cambiemos se partió en dos. Y el vínculo entre el Gobierno y la Iglesia, que ya estaba resentido, se terminó de quebrar.
Ayer, después de la reunión quincenal de gabinete de los martes, el jefe de ministros volvió a ratificar que, en caso de que el proyecto se convierta en ley, Mauricio Macri "no la vetará".