El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano, ofreció un análisis crítico sobre el funcionamiento del sistema penal argentino al asegurar que "en general no va preso nadie" y condenó la doctrina que propugna Eugenio Raúl Zaffaroni, ex juez de la Corte Suprema y actual integrante de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
"Las personas que van detenidas son generalmente las que eligen el delito como un modo de vida —explicó Garavano en diálogo con Luis Novaresio en A24—. Una persona que comete su primer delito no queda detenida, recupera la libertad inmediatamente. Una que comete un segundo delito, probablemente tampoco. Lamentablemente son personas que ya han sido condenadas, que tienen muchos hechos delictivos".
El funcionario arrojó luego una definición: "La Argentina es uno de los países en donde los niveles de impunidad para todos los delitos son de los más altos del mundo". Y graficó: "El nivel es superior al 99 por ciento: por cada 100 delitos que se cometen, menos de una persona está cumpliendo prisión efectiva".
Consultado sobre las salidas anticipadas que otorgan los magistrados a los delincuentes, recalcó: "Los jueces tienen amplias facultades en esos casos para vedarlas siempre". En este sentido, señaló que la administración kirchnerista "se ocupó de perseguir a los jueces que no daban determinadas libertades". "En términos de conservar su empleo, para un juez era más fácil dejar en libertad a una persona y arriesgarse a que cometa un delito que mantenerlo detenido y tener el ataque de organización de derechos humanos, que le pidan el juicio político y lo removieran", abundó.
"En general no va preso nadie", sentenció Garavano. Y remarcó: "Para que estés detenido realmente tenés que tener muchos delitos antes, o alguna condena, o hacer realmente un desastre".
Por otra parte, el funcionario dedicó varios minutos a hablar sobre Zaffaroni, quien, consideró, "le hizo y le sigue haciendo mucho daño al derecho penal argentino"."Es una persona reconocida nacional e internacionalmente como un autor del derecho penal, pero mi sensación es que tiene una distancia con la realidad y una mirada del derecho penal que no le sirve a la sociedad, no sirve para vivir en comunidad", opinó.
Y añadió: "Hace selectividad de qué cosas le parecen que hay que juzgar y qué no, que son distintas a las que eligió la sociedad".
"Él debería postularse, tratar de cambiar las leyes y decir que el que viola en determinadas circunstancias no es delito, o que el que roba de tal manera porque no tiene plata no es delito. Lo que no puede es desde su rol de juez cambiar las leyes a su antojo", planteó.
Garavano explicó la vigencia de las ideas del ex juez de la Corte en la Justicia: "Nuestro sistema de selección de jueces sigue privilegiando mucho los antecedentes académicos en lugar de los laborales. Eso genera algo bastante malo: los candidatos se la pasan buscando papelitos, cursos que les den puntaje para ser jueces. Todo eso es casi una empresa de Zaffaroni y otos autores que tienen como un público cautivo". Según el ministro, es por la influencia de esta doctrina que "la Justicia termina fallando en contra de lo que cree la gente y de lo que dicen las leyes".