En medio de la creciente tensión por el debate de aborto legal, la Iglesia Católica redobló las críticas contra la política económica del Gobierno. En la apertura de la Semana Social en Mar del Plata, la institución cuestionó que "se acentúe cada vez más el enorme nivel de inequidad" y pidió que "el ajuste no lo tengan que pagar los pobres".
Los encargados de abrir el encuentro fueron la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, el presidente del Episcopado y obispo de San Isidro, Oscar Ojea, y el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y obispo de Lomas de Zamora Jorge Lugones, un hombre cercano al papa Francisco.
Con el lema "Democracia: un camino de servicio a los pobres", Ojea advirtió en la apertura del convite que "el nivel de inequidad (en la Argentina) es enorme y se acentúa cada vez más más", y remarcó la honda preocupación por lo que ocurre en nuestra patria".
Al respecto, el prelado destacó que "el 60 por ciento de los argentinos gana menos de 15.000 pesos por mes" y afirmó que "ante esta realidad, la Iglesia no puede dejar de decir que el ajuste no lo tienen que pagar los pobres".
Las palabras de Ojea provocaron ayer los aplausos de un auditorio que colmó el salón más grande del hotel sindical 13 de Julio, de Luz y Fuerza, ubicado en el centro de la ciudad de Mar del Plata, donde tendrán lugar las jornadas hasta el próximo domingo.
El aborto, contrario a "las leyes de la naturaleza"
En su discurso, Ojea también alentó a que tanto los dirigentes políticos y sociales tengan "contacto directo con los más pobres" y escuchen su "grito" pero también dejó un espacio para hablar de temas de actualidad, como el aborto.
"El aborto no es un derecho sino un drama. Hemos perdido la oportunidad de legislar sobre cómo apoyar a las madres con embarazos no deseados", afirmó el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), quien calificó a quienes se muestran a favor de su legalización como personas que "no han entendido las leyes de la naturaleza".
"Cuidemos y respetamos la vida", cerró el obispo.
Poco antes del inicio de la Semana Social, monseñor Jorge Lugones consideró que el histórico debate por el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo (IVE) no es relevante, ya que afirmó que hay temas "más urgentes".
"Un momento difícil"
La gobernadora Vidal reconoció que actualmente hay muchas familias "angustiadas" y que "tienen dudas sobre su futuro", pero dijo que "aún en un momento difícil estamos en el mejor camino posible".
"Me gustaría poder decir que estamos mucho más avanzados pero la buena noticia es que empezamos", afirmó la mandataria. "Hacer y estar no son discursos, no son relatos, tienen que ser hechos concretos", resaltó e invitó a que los espacios de diálogo "se transformen en realidad".
En esta línea, la gobernadora bonaerense anunció que seguirán siendo meses difíciles "durante un tiempo más" y planteó que cuatro años "no vamos a poder desandar una deuda de décadas". "Frente a una provincia que todavía duele y la pobreza clama, sin dudas, la respuesta depende de nosotros", sostuvo.
También se refirió tangencialmente al tema del aborto cuando, entre aplausos, afirmó que "desde hace dos años que la mortalidad materna viene bajando en la provincia y así desafiamos los que dicen que tenemos que hacer otras cosas para bajarla".
Un cierre con planteos
En el cierre del acto, el obispo Lugones buscó sumar críticas al Gobierno cuando parafraseó parte del discurso de Vidal. "Está muy bien el hacer y estar, pero me parece que hace falta sentir", afirmó.
"Tenemos que trabajar por la paz social, pero desde la justicia social. Necesitamos creatividad, inversión y subdesarrollo sustentable porque vemos pymes cerradas y trabajadores suspendidos", destacó.
Lugones insistió con los cuestionamientos al proyecto de IVE tras señalar que "si no respaldamos a las familias estamos fritos". "Atentamos contra las familias con el divorcio y con el aborto", dijo el obispo y sostuvo que "el Estado debe hacerse cargo".
Oposición social en Mar del Plata
En el arranque de estas jornadas, integrantes del Frente de Unidad Docente Bonaerense y militantes de organizaciones sociales, como Votamos Luchar y la agrupación kirchnerista Milagro Sala, se movilizaron en las inmediaciones del hotel, donde se dispuso un fuerte operativo de seguridad.
La Semana Social es un espacio de diálogo propuesto por la Iglesia Católica que se realiza desde hace 35 años en Mar del Plata donde, esta vez, el lema prepuesto fue "valorar con memoria agradecida el camino recorrido como nación en estos 35 años de democracia a fin de descubrir logros y dificultades del servicio de la política hacia los más pobres".
Además de ser una caja de resonancia de la Iglesia Católica, el encuentro sirvió esta vez de polo aglutinador de sectores sociales que están en la oposición a Cambiemos. Hubo además otras figuras cercanas de la feligresía peronista, como el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, y el ex presidente de la Cámara de Diputados Julián Domínguez.
En la apertura estuvieron presentes Gildo Onorato, de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), y Daniel Menéndez, de Barrios de Pie. También participarán dirigentes de la CGT y las CTA, que el lunes convocaron a un paro nacional.
"No puede ser que a algunos trabajadores se les dé un 25% de aumento y a los docentes un 15% en tres cuotas", señaló monseñor Jorge Lugones en el marco del evento, en un guiño hacia los sectores sindicales.
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