La sorpresa fue más por el día -un sábado por la noche- que por los cambios en sí.
Hacia ya meses, pero con más intensidad en las últimas semanas, que Francisco Cabrera y Juan José Aranguren estaban bajo observación. Pero en el caso del ministro de Producción, un histórico colaborador de Mauricio Macri, las críticas se habían hecho constantes en la propia mesa chica del Presidente, especialmente en María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta.
El viernes, antes de la visita de Elisa Carrió, la gobernadora bonaerense pasó un buen rato en la quinta de Olivos. Era, hasta ese día, una de las principales detractoras internas del ahora ex ministro. En buena medida, Vidal le trasladaba a Macri la furia de los intendentes del Conurbano bonaerense -en particular, y paradójicamente, los de Cambiemos-, hartos de la pasividad de Cabrera con las industrias locales. Varios de ellos tuvieron suerte y consiguieron que el ex funcionario se ocupara de algunas situaciones puntuales después de una catarata de reclamos. Pero fueron los menos.
El jefe de Gobierno porteño había reclamado lo mismo. En el gabinete nacional, la gestión de Cabrera no tenía aceptación en ningún despacho, aunque sí en el de Macri, su único garante. El Presidente, reacio a los cambios, lo respaldó hasta donde pudo.
"Pancho" tampoco había tenido aceptación durante su paso durante los ocho años en la gestión de la Ciudad, en Desarrollo Económico. Todas las semanas visitaba el club de tenis porteño.
El año pasado, había tenido que cambiar de controlador en la Jefatura de Gabinete: Mario Quintana había pedido su pase. Desde aquel momento empezó a ser auditado por Gustavo Lopetegui. Quintana y Lopetegui reclamaron en las últimas semanas su salida y la de Aranguren.
Macri tomó la decisión el viernes, el mismo día que oficializó la salida de Federico Sturzenegger del Banco Central, la entrada de Luis Caputo y el fortalecimiento de Nicolás Dujovne, que absorbe el ministerio de Finanzas. La tarde en la que el dólar volvió a dispararse súbitamente y en la que el programa económico del Gobierno mostró, de nuevo, severas fallas.
Esperó al sábado para comunicarla a sus colaboradores. Dante Sica, el reemplazo de Cabrera, se enteró el viernes de la decisión. Esa tarde, después del encuentro con Vidal, Macri habló con Carrió de la gestión vinculada a las pymes. El punto más débil del ex ministro.
El 11 de mayo pasado, después de recibir a empresarios, y tras el inicio de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Cabrera fue el portavoz del encuentro, en la quinta presidencial. Aseguró que la crisis cambiaria sería "historia en pocos días".
El dólar cerró ese viernes en $23,7. Esta semana terminó arriba de $28.
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