Máximo Kirchner tomó la palabra en la Cámara de Diputados y recordó experiencias cercanas para defender el proyecto de legalización del aborto.
El diputado comenzó señalando que en el recinto todos estaban "de acuerdo con que la mujer no vaya a la cárcel si decide abortar, pero el problema es lo que viene después, que es la clandestinidad y quién la protege si no tiene recursos".
Se escuchan análisis casi deshumanizantes
El legislador resumió, a su entender, algunos de los argumentos de quienes se oponen al proyecto: "Dicen que las mujeres van a ir en masa a abortar como si fuera una cuestión bonita y divertida. Son análisis casi deshumanizantes".
En ese sentido, recordó una experiencia personal: "Nos tocó perder un embarazo. Hay que pensar en el dolor que sucede en ese momento, lo que ella sentía cuando su cuerpo estaba en peligro".
Quizá esta no sea la solución ideal, es la posible para que el Congreso no mire más a las mujeres con la nuca
Luego citó los mensajes de "una gran amiga que abortó hace 19 años". Máximo Kirchner relató que le preguntó a esa mujer "qué haría si estuviera sentada acá, porque quizá ella lo pueda explicar mejor". Entonces leyó el mensaje de su amiga: "La semana pasada hablaba con mi psicóloga de cómo sigo guardando un secreto, cómo me duele que me juzguen. Este derecho es poner voz a muchas que callaron por miedo, miedo a morir en hospitales, morir de angustia, en la clandestinidad. Si este proyecto se aprueba es entrar a la luz, sentir que pertenezco a esta sociedad con mis decisiones, sin ser juzgada. Ya no quiero vivir con ese secreto, quiero ser visible".
Por último volvió a cuestionar algunos aspectos del debate de los últimos meses: "Se generaron fantasmas con estas discusiones. Con el matrimonio igualitario decían que la sociedad iba a dejar de existir. Siempre vienen con estos cucos. Pero esto se trata de reconocer un problema. Quizá esta no sea la solución ideal, es la posible para que el Congreso no mire más a las mujeres con la nuca".
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