El Gobierno dispuso anular la licitación para renovar la terminal de Retiro

El Ejecutivo evaluó las ofertas de las cuatro firmas que se presentaron en el pliego para renovar la terminal de ómnibus y las consideró insuficientes

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El empresario Néstor Otero administra la terminal de Retiro desde hace dos décadas
El empresario Néstor Otero administra la terminal de Retiro desde hace dos décadas

La Terminal de Retiro está en manos de Néstor Otero desde hace más de dos décadas. Hoy luce abandonada y las ganancias de decenas de negocios poco claros que se desarrollan allí van a parar a los bolsillos del empresario, de quien el detenido ex secretario de Transporte Ricardo Jaime confesó haber recibido coimas para renovar la concesión en 2006 y hasta 2015. Con el cambio de Gobierno, le extendieron la concesión hasta que se encontrara un nuevo dueño mediante una licitación pública.

A mediados de septiembre del año pasado, el Gobierno lanzó el proceso para remodelar la terminal y cambiar de manos la explotación comercial. Pero ninguna de las ofertas convenció y el Ministerio de Transporte dispuso anular el pliego para luego realizar una nueva convocatoria. Las empresas que presentaron antecedentes fueron Terminales Terrestres SA; Indhal SRL, y dos Unidades Transitorias de Empresas (UTE) conformadas por TH Services SA y Cusmel SA; y por Terminal Pacheco SA y Teximco SA.

Fuentes del Gobierno que siguen de cerca el proyecto señalaron que "ninguna de las ofertas presentadas cumple con los parámetros, ya que se trata de una zona que está siendo transformada por la Ciudad (nuevo barrio 31, la nueva Autopista Illia, la nueva sede del ministerio de Educación), por lo que las propuestas no pueden quedar desarticuladas con esa transformación urbanística. En este contexto se está preparando una nueva licitación para dar con propuestas superadoras y que se ajusten a los cambios que está haciendo la Ciudad".

Terminales Terrestres es una empresa de Otero. En diciembre de 2016, cuando se preparaba el terreno para la licitación, el empresario cambió el directorio de esa firma. Salieron de la conducción los hijos del empresario Diego y Luciano y tres hombres de su extrema confianza: Lisandro López, Alfredo Pielach y Claudio Glories, su sobrino. Los dos primeros irán a juicio oral y público porque actuaron como testaferros de Jaime: le regalaron al ex funcionario kirchnerista -en nombre de Otero- un hotel en Carlos Paz.

El empresario Néstor Otero y Ricardo Jaime
El empresario Néstor Otero y Ricardo Jaime

Claudio Glories es el hijo de Raúl Omar, cuñado de Otero, quien está involucrado en el caso del enriquecimiento ilícito de Jaime porque fue quien adquirió -en nombre de Otero- una casa en un barrio cerrado de San Isidro y la puso a nombre de la ex suegra del ex secretario de Transporte. La mujer de Otero se llama Lidia Glories.

El actual presidente de Terminales Terrestres es Martín Francisco Améndola, quien integraba el directorio de TEBA, la sociedad con la que Otero explota la Terminal de Retiro desde hace más de 20 años. En la sociedad que se presentó a la licitación figura como directora suplente Mayra Malfasi, su histórica secretaria.

En tanto, según explicaron fuentes del sector, Indhal es una constructora de la provincia de Buenos Aires que se asoció con la Empresa Municipal de Transporte de Madrid, que maneja el servicio de colectivos, subte y las terminales en la capital española.

Gustavo Gavotti
Gustavo Gavotti

Las mismas fuentes aseguraron que la UTE entre TH Services y Cusmel tiene como accionistas a empresarios uruguayos que explotan terminales en ese país y sus socios argentinos están encabezados por Germán Neuss.

En tanto, la última UTE está formada por Teximco y Terminal Pacheco. La primera sociedad fue caracterizada por las fuentes como una constructora que fue favorecida tanto por el kirchnerismo como por el macrismo por contratos de obra pública, algunos de ellos controvertidos. Mientras que Terminal Pacheco explota la terminal de micros de El Talar.

Unas 50.000 personas pasan por día por allí, la mitad de ellos son pasajeros que suben o bajan de los ómnibus, y se calcula que un promedio de 1800 ómnibus diarios -en temporada alta de turismo, son 2400- pagan un canon llamado toque de dársena que tiene un costo $48 más IVA.

Más allá de la explotación y del canon que paga cada uno de los micros, la principal recaudación Otero la consigue a partir de los comercios situados en el interior de la terminal. Buena parte de ellos son propiedad de empresas de Otero y los que no, le tributan de algún modo u otro. Es que al momento de alquilar los espacios el contrato los obliga a abastecerse de mercaderías que, por supuesto, les vende Otero. Son pocos los que pueden evitar esas condiciones.

Las coimas pagadas por el empresario fueron admitidas por Jaime ante un juez. Fue el primer coimero confeso del kirchnerismo. Jaime también fue el primer kirchnerista en ser detenido por un caso de corrupción: está preso desde abril de 2016.

De acuerdo con el pliego que finalmente se anuló, el concesionario ganador debía hacerse cargo de la operación de los ómnibus y desarrollar locales comerciales en un terreno vecino, edificios de oficinas y hasta un hotel. También renovar las dársenas y mejorar las comodidades para los miles de pasajeros que se mueven allí. Disponía asimismo la refacción de los baños, la renovación de la iluminación, la señalización, las áreas de servicio, y las condiciones de seguridad. Se deben instalar nuevos sistemas de información para los pasajeros y renovar las viejas pantallas que funcionan de manera aleatoria.

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