Cuando el Mundial de fútbol de Rusia se convierta en una anécdota y las elecciones presidenciales de 2019 vuelvan a ocupar lentamente la agenda política, Agustín Rossi explicitará lo que hasta el momento era un secreto a voces. Lanzará su candidatura para presidente por Unidad Ciudadana entre julio y agosto, e iniciará un largo camino de instalación de imagen y campaña electoral.
Rossi cuenta con el aval de la ex presidente Cristina Kirchner, con la que habló en las últimas semanas y a la que le planteó sus intenciones de ser candidato. Como jefa política del kirchnerismo, Cristina aprobó la candidatura del legislador santafecino y le dio vía libre para que construya su proyecto presidencial. El mismo respaldo recibió de Máximo Kirchner, líder de La Cámpora, quien le pidió recorrer el país para juntar adhesiones y darle volumen a un armado K.
La gran incógnita que desvela al peronismo es la posible candidatura de la ex jefa de Estado, la dirigente opositora que más mide en las encuestas y con la que el gobierno nacional pretende confrontar nuevamente. Si Cristina se decidiera a ser candidata el próximo año, el sueño electoral de Rossi se derretiría en pocos segundos.
El "Chivo", como lo apodan en el micromundo de la política nacional, tiene en claro que si la ex mandataria decide volver a presentarse para competir por la presidencia, su destino será acompañar y respaldar esa candidatura. Esa es la barrera que puede encontrarse en la ruta que tiene planeada recorrer.
En el caso de que Cristina no sea candidata, el ex ministro de Defensa espera recibir el apoyo de la ex mandataria para seguir adelante con su proyecto electoral. Cree que ese empujón sería clave para posicionarse y crecer en las encuestas. Por ahora son solo hipótesis de un dirigente que tiene la decisión de avanzar con una candidatura hasta que la ex presidente decida su futuro. "Ser el plan B si Cristina no es candidata, no está nada mal", reflexionaron en el círculo íntimo del santafecino.
Pero Rossi no es el único que pretende ser candidato por el kirchnerismo. El jefe de Gabinete Jorge Capitanich y el ex ministro de Economía Axel Kicillof aparecen en una eventual carrera para una precandidatura. Ninguno de los dos lo explicitó, por lo que sus nombres solo forman parte de un sinfín de rumores que, por momentos, se acercan a una verdad objetiva. A ellos se suman Alberto Rodríguez Saá y Felipe Solá, dos dirigentes que dejaron entrever públicamente la posibilidad de emprender el mismo camino que el santafecino.
La intención de desarrollar una gran PASO sigue siendo el objetivo de Rossi y de la mayoría de los dirigentes del kirchnerismo. Ven en esa posible competencia la posibilidad de generar un volumen electoral mayor y poner frente al oficialismo una sola alternativa peronista. Pero en el entorno del diputado reconocen que la elección primaria depende más del panperonismo que del kirchnerismo. Si no hay acuerdo para competir, habrá dos opciones electorales bajo el paraguas peronista. Por un lado el kirchnerismo y por otro una fórmula que salga del espacio donde hoy conviven el peronismo federal, el massismo y el randazzismo.
En el equipo de trabajo del jefe del bloque de Unidad Ciudadana en Diputados ya tienen anotados los primeros nombres que integrarán el espacio. Daniel Filmus, Guillermo Carmona, Mercedes Marcó del Pont, Cristina Álvarez Rodríguez, Carlos Heller y Julián Domínguez estarán en el esquema de trabajo de Rossi. La intención del diputado es sumar dirigentes a su propuesta luego de formalizar su candidatura. Desde ese espacio agregaron que quien acompañe en la fórmula será "si o si" una mujer.
El nombre de Julián Domínguez ocupa otro casillero en el boceto de construcción política que hoy tiene el santafecino en su cabeza. Cree que podría ser candidato a gobernador en la provincia de Buenos Aires, el distrito electoral más importante y donde el peronismo no cuenta con dirigentes que estén dispuestos a enfrentar a María Eugenia Vidal. El presidente de la Cámara de Diputados lleva varias semanas recorriendo la provincia y tiene intención de ser protagonista en el diseño de una alternativa opositora. La intendenta de La Matanza, Verónica Magario, y el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, son los nombres que promocionan los intendentes bonaerenses que mantienen una relación fluida con Rossi.
Los colaboradores del jefe del bloque K consumen encuestas desde hace algunos meses y tienen marcado cuales son los puntos débiles del futuro candidato. En los resultados que manejan tiene un 50% de conocimiento en el país, un número que no es despreciable pero que deja a la luz una falencia para la visibilización de una candidatura. En el futuro inmediato diagramaron recorridas en los principales distritos electorales y mayor presencia en los medios de comunicación. En los próximos meses, Rossi tiene en agenda visitar las localidades más pobladas del Conurbano, Córdoba y Mendoza. Luego, seguirán visitas al norte del país, donde la mayoría de los habitantes no lo conocen.
El plan del legislador es basar su discurso público en los temas vinculados a la economía, el mayor problema que en la actualidad tiene la gestión de Mauricio Macri. Por eso su plataforma electoral tendrá un plan detallado del camino que podría seguir una eventual gestión de Rossi en el plano económico.
En pleno invierno y con el peronismo atravesando el complejo proceso de reorganización que mantiene activo a los principales dirigentes, Agustín Rossi lanzará su candidatura con la convicción de que puede ser el único kirchnerista puro que compita en los comicios del próximo año. La figura de Cristina Kirchner sobrevolará su imagen y su proyecto hasta el momento en que el calendario electoral ponga fin a las especulaciones. Es cuestión de tiempo.
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