A raíz de la creciente protesta de los ciudadanos pro-palestina en la Ciudad Deportiva del Barcelona, donde se está entrenando la selección argentina, y por no estar garantizada la seguridad del encuentro, el partido entre Israel y la Argentina pactado para el sábado 9 de junio fue suspendido. Los rumores sobre que esto podía suceder comenzaron desde temprano y hubo varios intentos para evitarlo, que resultaron no tener éxito.
El esfuerzo fue tal que, según pudo confirmar Infobae, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, llamó a Mauricio Macri para pedirle que intercediera para que el partido se jugara. Sin embargo, el Presidente le contestó que nada podía hacer.
Esta misma información la replican los medios de Israel Haaretz y Jerusalem Post: "Benjamin Netanyahu habló con Mauricio Macri para prevenir la cancelación. Pero Macri le devolvió el llamado y le informó a Netanyahu que no estaba habilitado para influir en la decisión final".
En Presidencia también sostuvieron que "fue una buena comunicación" y que la decisión fue de los jugadores "en solidaridad con Messi" por las amenazas.
Aún no hay confirmación de que la Argentina vaya a disputar otro partido, aunque está buscando rival. También falta resolver el acuerdo económico entre el empresario Danny Benaim, a cargo de la organización, y la AFA, dado que la Selección había percibido 2 millones de dólares (más gastos) para disputar el partido.
Del equipo solamente habló Gonzalo Higuaín, quien respaldó la decisión: "Creo que al final se pudo hacer lo correcto, ya quedó atrás. Obviamente primero están la salud y el sentido común, así que creemos que lo correcto es no ir".
Por su parte, la Embajada de Israel en Argentina dio a conocer un comunicado, en el que señaló que "las amenazas y provocaciones dirigidas a Lionel Messi, que lógicamente suscitaron la solidaridad de sus pares y el temor a concretar el amistoso, no son ajenas a la cotidianidad de la población civil en Israel cuyos deportistas, sin ir más lejos, han sido en numerosas oportunidades objeto de violencia y atentados".
"La amistad entre la República Argentina y el Estado de Israel, próxima a cumplir 70 años, no se dirime en un partido de fútbol. El país democrático y el público plural (compuesto por judíos, musulmanes y cristianos) espera siempre con ansías poder recibir a las principales figuras del deporte argentino", agregó la delegación diplomática que encabeza Ilan Sztulman.
En tanto, el director de Relaciones Internacionales del Centro Wiesenthal, Dr. Shimon Samuels, señaló que el "Programa de 11 puntos contra el Racismo en el Fútbol en América Latina" nació en la AFA y recordó que reveló que el presidente de la Federación Palestina de Fútbol, Jibril Rajoub -quien amenazó con mandar a quemar camisetas y afiches con la cara de Lionel Messi-, "nombró clubes de fútbol, torneos y estadios en honor a los terroristas palestinos".
"Arrodillándose al terror, el fútbol argentino ha establecido un peligroso precedente y ha politizado el bello juego… Ni el boicot es apropiado para el campo de fútbol ni la difamación étnica, religiosa o de género", añadió el Dr. Ariel Gelblung, representante para América Latina del Centro.
"Estamos horrorizados de que en este juego, las amenazas, la intimidación y el terror hayan sido los ganadores", concluyeron los funcionarios del Centro.
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