Ya hubo seis reuniones de asesores en la comisión de Asuntos Constitucionales y hay activadas negociaciones con el resto de los bloques de la oposición.
Según altas fuentes del macrismo porteño, Horacio Rodríguez Larreta podría tener aprobado en los primeros días de septiembre el Código Electoral, que introduce una serie de sustanciales modificaciones en los procesos electorales de la Ciudad, con un punto clave: cuando se sancione, el jefe de Gobierno estará habilitado a partir del año próximo a unificar las elecciones locales con las nacionales, hoy prohibido por las normas vigentes.
Es decir, por primera vez, Rodríguez Larreta podría ir en la boleta "colgado" de Mauricio Macri, si es que finalmente el Presidente se decide a ir por la reelección.
El dato no es menor porque, a pesar de las constantes versiones de cortocircuitos internos, se trata de uno de los integrantes de la verdadera mesa de decisiones de Macri y del distrito madre del PRO. Y porque la decisión de unificación o no del calendario electoral porteño con las presidenciales será un indicio de la estrategia de Cambiemos de cara al 2019.
Hay un ítem del código en el que avanza el macrismo porteño que agrega una dosis de inquietud en ese sentido. La propuesta del oficialismo que se debate en la Legislatura contempla que el plazo de convocatoria a elecciones sea de 120 días antes de las PASO, y de 180 antes de las generales. O sea, una anticipación de cuatro y seis meses, respectivamente.
Aunque aún falta al menos un semestre para empezar a hilar fino en la estrategia electoral de Cambiemos, la crisis económica que golpeó al Gobierno en estos últimos meses -y las consecuencias políticas- obliga a sus estrategas a rever el escenario político.
En ese sentido, la unificación del calendario porteño con las presidenciales a partir de la sanción del nuevo código era hasta estos meses la principal hipótesis de la mesa de decisiones del oficialismo. ¿El objetivo? Apuntalar la candidatura de Macri a partir de los altos niveles de aceptación de la gestión porteña en las encuestas.
Pero el derrumbe en la imagen presidencial y los constantes tropiezos políticos y económicos del Gobierno podrían cambiar los planes. "Si desdoblamos es en acuerdo con la Casa Rosada. Tal vez puede convenir mostrar un triunfo antes de las elecciones nacionales cuando se vote en el resto de las provincias", analizó una alta fuente de la Ciudad.
El avance en la aprobación del flamante Código Electoral -buena parte se discute en torno a la comisión especial de reforma política, que preside la legisladora Natalia Fidel, la última adquisición del macrismo porteño- repercute además en el resto de las fuerzas.
¿Qué va a hacer Martín Lousteau? Algunos de su entorno hasta fantasean con una eventual candidatura presidencial. ¿El radicalismo va a volver a integrar Cambiemos? Suma +, el bloque de cinco legisladores que entre otros integra Juan Nosiglia, el hijo del veterano operador radical, avisó por ahora que no está de acuerdo con unificar los calendarios electorales.
En cambio, el bloque K -Unidad Ciudadana- sí ve la modificación con buenos ojos. Es que Mariano Recalde y compañía machacan con la candidatura de Cristina Kirchner. Festeja Macri: es, en principio, con la única postulante con la que ganaría un eventual ballotage.
La ley electoral también introduce otros cambios en el registro de voto de los ciudadanos extranjeros, en la modalidad del voto -la resistida boleta única electrónica- y en el financiamiento de las campañas políticas, en línea con el borrador que ideó la Casa Rosada para tratar de blanquear una parte del dinero negro que circula en los procesos electorales.
El proyecto porteño, como el de Nación, crea un registro online de proveedores -tiene algunas resistencias a nivel nacional- y habilita la vuelta de los aportes privados, prohibidos desde el 2009 tras el triple crimen de General Rodríguez, que probó la connivencia entre la política y la mafia de la efedrina.
Por ahora, el capítulo de financiamiento corre con más suerte en la Ciudad que en el Congreso nacional. No solo porque el proyecto de nación aún no entró al Senado -recién iría en el próximo semestre-. Si no porque su tratamiento, a partir de los últimos movimientos del Parlamento, es una incógnita.
"Vamos a ver cómo viene eso. En principio hay una voluntad de que al tema hay que trabajarlo y que la ventana de oportunidad de hacerlo es en lo que queda del año. El año que viene es electoral y tocar un tema de esos es muy sensible, no creo que sea oportuno. Hay que dejar ahora que baje un poco la espuma", explica a Infobae un senador del PJ que está bien al tanto del proyecto de financiamiento de la Casa Rosada.
Cuando habla de "la espuma" se refiere a las derivaciones de la maratónica sesión del último miércoles, que concluyó con el veto presidencial al proyecto de emergencia tarifaria. Justo por esas horas, en el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) se realizaba un seminario sobre financiación de campañas, convocado para discutir el proyecto del oficialismo. Con muy poca asistencia.
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