Tras la autocrítica, Macri busca un guiño de la oposición para compartir los costos de bajar el déficit

El Gobierno decidió mostrar cambios en las mesas de decisiones que rodean al Presidente

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(Fabian Ramella)
(Fabian Ramella)

En la primera fila había rostros serios. Gustavo Lopetegui, Mario Quintana, Fernando De Andreis, Marcos Peña, Rogelio Frigerio y los integrantes del equipo de comunicación, sentados frente al atril presidencial, casi que no se inmutaron en ningún tramo de la conferencia de prensa.

"Pusimos metas demasiado optimistas. Vamos a delegar la baja de la inflación al Banco Central. Hemos tenido problemas de coordinación entre el gabinete económico y el Banco Central", reconoció Mauricio Macri en la sorpresiva conferencia de prensa de esta tarde y en su primera autocrítica tras los días de crisis cambiaria y tensión económica que hicieron crujir al gradualismo y que hasta ahora había vinculado al contexto internacional y a la "irresponsabilidad de la oposición".

Justo frente a Quintana, el secretario de Coordinación Interministerial de la Jefatura de Gabinete, el funcionario más apuntado por los cortocircuitos entre la entidad presidida por Federico Sturzenegger y el equipo de Economía. ¿Un mensaje a Peña, el funcionario más fuerte del riñón del líder del PRO?

Macri habló de una "nueva etapa". En línea con la convocatoria a un "amplio acuerdo" para ajustar el gasto del que todavía no hay demasiadas precisiones. Y en días en que, al menos en los gestos, el Gobierno decidió mostrar cambios en las mesas de decisiones que rodean al Presidente. Un mensaje al "círculo rojo".

"Todos tenemos que contribuir para salir adelante", había dicho un rato antes el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez -uno de los más cercanos a la Casa Rosada- después de reunirse con Macri. El jefe de Estado se había encontrado la semana pasada con siete gobernadores del PJ, tras el anuncio del inicio de las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional. Mañana tiene previsto verse con Alberto Weretilneck, de Río Negro. El viernes podría ser el turno del formoseño Gildo Insfrán.

(Fabian Ramella)
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El acuerdo convocado por el Gobierno, sin embargo, podría tener su primera derrota la semana que viene. Las noticias que llegaron esta tarde desde el Senado no son alentadoras para el oficialismo. Según fuentes parlamentarias, el PJ buscaría dictamen el martes y convocaría a sesión especial el miércoles para darle sanción definitiva al proyecto que retrotrae los aumentos tarifarios girado desde la Cámara baja.

La oposición en el Senado ya descarta el veto presidencial. "La coalición de gobierno hace de oposicion. No se entiende la falta de cohesión", explicaron desde el despacho de uno de los principales senadores del PJ después de que Miguel Ángel Pichetto diera un ultimátum hasta el martes, a la espera de un salvavidas del oficialismo. El Gobierno no está dispuesto a tirarlo al agua: en las últimas horas volvieron a machacar con la idea de postergar el tratamiento.

Es que Macri busca un guiño de la oposición para compartir el ajuste, que durante varios tramos de la conferencia pidió "acelerar". Cuando se agachó en busca de agua en su atril, se encontró con que no había nada. "Ni agua hay", bromeó.

El Presidente confesó además que no dieron en su momento "el diagnóstico duro". Una puja interna que sobrevoló en los primeros meses del mandato, y que tuvo en uno de esos bandos al asesor Jaime Durán Barba, que dejó el país el último fin de semana.

Ratificó, sin embargo, a su equipo económico, blanco de innumerables versiones en las últimas semanas. La foto de más temprano de Ernesto Sanz, Emilio Monzó, Gerardo Morales, Peña y Frigerio sonrientes en los jardines de Olivos es otra muestra de la "nueva etapa" a la que aludió Macri. La incógnita es si es simulación, si es circunstancial o si configura un cambio en la estrategia y el estilo de conducción presidencial.

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